COVID-19
Las amapolas desafían al coronavirus
La primavera ha derrotado al coravirus. Ahí, tan cerca, junto al embalse del Esla, en Montamarta, crece una familia de amapolas entre hierbas libérrimas. No necesitan jardines artificiales, no requieren de los cuidados humanos para mostrar sus colores. Desprenden aromas al viento; beben agua de lluvia, requieren el favor de las abejas para ligar con otras flores y desprecian a sus hermanas que se esconden entre los cereales.
Estas amapolas silvestres no son un bulo, no necesitan políticos que las confinen, que las amedrenten, ni una renta mínima. Son pobres. Solo tienen el sol, el agua del embalse o del cielo, el viento de Eolo y los insectos que les cuchichean lo que suceden en el barrio de la naturaleza. Viste de rojo intenso, como la bandera comunista, pero sin hoz ni martillo, y la nacionalsocialista, pero sin la esvástica. Bailan con el aire que sopla recio en el valle de Montamarta y desprecian a las flores de invernadero y a las que se mueren en los cementerios. Amapolas del coronavirus, síntoma de la que la vida sigue y vencerá a la muerte y sus parcas. Amapolas zamoranas que desafiáis al coronavirus, sois la imagen de nuestra tierra, el símbolo que derrotará a esta pandemia moral y política que arrasa España.
Eugenio-Jesús de Ávila
La primavera ha derrotado al coravirus. Ahí, tan cerca, junto al embalse del Esla, en Montamarta, crece una familia de amapolas entre hierbas libérrimas. No necesitan jardines artificiales, no requieren de los cuidados humanos para mostrar sus colores. Desprenden aromas al viento; beben agua de lluvia, requieren el favor de las abejas para ligar con otras flores y desprecian a sus hermanas que se esconden entre los cereales.
Estas amapolas silvestres no son un bulo, no necesitan políticos que las confinen, que las amedrenten, ni una renta mínima. Son pobres. Solo tienen el sol, el agua del embalse o del cielo, el viento de Eolo y los insectos que les cuchichean lo que suceden en el barrio de la naturaleza. Viste de rojo intenso, como la bandera comunista, pero sin hoz ni martillo, y la nacionalsocialista, pero sin la esvástica. Bailan con el aire que sopla recio en el valle de Montamarta y desprecian a las flores de invernadero y a las que se mueren en los cementerios. Amapolas del coronavirus, síntoma de la que la vida sigue y vencerá a la muerte y sus parcas. Amapolas zamoranas que desafiáis al coronavirus, sois la imagen de nuestra tierra, el símbolo que derrotará a esta pandemia moral y política que arrasa España.
Eugenio-Jesús de Ávila

























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