TRADICIONES
El Cristo de Valderrey, en la soledad de la primavera
Si nos roban las tradiciones, Zamora deja de ser lo que fue

Ni Semana Santa, ni Cristo de Valderrey, que se celebraba hoy en Valorio, ni la Romería de La Hiniesta. A Zamora la está desalmando esta pandemia vírica. Una provincia que conserva sus tradiciones, que es su reloj del tiempo, su vínculo con el tiempo pretérito, que vive del pasado, de su memoria, se muere sin sus historia.
Zamora, al no alcanzar un desarrollo acorde con otras geografías patrias, al no subirse al tren del futuro, solo sabe asirse a lo que le quedó.
El Cristo de Valderrey, primera romería del año, si obviamos la propia de la Resurrección, abría el campo, en sensual primavera, a los zamoranos de la ciudad, que siguen oliendo a amapolas, cantando como ruiseñores y soñando espigas.

Ni Semana Santa, ni Cristo de Valderrey, que se celebraba hoy en Valorio, ni la Romería de La Hiniesta. A Zamora la está desalmando esta pandemia vírica. Una provincia que conserva sus tradiciones, que es su reloj del tiempo, su vínculo con el tiempo pretérito, que vive del pasado, de su memoria, se muere sin sus historia.
Zamora, al no alcanzar un desarrollo acorde con otras geografías patrias, al no subirse al tren del futuro, solo sabe asirse a lo que le quedó.
El Cristo de Valderrey, primera romería del año, si obviamos la propia de la Resurrección, abría el campo, en sensual primavera, a los zamoranos de la ciudad, que siguen oliendo a amapolas, cantando como ruiseñores y soñando espigas.


















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