El Ayuntamiento debería comprar un edificio para albergar sus oficinas

No le he cuantificado, carezco de datos fidedignos, pero sé que los zamoranos, desde hace décadas, ingentes sumas de dinero, decenas de millones de euros, a través de nuestro Ayuntamiento, a empresas por el alquiler de edificios privados para la instalación de oficinas propias de la institución. Los Momos, durante mucho tiempo –creo que desde el primer mandato de Antonio Vázquez- en sus tres plantas y bajo, alojó a buena parte de los funcionarios municipales. Después, creo que sucedió en el último mandato de Rosa Valdeón, nuevo alquiler de lo que fue el Centro Médico, propiedad de una de las familias más ricas de nuestra provincia, que supuso, además, un gasto en adaptarlo a oficinas. Y, aunque la Casa de los Gigantes no se dedique a menesteres de atención al ciudadano, también cuesta mucho dinero el municipio.

Como me gusta criticar y después proponer, el equipo de Gobierno actual podría negociar con el propietario del edificio, magnífico, construido en 1911, que ocupa la esquina norte de la Plaza Mayor, entre las calles Mariano Benlliure y Fabriciano Cid, abandonado hace años, con una faja metálica para impedir que desprendimientos de su fachada y balcones dañen a ciudadanos que pasen por el lugar, podría ser por importantes razones, entre otras las cercanías a la Casa de las Paneras, idóneo para adquirirlo y después, tras la correspondiente remodelación, transformarlo en despachos municipales. Me ha comentado, gente erudita en compra y venta de viviendas, que, por poco más de un millón de euros, la propiedad se desprendería de este hermoso inmueble. Además, el Ayuntamiento contribuiría a la recuperación de una casa histórica, con más de un siglo de vida.

Si fallara esa negociación, también hay otra finca extraordinaria, la que albergó las oficinas principales de Caja Salamanca y después Caja Duero, cerrado desde hace años, como segunda opción para negociados municipales. Tampoco creo que la entidad bancaria, ahora Unicaja, pidiera un montante descomunal para venderla. Se recuperaría, en la arteria principal de la ciudad, una finca preciosa, para el disfrute de todos los zamoranos y visitantes. Por otra parte, ese inmueble ya había sido reformado para oficinas.

Me imagino que entre el Ayuntamiento, en su día, en mandato de Rosa Valdeón, y la propiedad de la hacienda de lo que fue el Centro Médico, para trasladar allí los despachos de Los Momos, se firmaría ciertos acuerdos, entre otros, el de la duración del alquiler. Quizá impidiera al equipo de Gobierno romper ese acuerdo. Vale. No obstante, propongo, porque ese convenio, me refiero al que fuera Centro Médico, no tendrá carácter de eterno, a próximos gobernantes del municipio, pensar en la compra de la edificación con la que abrí este artículo, o, en su defecto o virtud, el sito en Santa Clara. Se sumaría así a la propiedad pública de nuestra ciudad y los zamoranos, que somos los que pagamos, con nuestros impuestos, nos ahorraríamos mucho dinero.

Eugenio-Jesús de Ávila