Vergonzoso aspecto de algunos inmuebles cercanos a la Plaza Mayor de Zamora

A no más de cien metros de la Plaza Mayor, centro neurálgico de la ciudad, espacio por el que transita todo el turismo que accede a nuestra ciudad, nos encontramos con un edificio sin habitar, construido en 1911, desde hace unos años, rodeado de una especie de protector metálico, después de que parte de su fachada perdiera materiales que podrían haber causado daño físico a los transeúntes; también, ya en la Costanilla, frente al nuevo Ayuntamiento, comprobamos que el bajo de uno de esos inmuebles se ha convertido en mural donde todo quisque deja carteles de celebraciones de conciertos de rock, corridas de toros y otros acontecimientos y espectáculo, y, además, coronado por cables y más cables eléctricos. Todo ese conjunto ofrece una imagen que da vergüenza ajena a todo zamorano que ama su ciudad y crea que el turismo sea un sector primordial en la economía local. Además, pared con pared, en esa misma calle, existe otro edificio, deshabitado,  con un balcón que amenaza con desprender trozos de su base.

Si el Ayuntamiento no llama la atención a los dueños de estas casas, porque se supone que habrá un ordenamiento municipal al respecto, las personas que se acerquen a nuestra ciudad para disfrutar de su románico, modernismo, eclecticismo e historia, contarán que Zamora es muy bonita, pero ofrece un triste perfil, indigno en sí mismo, que nos alejaría, para siempre, de vivir en una ciudad Patrimonio de la Humanidad. Por cierto, la Casa de las Panaderas, como evidencias las fotografías, exhibe unas cornisas que podrían venirse abajo en cualquier momento. Recuerdo que, ha mucho tiempo, después de la Guerra Civil, un desprendimiento de materiales ocasionó la muerte de varias personas.

¡Por favor, esta ciudad, tiene que defenderse de los que la ensucian, mancha y afean! La autoridad, respaldada por una mayoría de ciudadanos, debe hacerse sentir.