OPINIÓN
¿Demostración de fuerza o de debilidad?

23 de mayo: 235.290 contagiados en España, más de 5.388.000 en el mundo. 28.678 personas fallecidas desde marzo, solo en nuestro país, y hoy Vox decide convocar a sus votantes de fe (no recuerdo nada que hayan gestionado y no hay más que vísceras en esta escisión de "derechita no cobarde" que se quedó sin asiento).
Bien, utilicemos la memoria más corta: el 8M, a posteriori, fue un error que nadie quiso creer (la prueba está en las ministras que participaron ¿alguien se contagiaría adrede a sabiendas?); en la misma línea, la asamblea de Vox en Vistalegre fue otro error, sobre todo, tras el viaje de Ortega Smith, podemos sumar partidos de fútbol, viajes a Italia, la estampida desde Madrid a pueblos de Castilla y León, Castilla-La Mancha, segundas residencias playeras, las visitas a los centros de mayores... Grandes errores sin intención de matar, ¿inconsciencia? seguramente.
Recuerdo cuando empezaron a cerrarse las escuelas y universidades y la consejera de Sanidad de Castilla y León dijo aceptarlo, pero no compartirlo, porque los niños no corrían peligro y sí sus abuelos "cuidadores"... Miranda de Ebro se acababa de cerrar, tras las súplicas de muchos. La misma Verónica Casado, en muchas ocasiones, usa como referencia las publicaciones del Centro Europeo para el Control y Prevención de Enfermedades (ECDC). Normal, ellos, incluido Fernando Simón, se encargan de proporcionar asesoramiento científico a los países europeos y no, tampoco vieron su letalidad, aunque sí el peligro por la rapidez de los contagios. La presidenta europea, Von der Leyen, el 2 de marzo, hablaba de calma, de no entrar en pánico, "su letalidad es muy inferior al de otros brotes, como el SARS".
Podemos seguir sumando a más inconscientes: Boris Johnson, Trump, Pedro Sánchez (que no canceló eventos multitudinarios y se dejó guiar por la economía), Ayuso (que negó el cierre de Madrid, celebró oposiciones e incluso se pidió el Mobile); Macron y sus elecciones en Francia, el día que contaban 127 muertos y 5.400 contagiados; la inmunidad de grupo de Suecia... y todos los que creímos que solo afectaría a las personas débiles, mayores y con patologías previas, como una gripe normal.
Yo, pobre de mí, que lo único que puedo aportar es escuchar, intentar aprender y valorar, tampoco lo vi venir. ¡Oh, esos locos del papel higiénico! ¡Si es como una gripe más contagiosa! ¿En Semana Santa nos vemos?
Unas 30.000 personas han muerto solo en España, ¿se ha hecho bien o se ha hecho mal? No hay duda, todos lo hemos hecho mal: el Gobierno, la oposición con mando o sin él en diferentes comunidades, todos los que menospreciamos al virus, los que quisieron enriquecerse con las mascarillas o las robaron para repartir a su familia, los que se fueron a ver al abuelo, los que no nos abastecieron de material de protección a tiempo, los que se saltaron las indicaciones, los de los botellones, los que pasearon al perro mil veces al día. Lo hemos hecho mal, pero ¿se nos puede perdonar? Todo está en la intención...
Miento, los profesionales de centros hospitalarios, de salud y emergencias, los auxiliares técnicos y trabajadores de residencias, farmacéuticos, cuerpos de seguridad, personal de limpieza, de laboratorios, los trabajadores de servicios esenciales, agricultores, ganaderos... Nada se puede decir más que un merecido ¡gracias! Quede en la conciencia de los responsables el haberlos obligado a ser héroes.
No confiar en los políticos y pasar del estado de alarma, dejando todo el peso en los ángeles de la guarda sanitarios, se podía perdonar en marzo, aunque se ha demostrado un error. Pero, si hay un rebrote, ¿se puede perdonar a los que piden que salgamos a la calle "en libertad" y usan la bandera como pancarta de libertad? ¿A quién denuncio yo si muere uno de los míos? ¿A la caravana de Copa del Mundo de Espinosa de los Monteros? ¿Se puede perdonar que no hayan esperado un mes para pedir libertad?
La primera vez somos culpables todos, la segunda vez...
23 de mayo: 235.290 contagiados en España, más de 5.388.000 en el mundo. 28.678 personas fallecidas desde marzo, solo en nuestro país, y hoy Vox decide convocar a sus votantes de fe (no recuerdo nada que hayan gestionado y no hay más que vísceras en esta escisión de "derechita no cobarde" que se quedó sin asiento).
Bien, utilicemos la memoria más corta: el 8M, a posteriori, fue un error que nadie quiso creer (la prueba está en las ministras que participaron ¿alguien se contagiaría adrede a sabiendas?); en la misma línea, la asamblea de Vox en Vistalegre fue otro error, sobre todo, tras el viaje de Ortega Smith, podemos sumar partidos de fútbol, viajes a Italia, la estampida desde Madrid a pueblos de Castilla y León, Castilla-La Mancha, segundas residencias playeras, las visitas a los centros de mayores... Grandes errores sin intención de matar, ¿inconsciencia? seguramente.
Recuerdo cuando empezaron a cerrarse las escuelas y universidades y la consejera de Sanidad de Castilla y León dijo aceptarlo, pero no compartirlo, porque los niños no corrían peligro y sí sus abuelos "cuidadores"... Miranda de Ebro se acababa de cerrar, tras las súplicas de muchos. La misma Verónica Casado, en muchas ocasiones, usa como referencia las publicaciones del Centro Europeo para el Control y Prevención de Enfermedades (ECDC). Normal, ellos, incluido Fernando Simón, se encargan de proporcionar asesoramiento científico a los países europeos y no, tampoco vieron su letalidad, aunque sí el peligro por la rapidez de los contagios. La presidenta europea, Von der Leyen, el 2 de marzo, hablaba de calma, de no entrar en pánico, "su letalidad es muy inferior al de otros brotes, como el SARS".
Podemos seguir sumando a más inconscientes: Boris Johnson, Trump, Pedro Sánchez (que no canceló eventos multitudinarios y se dejó guiar por la economía), Ayuso (que negó el cierre de Madrid, celebró oposiciones e incluso se pidió el Mobile); Macron y sus elecciones en Francia, el día que contaban 127 muertos y 5.400 contagiados; la inmunidad de grupo de Suecia... y todos los que creímos que solo afectaría a las personas débiles, mayores y con patologías previas, como una gripe normal.
Yo, pobre de mí, que lo único que puedo aportar es escuchar, intentar aprender y valorar, tampoco lo vi venir. ¡Oh, esos locos del papel higiénico! ¡Si es como una gripe más contagiosa! ¿En Semana Santa nos vemos?
Unas 30.000 personas han muerto solo en España, ¿se ha hecho bien o se ha hecho mal? No hay duda, todos lo hemos hecho mal: el Gobierno, la oposición con mando o sin él en diferentes comunidades, todos los que menospreciamos al virus, los que quisieron enriquecerse con las mascarillas o las robaron para repartir a su familia, los que se fueron a ver al abuelo, los que no nos abastecieron de material de protección a tiempo, los que se saltaron las indicaciones, los de los botellones, los que pasearon al perro mil veces al día. Lo hemos hecho mal, pero ¿se nos puede perdonar? Todo está en la intención...
Miento, los profesionales de centros hospitalarios, de salud y emergencias, los auxiliares técnicos y trabajadores de residencias, farmacéuticos, cuerpos de seguridad, personal de limpieza, de laboratorios, los trabajadores de servicios esenciales, agricultores, ganaderos... Nada se puede decir más que un merecido ¡gracias! Quede en la conciencia de los responsables el haberlos obligado a ser héroes.
No confiar en los políticos y pasar del estado de alarma, dejando todo el peso en los ángeles de la guarda sanitarios, se podía perdonar en marzo, aunque se ha demostrado un error. Pero, si hay un rebrote, ¿se puede perdonar a los que piden que salgamos a la calle "en libertad" y usan la bandera como pancarta de libertad? ¿A quién denuncio yo si muere uno de los míos? ¿A la caravana de Copa del Mundo de Espinosa de los Monteros? ¿Se puede perdonar que no hayan esperado un mes para pedir libertad?
La primera vez somos culpables todos, la segunda vez...
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