COVID 19
Médicos y técnicos
Abrió el periódico ansioso por saber de nuevo algo y menos por indagar lo que tantos políticos ineptos opinan. Sufría ansioso por conocer cómo iban a organizar su vida, pero temía. Bastaba ver lo que ocurría en algunas provincias o autonomías, lo que de algunos hospitales se decía, para ceder a la melancolía o a la histeria, según el día. No entendía por qué dirigían hospitales gentes "de confianza" que no eran médicos ni de ello entendían y lo mismo con tantos otros puestos que ocupaban inadecuados amigos del partido de turno porque, eso sí, esto sucedía con muchos colores y en muchos lugares del nacional territorio.
Una parte de los problemas que sufrimos se debe a que quienes organizan a veces desorganizan con medidas torpes, insuficientes o excesivas, según sea el caso de quien las emita. La enfermedad no debiera tratarse políticamente, sino médicamente y de modo técnico, pensando en el bien general de las gentes, que tal vez no sea solo el confinamiento sino que haya también otros métodos. Las mascarillas que han de traer desde el extranjero, después de semanas, ¿no hay industrias en nuestras tierras que sean capaces de hacer lo que algunos elaboran en sus casas? Pues siguieron trayéndolas, e inadecuadas, desde China. Quien hace los trámites no sabe, a menudo, ni logra asesorarse bien tantas veces y pasan por tontos nuestros dirigentes con unas banderas u otras, camuflándose en el grupito donde tienen a sus amiguitos en el partido.
Una lección de esta gran crisis sería aprender a eliminar los "puestos de confianza" sin preparación adecuada por sus ocupantes en los gobiernos nacionales y autonómicos y dárselos al menos a quien títulos tenga o méritos para ejercerlos con seso y acierto, que la economía economistas la guíen; la medicina, los médicos; la fabricación, los empresarios, etc. A cada uno lo suyo y así podremos repartir para todos.
Todavía no se entiende cómo hablaban de hacer tests o pruebas a los futbolistas cuando entrenan mientras nuestros médicos y enfermeros siguen sin obtenerlos... El esférico manda más que quienes curan a nuestros deportistas... El mundo da vueltas a veces de un modo locuelo. Difícil se hace comprender muchas actitudes, por ejemplo, en las autonomías más ricas, Madrid y Cataluña, donde abandonaron los recursos para la sanidad pública, pues ahora más quieren recibir ya que sus ciudadanos padecen lo que los seguros privados no arreglan. La salud no es rentable para las empresas si han de cuidar siempre a muchos y no solo a quien dineros ofrezca, pero lo es y mucho para el conjunto del pueblo, y todos convivimos en el mismo entorno.
Ilia Galán
Abrió el periódico ansioso por saber de nuevo algo y menos por indagar lo que tantos políticos ineptos opinan. Sufría ansioso por conocer cómo iban a organizar su vida, pero temía. Bastaba ver lo que ocurría en algunas provincias o autonomías, lo que de algunos hospitales se decía, para ceder a la melancolía o a la histeria, según el día. No entendía por qué dirigían hospitales gentes "de confianza" que no eran médicos ni de ello entendían y lo mismo con tantos otros puestos que ocupaban inadecuados amigos del partido de turno porque, eso sí, esto sucedía con muchos colores y en muchos lugares del nacional territorio.
Una parte de los problemas que sufrimos se debe a que quienes organizan a veces desorganizan con medidas torpes, insuficientes o excesivas, según sea el caso de quien las emita. La enfermedad no debiera tratarse políticamente, sino médicamente y de modo técnico, pensando en el bien general de las gentes, que tal vez no sea solo el confinamiento sino que haya también otros métodos. Las mascarillas que han de traer desde el extranjero, después de semanas, ¿no hay industrias en nuestras tierras que sean capaces de hacer lo que algunos elaboran en sus casas? Pues siguieron trayéndolas, e inadecuadas, desde China. Quien hace los trámites no sabe, a menudo, ni logra asesorarse bien tantas veces y pasan por tontos nuestros dirigentes con unas banderas u otras, camuflándose en el grupito donde tienen a sus amiguitos en el partido.
Una lección de esta gran crisis sería aprender a eliminar los "puestos de confianza" sin preparación adecuada por sus ocupantes en los gobiernos nacionales y autonómicos y dárselos al menos a quien títulos tenga o méritos para ejercerlos con seso y acierto, que la economía economistas la guíen; la medicina, los médicos; la fabricación, los empresarios, etc. A cada uno lo suyo y así podremos repartir para todos.
Todavía no se entiende cómo hablaban de hacer tests o pruebas a los futbolistas cuando entrenan mientras nuestros médicos y enfermeros siguen sin obtenerlos... El esférico manda más que quienes curan a nuestros deportistas... El mundo da vueltas a veces de un modo locuelo. Difícil se hace comprender muchas actitudes, por ejemplo, en las autonomías más ricas, Madrid y Cataluña, donde abandonaron los recursos para la sanidad pública, pues ahora más quieren recibir ya que sus ciudadanos padecen lo que los seguros privados no arreglan. La salud no es rentable para las empresas si han de cuidar siempre a muchos y no solo a quien dineros ofrezca, pero lo es y mucho para el conjunto del pueblo, y todos convivimos en el mismo entorno.
Ilia Galán
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