Viernes, 26 de Septiembre de 2025

Nélida L. del Estal Sastre
Sábado, 09 de Mayo de 2020
CON LOS CINCO SENTIDOS

Besos robados

[Img #38945]Me gusta besarte, que cada célula de tus labios se arremoline junto a las mías para saborear nuestros respectivos egos, como si el mañana ya no fuera un opción viable, ni visible, ni palpable. Me encanta esa sensación de inmediatez y de prisa que te da el pensar que todo se acaba en momentos o que algo va indefectiblemente a implosionar y nos hará añicos a ambos, sin solución de continuidad. Aunque, por amor, luego nos volvamos a recomponer como los robots desmembrados, buscando su mano, su brazo, su corazón y al ser que ama, casi de manera mecánica, vital y compulsiva.

Me encanta tocarte y sentir tus manos en mi cuerpo, porque son manos que reconozco como mías y ningún falso pudor hace que me esconda de mostrarte tal y como dios me trajo al mundo, para que me llenes y me hagas sentir lo más bello y deseable del universo entero. Eso es amor. Si nunca habéis sentido esa pasión descomunal por alguien, es que tenéis, lo siento, de veras que sí, lo siento, la inmensa desgracia de no saber lo que significa que te amen hasta el último poro de tu piel, tengas la edad que tengas, seas agraciado o un poco menos, seas de izquierdas, de centro o de derechas. El amor y la pasión no distinguen de colores, ni de formas, ni de tacto, ni de bobadas. Es un tú contra mí, porque me apeteces y te apetezco, porque nuestro instinto nos junta de manera casi arcaica, animal, visceral, a tumba abierta. Y que sea lo que dios quiera y que de esto salga lo que tenga que salir.

¿Qué más da de dónde vengas si lo que me ofreces es lo que yo quiero o lo que yo ansío? ¿Qué más da? Hay personas que nacieron para conocerse, amarse tórridamente y no volver a verse nunca, sólo en el recuerdo…diario, para siempre. Triste. Amor perdido, pasión perdida. Pero también hay personas que nacieron con una conexión que los hará fuertes y felices y duros, y resistentes al frío, a la lluvia, a la nieve y al viento del norte, así pasen los años, muchos, uno tras otro. Esos duran porque su amor aguanta el envite del dios del viento, ese que lo voltea todo hasta dejarlo irreconocible, para que luego tengas que buscar los trozos de tu propia vida y las postales de tu existencia entre escombros removidos y manoseados por todo el mundo. Llenos de las huellas que no son las tuyas ni las de él. Pero la suerte, o el destino, llámalo como quieras si crees en ello, te ayudan a encontrar lo que buscas, a recomponerte y a volver a amar como si mañana fuese un día a estreno, nuevo e inmaculado, pleno de posibilidades para ponerte tus mejores y más sensuales galas y hacer de tu cuerpo el templo de la más pura satisfacción.

La vida es corta. Demasiado. Nunca oses desperdiciarla y llénala de amor, cada día, cada noche y cada madrugada. Muere henchida de amor y de pasión. Después, resulta que nadie me lo vino a contar cuando se fue, que luego, amigos, no hay nada. VIVE. AMA.

Nélida L. del Estal Sastre

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