IDEAS Y CRÍTICAS
Monte La Reina, Iberdrola, Adif y Murallas
Un amable lector, al que no tengo la fortuna de conocer, loaba mis artículo con estas palabras: “¡Gracias por tu pluma y tus huevos”. Me encantan los elogios. Desprecio las críticas sin argumentos, las viscerales, las que nacen en almas que odian. El hombre es vanidad. Y yo soy un ser humano. Además, las almas pías afirman que hasta Dios le gusta el incienso.
En principio, ignoro si escribo bien. Pero, con sinceridad, de genio solo tengo la segunda parte de mi nombre, al que precede el Eu griego, bien o bueno. Soy quizá el mejor de los mediocres que escriben en esta provincia y ciudad, depauperadas por caciques y politicastros desde que yo tengo memoria, desde que conozco la historia contemporánea de Zamora. Eso de memoria histórica, como ya analizó Gustavo Bueno, me parece una ridiculez de la izquierda burguesa. La memoria es mía. La historia se estudia, se basa en documentos, es de todos.
Por otra parte, mis genitales los conservo en formol para enseñárselos a las visitas femeninas. Nunca he hecho nada por cojones. Eso sí, tengo valor, coraje, audacia para escribir y hablar sobre los que ordenan y mandan. Recuerdo que, cuando fui redactor de Deportes de El Correo de Zamora, el periódico centenario de nuestra provincia, engullido por capital foráneo, jibarizada su cabecera, algo nunca visto en la prensa española, tuve broncas personales con un entrenador del Zamora Club de Fútbol, al que no le gustaban mis crónicas, y le enviaron anónimos al director de aquel diario, un verdadero pelota, un envidioso, contra mi persona, porque se decía que mis críticas hacían daño al equipo. Después, fui censurado por mi director porque cité a don Manuel Azaña, y en TVE también me prohibieron realizar entrevistas a algunos intelectuales que no eran adictos al régimen. Y me echaron de La Voz de Zamora, periódico semanal gratuito, por negarme a poner a parir a un político zamorano. Pruebas de mis “huevos”.
Como cualquier otro ser humano la pasión y la razón conviven en mis adentros. Ambos seres femeninos disputan una batalla continua en mi alma desde mi juventud. Unas veces vence el intelecto, y en otras gana el corazón. Verbigracia: cuando escribo de los problemas de Zamora, de la ciudad y la provincia, aplico inteligencia y sentimientos. Critico al poder con datos, con la historia que conozco, con la memoria que aún perdura en mis recuerdos, y a su sociedad porque me ha demostrado su cobardía durante todo este periodo de democracia, y, por supuesto, a unos medios chaqueteros, que ahora son de derechas, si la vaca del poder da leche de la diestra, y mañana, ordeñan las ubres de las izquierdas si alcanza el mando en las instituciones públicas. Resulta vergonzoso que los políticos utilicen el dinero público, que es del pueblo, para premiar a los que guardan silencio de errores y corrupciones, y castiguen a los que somos independientes y escribimos con objetividad.
Si escribo que Zamora se halla al borde del abismo económico y analizo las razones para haber llegado al precipicio, simplemente cuento una realidad. Quizá lectores desprecien mi análisis. Yo señalo a las instituciones del Estado con sus decisiones: cierre de líneas férreas, de la Prisión Provincial, de la Universidad Laboral, del traslado del Regimiento Toledo a otra ciudad, y, ante todo, la tremenda reconversión agropecuaria, y, no lo olvido tampoco, la cobardía de la generalidad de los zamoranos, la traición de los políticos zamoranos en el Congreso de los Diputados, Senado y Cortes de Castilla y León.
Exijo, para que Zamora alcance un punto de inflexión, que pase de la concavidad de la decadencia económica y demográfica, a la concavidad del desarrollo y el aumento de población. ¿Cómo? Entre otras cosas, con el proyecto de Monte La Reina, sin coste alguno para los zamoranos, para sus instituciones públicas. Aquí, quién tiene que pagar es el Gobierno del PSOE, el partido que más nos debe a esta ciudad y su provincia. Además, los terrenos de Adif deberían ser cedidos al Ayuntamiento de Zamora para que nuestra ciudad tenga su propio polígono, porque Los Llanos y La Hiniesta corresponden al Estado y la Junta de Castilla y León. Voy a más: nada de chapuzas en la muralla, como informaba el otro día el PSOE, tras una reunión de Antidio Fagúndez con el ministro de Cultura: Plan Global de Restauración de todo el recinto. Cuestión esencial: ni un euro en impuestos para nuestros agricultores y ganaderos, y que Iberdrola pague un canon a esta provincia, como sucedía antaño. Los zamoranos no tendríamos que abonar el recibo de la luz. ¡Qué paguen las provincias que no producen energía, las que se aprovechan de nuestros recursos!
No cito lo de la Biorrefinería Multifuncional de Barcial del Barco, porque va bastante bien ese extraordinario proyecto y, además, se trata de una inversión privada. Escribo sobre política y decisiones de gobiernos.
Mañana, más.
Eugenio-Jesús de Ávila
Foto: Amigos del Ferrocarril de Zamora
Un amable lector, al que no tengo la fortuna de conocer, loaba mis artículo con estas palabras: “¡Gracias por tu pluma y tus huevos”. Me encantan los elogios. Desprecio las críticas sin argumentos, las viscerales, las que nacen en almas que odian. El hombre es vanidad. Y yo soy un ser humano. Además, las almas pías afirman que hasta Dios le gusta el incienso.
En principio, ignoro si escribo bien. Pero, con sinceridad, de genio solo tengo la segunda parte de mi nombre, al que precede el Eu griego, bien o bueno. Soy quizá el mejor de los mediocres que escriben en esta provincia y ciudad, depauperadas por caciques y politicastros desde que yo tengo memoria, desde que conozco la historia contemporánea de Zamora. Eso de memoria histórica, como ya analizó Gustavo Bueno, me parece una ridiculez de la izquierda burguesa. La memoria es mía. La historia se estudia, se basa en documentos, es de todos.
Por otra parte, mis genitales los conservo en formol para enseñárselos a las visitas femeninas. Nunca he hecho nada por cojones. Eso sí, tengo valor, coraje, audacia para escribir y hablar sobre los que ordenan y mandan. Recuerdo que, cuando fui redactor de Deportes de El Correo de Zamora, el periódico centenario de nuestra provincia, engullido por capital foráneo, jibarizada su cabecera, algo nunca visto en la prensa española, tuve broncas personales con un entrenador del Zamora Club de Fútbol, al que no le gustaban mis crónicas, y le enviaron anónimos al director de aquel diario, un verdadero pelota, un envidioso, contra mi persona, porque se decía que mis críticas hacían daño al equipo. Después, fui censurado por mi director porque cité a don Manuel Azaña, y en TVE también me prohibieron realizar entrevistas a algunos intelectuales que no eran adictos al régimen. Y me echaron de La Voz de Zamora, periódico semanal gratuito, por negarme a poner a parir a un político zamorano. Pruebas de mis “huevos”.
Como cualquier otro ser humano la pasión y la razón conviven en mis adentros. Ambos seres femeninos disputan una batalla continua en mi alma desde mi juventud. Unas veces vence el intelecto, y en otras gana el corazón. Verbigracia: cuando escribo de los problemas de Zamora, de la ciudad y la provincia, aplico inteligencia y sentimientos. Critico al poder con datos, con la historia que conozco, con la memoria que aún perdura en mis recuerdos, y a su sociedad porque me ha demostrado su cobardía durante todo este periodo de democracia, y, por supuesto, a unos medios chaqueteros, que ahora son de derechas, si la vaca del poder da leche de la diestra, y mañana, ordeñan las ubres de las izquierdas si alcanza el mando en las instituciones públicas. Resulta vergonzoso que los políticos utilicen el dinero público, que es del pueblo, para premiar a los que guardan silencio de errores y corrupciones, y castiguen a los que somos independientes y escribimos con objetividad.
Si escribo que Zamora se halla al borde del abismo económico y analizo las razones para haber llegado al precipicio, simplemente cuento una realidad. Quizá lectores desprecien mi análisis. Yo señalo a las instituciones del Estado con sus decisiones: cierre de líneas férreas, de la Prisión Provincial, de la Universidad Laboral, del traslado del Regimiento Toledo a otra ciudad, y, ante todo, la tremenda reconversión agropecuaria, y, no lo olvido tampoco, la cobardía de la generalidad de los zamoranos, la traición de los políticos zamoranos en el Congreso de los Diputados, Senado y Cortes de Castilla y León.
Exijo, para que Zamora alcance un punto de inflexión, que pase de la concavidad de la decadencia económica y demográfica, a la concavidad del desarrollo y el aumento de población. ¿Cómo? Entre otras cosas, con el proyecto de Monte La Reina, sin coste alguno para los zamoranos, para sus instituciones públicas. Aquí, quién tiene que pagar es el Gobierno del PSOE, el partido que más nos debe a esta ciudad y su provincia. Además, los terrenos de Adif deberían ser cedidos al Ayuntamiento de Zamora para que nuestra ciudad tenga su propio polígono, porque Los Llanos y La Hiniesta corresponden al Estado y la Junta de Castilla y León. Voy a más: nada de chapuzas en la muralla, como informaba el otro día el PSOE, tras una reunión de Antidio Fagúndez con el ministro de Cultura: Plan Global de Restauración de todo el recinto. Cuestión esencial: ni un euro en impuestos para nuestros agricultores y ganaderos, y que Iberdrola pague un canon a esta provincia, como sucedía antaño. Los zamoranos no tendríamos que abonar el recibo de la luz. ¡Qué paguen las provincias que no producen energía, las que se aprovechan de nuestros recursos!
No cito lo de la Biorrefinería Multifuncional de Barcial del Barco, porque va bastante bien ese extraordinario proyecto y, además, se trata de una inversión privada. Escribo sobre política y decisiones de gobiernos.
Mañana, más.
Eugenio-Jesús de Ávila
Foto: Amigos del Ferrocarril de Zamora




















José | Lunes, 09 de Marzo de 2020 a las 23:10:13 horas
Olvida usted una de las cosas críticas para Zamora.
La conversión de la N122 en autovía.
Critico para la seguridad y crítico para atraer consumidores de Portugal un potencial de más de 150000 que ya no vienen por la peligrosidad de la N122.
Accede para votar (0) (0) Accede para responder