Razones, objetivas, para enfadarme

Anoche me fui al lecho, donde me esperaba el hermoso cuerpo y la dulce voz de la soledad, encabronado. Perdóneseme la vulgar expresión. El tal Pablo Iglesias, actor mediocre, voz impostada, desgranó una serie de medidas que abrirán la puerta de la descomposición económica de nuestra nación para convertirse, a no tardar, en una Venezuela europea. Este chico, como neocomunista, burgués, como lo fueron los bolcheviques, sus maestros, excepto Stalin, busca una pandemia económica, un momento excepcional, para asaltar los cielos, célebre frase que viene de la guerra de los titanes contra los dioses del Olimpo, que después retomaría Marx, en la Comuna de París. Pedro Sánchez permite, a un analfabeto en economía, erigirse en ministro de la cosa, relegando a Calviño a un segundo plano.  Barrunto que el presidente le ha tendido una trampa al listo comunista.

Leo y escucho, para enfurecerme, que el Gobierno ha concedido 15 millones de euros a sus televisiones, que ganaron más de ciento y pico el curso pasado. Canales que, unidos a TVE, entrevistaron a un psicólogo y un enfermero, que n criticaron, con vehemencia, a los responsables de  la Sanidad de la Comunidad de Madrid. Estos dos mendas, cosa que no indican los mencionados canales, uno milita en Más Madrid, primo hermano de Podemos, y el otro también forma parte de la izquierda extrema, a las órdenes de la formación morada. Esto sucede mientras la O.M.S. elogia al “extraordinario” hospital de IFEMA. PSOE y Unidas Podemos quieren señalar al PP y a la Comunidad de Madrid como responsables de que esta pandemia haya contagiado a media España, para quitarse de encima su incapacidad para gestionarla. De momento, el ejecutivo madrileño, formado por populares y Cs abonará las cuotas de marzo y abril de los autónomos que residen en la capital de España y su provincia.

 Analfabetos en gestión, porque nunca han trabajado; porque se lo dieron todo hecho sectarios de cuna, alimentados en el odio hacia todo ciudadano que no comulgue con sus fracasos históricos, pero maestros en la propaganda, quieren envenenar a las masas para proyectar su ineptitud e incompetencia hacia el enemigo ideológico. Reitero, como he venido explicando estos días, que el propio Iglesias comentaba en una conferencia que si le dieran a elegir entre pedagogía y propaganda, jamás dudaría: ¡Propaganda! Después ya haría lo que fuera menester con la Educación: proselitismo.

Y Abascal apoyando al Gobierno, indirectamente, pidiendo la dimisión del dúo vírico: Sánchez-Iglesias. Intervención anacrónica, demagógica y estólida. Enfatice Vox, como hizo ayer, pero sin darle importancia, en las medidas económicas que deberán aplicarse cuando acontezca la crisis social.

Y más: la prensa protesta de la censura de sus preguntas durante las comparecencias del propio presidente y otros ministros en Moncloa; incluso el mismísimo El País, diario progubernamental,  se adhirió a esa queja. Los médicos españoles tampoco han sido consultados. Los psicólogos envían una carta de protesta a TVE por la intervención de un colega de profesión de ultraizquierda, cargando contra la Sanidad de Madrid, en su nombre. Huele a totalitarismo. La Asociación mayoritaria de los autónomos, ATA, sigue manifestando que se les engaña, que se les toma el pelo, que se ríen de ellos. Ayer mismo ya pagaron su cuota mensual.

También se nos apareció hoy el ministro de Consumo, el personaje, burgués también, de buena familia, mising desde que se inició el Estado de Alarma, para hablarnos de apuestas y de juegos. Manda huevos. Este comentó que Cuba era un ejemplo de lo que significa consumir. No será carne de ternera, ni lechazo…quizá carne de sexo, de ginetera.

Y para enojarme hasta dolerme el riñón, me doy de bruces esta mañana, pasadas las diez, con dos señoras, asidas por sus brazos, de cháchara, con ritmo de paseo primaveral, a la altura de la plaza del Fresco y calle Mariano Benlliure. Me quedé, fijamente, mirándolas. Me tuve que morder la lengua y contar más de diez, para no recriminarles su insolidaridad, su egoísmo, su jeta.

Después, de vuelta casa, vi a una señora en bicicleta que pedaleaba hacia el barrio de La Lana. Pues otra persona que se ríe de los que se quedan en casa, de los que padecen este confinamiento durísimo para el cuerpo y para la psique, porque se considera elite, distinta, diferente; la creme de la creme.

Y ya en casa, después de la sobremesa, reflexioné sobre la pequeñez y  debilidad de nuestra Zamora. ¿Por qué? Sencillo. Desde la declaración del Estado de Alarma, han pasado por nuestra ciudad y provincia unidades militares procedentes de destacamentos con bases en Asorga, León y Salamanca, además de soldados de la U.M.E., que realizan una labor extraordinaria y admirable. Y me dio por recordar que en nuestra ciudad, durante casi todo el siglo XX, se estableció  en el cuartel Viriato el Regimiento Toledo, que después, durante el felipismo, se trasladó de Zamora. Pregunta: ¿Por qué Astorga, León y Salamanca gozan de estos destacamentos del Ejército y aquí, ni PSOE ni PP decidieron compensar aquella decisión con una brigada o unidad? Importamos tres cominos a unos y otros. Un servidor pensaba que Monte La Reina volvería a dar servicio a profesionales de la milicia. Pero, dadas las circunstancias, el Gobierno ya tienes excusas para paralizar esta inversión.

¡Por favor!, no me pida usted que muestre mi satisfacción por la gestión de este ejecutivo socialcomunista, ni con sus medidas económicas, con el trato a los autónomos, con la guerra que ha abierto entre propietarios e inquilinos, que arruinarán a media España, ni con la gente que se mofa, con naturalidad desfachatez,  de los que se quedan en casa.

Y para enervarme, una televisión, de las premiadas con ayudas, informa de que diputados y senadores han cobrado dietas de manutención y de desplazamiento. Eso sucede mientras los autónomos pagaron su cuota.

A Pedro Sánchez se le está quedando rostro de Maduro; y a Pablo Iglesias de Vladimir Ilich Ulianov. Y a mí de tonto, que acabará en el gulag de Los Monegros.

Eugenio-Jesús de Ávila