No salgo de mi asombro

En éstos momentos de confinamiento me veo poco con mi vecina Marisol, mejor dicho, me encuentro poco con ella pero nos vemos más, concretamente todos los días a las ocho de la tarde aplaudiendo. Pero en lo que es su línea me manifiesta su pesar con un contundente –No salgo de mi asombro- refiriéndose a la actitud de nuestro políticos en una gravísima situación como la que estamos pasando en éstos momentos por culpa del coronavirus.

El comportamiento de la ciudadanía está siendo ejemplar. Salvo cuatro descerebrados que aún salen de puente y de vacaciones después de cuatro semanas de confinamiento que llevamos en estos momentos. Los insultos que profirió Marisol son irrepetibles en foros tan principales como éste en el que nos encontramos.

Pero añade que el comportamiento de los políticos también deja mucho que desear, sobre todo los de la oposición. Ya hemos repetido en más de una ocasión que tiempo habrá de pedir cuentas al gobierno por su actuación en éste penoso trance que nos ha tocado pasar. No tenemos los datos precisos para saber si nos han mentido o no, ni la oposición tampoco. Los países implicados en ésta desgracia han caído en los mismos errores, si es que pueden llamarse así, porque nadie sabe cómo reaccionar ante esta pandemia, nos ha cogido a todos con el pié cambiado y nadie ha sabido exactamente qué hacer.

Los advenedizos ponen como ejemplo a Alemania y se olvidan de decir que el cómputo de fallecidos que hacen allí no es el mismo que el que se hace en España. En Alemania sólo imputan como víctimas del coronavirus a aquellos que no han tenido ninguna patología previa, cosa que en España si se hace. Los números, como es evidente, no son comparables. Aquí damos como fallecido por el coronavirus a todo aquel que fallezca con la infección aunque tuviese previamente patologías de otro tipo y en Alemania no lo incluyen. Es obvio que tienen muchos menos fallecidos. Eso es necrodemagogia, señores políticos, es muy rastrero.

Pero el colmo de la desfachatez es lo ocurrido en las últimas sesiones parlamentarias. En primer lugar, hace unos días, a pesar de la restricción que se ha propuesto a la asistencia al Congreso, los “iluminados” de VOX se han presentado todos, todos, a una sesión en la que no había nada importante que ventilar, simplemente por el mero hecho de llevar la contraria, con ellos no va el confinamiento, son de otra raza. Aznar no lo habría hecho mejor. Por cierto, continúa de vacaciones en Marbella, dando ejemplo a todos los españoles de cómo se hacen las cosas.

Y en la sesión extraordinaria de hoy, Jueves Santo, las intervenciones de PP y VOX han sido el ejemplo de la amabilidad, educación y apoyo al gobierno y a la situación por la que pasmos. ¡Qué lección política nos está dando Portugal, otra vez, donde la oposición se pone al servicio del gobierno y le alienta a seguir adelante contra la pandemia!. Pero dejando al margen las lindezas que le han lanzado al gobierno, eso sí, sin ninguna solución alternativa a la actuación que se está llevando, lo más chocante es las propuestas que han lanzado algunas de esas cabezas privilegiadas.

El señor Abascal pide una paga extra para los sanitarios, policías, bomberos, limpiadores y todo aquel que haya estado trabajando  implicado en éste desgraciado proceso. No se le ocurrió decir que habría que incrementar el presupuesto en sanidad pública para que en ocasiones futuras no tengan que mendigar material sanitario y que puedan incrementarse las plantillas de los hospitales, en lugar de reducirse que es lo que ha ocurrido. Por otro lado pide eliminación total de cotizaciones de Impuesto de Sociedades, IRPF, cuotas de autónomos. Es decir, en líneas generales, que no se paguen impuestos.

En la misma línea está su socio, señor Casado que pide eliminar el impuesto de sucesiones a los familiares de los fallecidos por el coronavirus “para paliar el dolor”, según sus propias palabras. -Ni a mis geranios se le habría ocurrido semejante tontuna-, dijo mi vecina. Como dato, en España el impuesto de sucesiones lo pagan aproximadamente un 1% de los contribuyentes, que son los que transmiten patrimonios de elevado valor, como podemos imaginar.     

-Entonces, alma de cántaro, si no cobramos impuestos y por otro lado pedimos indemnizaciones, ¿de dónde sale el dinero?-, dice mi vecina con buen tino. Y continúa diciendo que si estamos reclamando a Europa su implicación en la financiación de todo este desastre, no solo para España, claro está, y nosotros no cobramos impuestos, lo más fino que nos van a llamar es “jetas indecentes”, y con razón. -Si queremos que la UE aporte tendremos que ir nosotros por delante con la vela, ¿no?-, dice enfadadísima Marisol.

La actuación en los dos últimos plenos, semiplenos más bien, de la oposición ha sido de vergüenza. Además poniendo los muertos encima de la mesa, apropiándose de los fallecidos como si éstos tuvieran propietario. ¡Una vergüenza!, repite una y otra vez Marisol.

Tendremos que incrementar la Deuda Pública, claro está, para poder invertir en sanidad, educación, en líneas generales en la economía del bienestar que teníamos hasta hace diez años,  y Europa no podrá ponernos pegas porque estaremos todos igual. Y tendremos que replantearnos de una vez que para tener una sanidad pública ejemplar, como ha sido hasta los dichosos recortes, hay que poner dinero en ella, no quitarlo. Y no se trata de los profesionales, que ellos sí que han estado a la altura, y mucho más, se trata de invertir en medios y en sueldos, en incremento de plantillas, no reducciones.

Y todo esto sale de los impuestos, señores Casado y Abascal. Esto es de parvulitos. O es que quieren que la sanidad sea únicamente para el que se la pueda pagar, como defiende esa mente privilegiada que es Trump.

Mi vecina no sale de su asombro por el comportamiento insolidario y nada ético de la oposición, y yo tampoco. Nos despedimos en el “radiopatio” porque me dijo que iba a hacer unas torrijas.

Kebedo.