Miércoles, 22 de Octubre de 2025

Redacción
Lunes, 30 de Marzo de 2020
OPINIÓN

Mundo Lázaro

Óscar de Prada López

[Img #36938]El pasado sábado se daban cita en el Evangelio de San Juan varios temas de rabiosa actualidad: la enfermedad, la muerte, el lamento y la fe. Hablo de ese episodio donde Jesús revivió a su amigo Lázaro, el de Betania. No era ciertamente el primero en ser devuelto a la vida, recordemos a la hija de Jairo o al hijo de la viuda de Naín. Pero sí fue el desencadenante para esa conspiración farisaica, que acabaría cobrándose en carne cada afrenta del carpintero de Nazaret. Más o menos como los poderosos de hoy, deseosos de ejercer su poder sin que nadie se lo afee o siquiera lo cuestione. La duda es el primer paso en muchos caminos y no siempre es mala o prescindible.

 

En ese momento bíblico también salen capitanes a posteriori. Gente que criticó al Maestro por ser capaz de obrar tal o cual milagro pero no poder salvar a su amigo. Ya ven que no es un invento del Gobierno progre, que se vale de ello como otra cortina de humo para disimular sus errores y horrores. 78.799 casos confirmados, 14.709 recuperados y 6.606 fallecidos son las cifras humanas, a nivel nacional y a día de hoy. En cuanto a sus "aciertos", son pura vanagloria -ej: las insípidas comparecencias televisivas del presidente y sus cuates- y para nada merecedores de un aplauso vespertino colectivo.

 

Todos nos sentimos como Lázaro, deseando que una voz nos invite a salir fuera. Sin miedo a nada ni a nadie. Es de imaginar que salió del sepulcro jodido pero contento; como nosotros, cuando termine el estado de alarma y volvamos a poblar las calles y los bares. ¿Quién no ha soñado ya con todo lo que supondría volver a la normalidad? Sabedores de cuanto nos espera, según cantara Sabina al susodicho: "(...) Las ojeras del mar, el recibo del gas, (...) y el otoño, el café, la rutina (...) y volver a volver a empezar (...) las tijeras del sol, el asfalto, el smog y el perfume más caro y el jazmín y el caviar y el reloj (...)".

 

La paciencia es una virtud encomiable en estos momentos; por eso repiten desde las altas esferas el elogio al comportamiento ejemplar de la ciudadanía, los profesionales sanitarios o las fuerzas de seguridad. Dorar la píldora al que te encumbró, regalándole el oído, no funciona siempre. Sobre todo, cuando demuestras no estar capacitado y te timan con un cargamento de tests contra el coronavirus que es puro fiasco. Otra vuelta de tuerca al concepto de ser engañado como un chino. No han de ser Sánchez e Iglesias quienes nos alienten con un "España, levántate y anda". A mal presente que gestionan, peor futuro nos legan.

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