DENUNCIAS
Hasta 32 farolas fundidas en Olivares
El parque se encuentra prácticamente a oscuras
Damos por hecho que hay cosas más importantes, mucho más, que preocupan, incluso para considerar menores el resto. Lo cual no evita que ciertos problemas sigan ahí. Dar cuenta de ellos, aunque parezca ahora de menor importancia, sirve, eso pretendemos, para desconectar mentalmente si es posible, aunque sea por un instante, del asunto que de verdad nos inquieta. Pensemos en futuro, en lo que tenemos pendiente, cuando vuelva la normalidad deseada.
Llegará el momento, ojalá pronto, que los parques, hoy vacíos, vuelvan a ser un lugar de esparcimiento para niños divirtiéndose en los juegos infantiles, de deportistas que lo cruzan de lado a lado, o pelotean en la pista, de gente paseando solo por moverse. Después de días de confinamiento, cuanto será de agradecer poder realizar algo tan sencillo como pasar un buen rato en el parque, disfrutando de ese entorno tan particular que proporciona el Duero, como en Olivares. ¡Lástima que se encuentre tan olvidado!
En todo el parque, desde las aceñas hasta la zona que se pierde en el rio, habilitada específicamente para esparcimiento canino, la luz artificial es más bien escasa. Llegando la noche, hay zonas, prácticamente, a oscuras. Farolas no faltan, pero sí su funcionamiento. No se trata, bien podría y disculpable seria, de una lámpara fundida, incluso de alguna más, porque carecería de importancia. Pero, cuando contadas el número asciende a 32, parece excesivo, para considerarlo tan solo algo accidental. Indicativo de falta de mantenimiento en este, como en otros servicios de competencia municipal. Necesitando se aporte, cuando sea prudente, no hay prisa, una solución, que resuelva el problema.
Manuel Herrero Alonso: texto y fotografías
Damos por hecho que hay cosas más importantes, mucho más, que preocupan, incluso para considerar menores el resto. Lo cual no evita que ciertos problemas sigan ahí. Dar cuenta de ellos, aunque parezca ahora de menor importancia, sirve, eso pretendemos, para desconectar mentalmente si es posible, aunque sea por un instante, del asunto que de verdad nos inquieta. Pensemos en futuro, en lo que tenemos pendiente, cuando vuelva la normalidad deseada.
Llegará el momento, ojalá pronto, que los parques, hoy vacíos, vuelvan a ser un lugar de esparcimiento para niños divirtiéndose en los juegos infantiles, de deportistas que lo cruzan de lado a lado, o pelotean en la pista, de gente paseando solo por moverse. Después de días de confinamiento, cuanto será de agradecer poder realizar algo tan sencillo como pasar un buen rato en el parque, disfrutando de ese entorno tan particular que proporciona el Duero, como en Olivares. ¡Lástima que se encuentre tan olvidado!
En todo el parque, desde las aceñas hasta la zona que se pierde en el rio, habilitada específicamente para esparcimiento canino, la luz artificial es más bien escasa. Llegando la noche, hay zonas, prácticamente, a oscuras. Farolas no faltan, pero sí su funcionamiento. No se trata, bien podría y disculpable seria, de una lámpara fundida, incluso de alguna más, porque carecería de importancia. Pero, cuando contadas el número asciende a 32, parece excesivo, para considerarlo tan solo algo accidental. Indicativo de falta de mantenimiento en este, como en otros servicios de competencia municipal. Necesitando se aporte, cuando sea prudente, no hay prisa, una solución, que resuelva el problema.
Manuel Herrero Alonso: texto y fotografías
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