La destitución del coronel de la Benemérita, un ataque, velado, a la Justicia

La destitución del coronel Jefe de la Comandancia de Madrid por parte de Marlaska, juez en política, inhabilitado éticamente para seguir administrando Justicia, significa que este Gobierno socialcomunista va a por todas. Traduzco. Punto final a la democracia burguesa, la de todas las naciones de Europa civilizadas. Se acabó la división de poderes. El judicial pasará a mejor vida. El Gobierno colocará a su mando a magistrados y jueces afines. Los que deseen ejercer su profesión de acuerdo con la Ley serán apartados de las decisiones relacionadas con cargos políticos.

Pérez de los Cobos, según la prensa madrileña, fue destituido por haberse negado a facilitar el ministro del Interior datos sobre las investigaciones que se habían realizado a raíz de la petición de la jueza sobre si hubo o no prevaricación al permitir la manifestación del 8M. Las informaciones recogidas por miembros de la Benemérita apuntaban hacia la culpabilidad tanto del ministro Illa como Fernando Simón, que ya ha cambiado siete veces de método para el recuento de fallecidos por el coronavirus. Un auténtico caos. Nunca sabremos cuántos españoles murieron por el coronavirus, como tampoco quién puso las bombas en los trenes de Madrid, inicio de la deriva política española hacia el caos.

Una vez que la Justicia dependa del ejecutivo,  Pedro&Pablo crearán lo que podría definirse como  Comité de Salud Pública, a imitación del instituido por Robespierre a principios de abril de 1793, con el objetivo de aplicar condenas firmes y duras a los que protesten contra sus medidas revolucionarias. Y, si el peligro de involución permanece, se potenciará la represión política e informativa.

No olvide el lector que Lenin, al que tanto admira Pablo Iglesias, creyó ver en el Terror en la Francia jacobina un proyecto idóneo para aplicar por los bolcheviques en la Rusia revolucionaria. De momento, Pedro Sánchez ya nombró a  Dolores Delgado como Fiscal General del Estado, persona de absoluta confianza para edificar su modelo de democracia. Debería realizar el papel de Vyshinsky en los Procesos de Moscú, purgas de Stalin de miembros del Partido Comunista, militares, socialistas, anarquistas…los considerados “enemigos del pueblo”, si anhela avanzar en este proceso de liquidación de la democracia de 1978 para establecer el nuevo concepto de democracia de Sánchez e Iglesias, idéntico al modelo venezolano.

El proceso, iniciado ayer con la destitución del coronel Pérez de los Cobos, irá avanzando, cubriendo etapas, aprovechando el confinamiento de la gran mayoría de los ciudadanos, todavía cabizbajos tras el duro golpe de la pandemia vírica y el estado de alerta, vacuna necesaria para el proceso trazado por los neocomunistas. De  momento, hoy mismo, el general Ceña, director adjunto operativo de la Guardia Civil (DAO) cesó, debido a la destitución de su compañero por el ministro Marlaska. Por otra parte, el Consejo de Ministros aprobó una subida de salarios. Mosquea esta inmediatez, máxime tras la destitución de Pérez de los Cobos. Podrá ser ética, porque los miembros del benemérito cuerpo lo merecen; pero resulta escasamente estética. Grande Marlaska confunde valor y precio.

Insisto que la decisión del ministro del Interior se dirige más hacia el poder judicial que a la Guardia Civil. La que ha sido desairada es la jueza que ordenó al coronel investigar sobre el 8-M. Una vez que el ejecutivo domine la Justicia, le tocará al Ejército. Nombrarán a generales cercanos al poder ejecutivo para ajustar las riendas de esta democracia que se desliza hacia una dictadura izquierdista. No obstante, el Jefe de los Ejércitos se llama Felipe VI. No olvide el lector que el cerebro comunista Pablo Iglesias se mostró molesto con que el monarca vistiese uniforme militar. ¿Por qué? 

Eugenio-Jesús de Ávila