PASIÓN POR ZAMORA
La Soledad, una cofradía femenina

Hay una soledad que eliges, bien porque eres una persona rara, cercana a la misantropía, ya porque quieres encontrarte contigo mismo, después de perderte entre la gente o que alguien te despechara. Y existe otra soledad, la que te impone el poder.
La muerte siempre es alma solitaria. Llega y te lleva. El que muere se va y nadie lo puede retener. El amor también se va. El amor es una muerte que vive. Un día se despide y ni las lágrimas del que se queda en soledad lo retendrán. Pero el amor carece de tumba, de ataúd. No se le entierra.
Zamora es una ciudad que llora el coronavirus tras las ventanas, los balcones, los visillos. Una pandemia distribuida, expandida desde china, nos ha dejado en soledad. Hoy, cuando la postura del sol, miles de zamoranas, que nunca están solas, porque la belleza jamás se aísla, se esconde, ni se siente sola, deberían salir a mostrar sus lágrimas. Ramón Álvarez esculpió el rostro de una Virgen, bautizada como “Soledad”. Pero esa hermosa cara refleja, más que soledad, la tristeza que provoca la muerte de un hijo en la faz de cualquier madre.
En verdad, nadie acompaña a la soledad de la muerte. Se sufre en soledad. Es un dolor que se queda dentro, que te quiebra las entrañas del alma y que suele dibujarse en la mirada. Las lágrimas, glóbulos rojos del alma, esculpen las mejillas con la gubia de la tristeza. El escultor zamorano se sintió mujer y madre cuando celebró esa obra de arte que es la cara de la soledad, porque solo una fémina conoce de que está hecho el dolor que provoca la muerte de un hijo, de un pedazo liberado de su carne. Solo mujeres pueden acompañar a otra mujer en ese trance de la muerte. El hombre no alcanza esa sensibilidad femenina. El hombre es hedonista. Un ser que huye del dolor, que no lo enfrenta.
La procesión de la Virgen de la Soledad huele a mujer. Es una cofradía fémina que se muestra su feminidad ante una mujer virgen, en una soledad no elegida, sino dada por el destino, por las circunstancias, por la vida.


Hay una soledad que eliges, bien porque eres una persona rara, cercana a la misantropía, ya porque quieres encontrarte contigo mismo, después de perderte entre la gente o que alguien te despechara. Y existe otra soledad, la que te impone el poder.
La muerte siempre es alma solitaria. Llega y te lleva. El que muere se va y nadie lo puede retener. El amor también se va. El amor es una muerte que vive. Un día se despide y ni las lágrimas del que se queda en soledad lo retendrán. Pero el amor carece de tumba, de ataúd. No se le entierra.
Zamora es una ciudad que llora el coronavirus tras las ventanas, los balcones, los visillos. Una pandemia distribuida, expandida desde china, nos ha dejado en soledad. Hoy, cuando la postura del sol, miles de zamoranas, que nunca están solas, porque la belleza jamás se aísla, se esconde, ni se siente sola, deberían salir a mostrar sus lágrimas. Ramón Álvarez esculpió el rostro de una Virgen, bautizada como “Soledad”. Pero esa hermosa cara refleja, más que soledad, la tristeza que provoca la muerte de un hijo en la faz de cualquier madre.
En verdad, nadie acompaña a la soledad de la muerte. Se sufre en soledad. Es un dolor que se queda dentro, que te quiebra las entrañas del alma y que suele dibujarse en la mirada. Las lágrimas, glóbulos rojos del alma, esculpen las mejillas con la gubia de la tristeza. El escultor zamorano se sintió mujer y madre cuando celebró esa obra de arte que es la cara de la soledad, porque solo una fémina conoce de que está hecho el dolor que provoca la muerte de un hijo, de un pedazo liberado de su carne. Solo mujeres pueden acompañar a otra mujer en ese trance de la muerte. El hombre no alcanza esa sensibilidad femenina. El hombre es hedonista. Un ser que huye del dolor, que no lo enfrenta.
La procesión de la Virgen de la Soledad huele a mujer. Es una cofradía fémina que se muestra su feminidad ante una mujer virgen, en una soledad no elegida, sino dada por el destino, por las circunstancias, por la vida.




















Capricciomarket | Sábado, 11 de Abril de 2020 a las 21:12:09 horas
Siento corregiros pero aún no es una Cofradía pertenece a La Congregación.
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