Lunes, 29 de Septiembre de 2025

Jimena González-Santander Hernández
Domingo, 07 de Junio de 2020
FILOSOFÍA

Carpe Diem

[Img #40173]A principio de curso mi profesora de filosofía nos explicó aquellos filósofos presocráticos que nos serían claves durante todo el año. Dentro de estos quiero resaltar a dos: Parménides y Heráclito. 

Parménides creía en la inmutabilidad del mundo de manera que los cambios serían simplemente apariencias sensoriales que la razón debería negar, “el ser es y el no ser no es”, mientras que Heráclito afirmaba todo lo contrario. Este planteaba como cierta la teoría del continuo cambio del mundo. El universo como un perpetuo fluir. He de decir que yo creía bastante en Parménides al principio, ya que mi vida no había pegado ningún cambio radical y los cambios que había pegado se habían revertido ellos mismos de manera que siempre volvíamos a la situación inicial. De hecho hasta hace unas semanas creía en esa teoría que este autor afirmaba. 

Dado este confinamiento y la cantidad de tiempo que me sobra decidí repasarme todo el curso, así pues al llegar el momento de la EBAU, no sentir tanta presión. Llegué a las teorías de estos dos autores y al leer a Heráclito me detuve a pensar.  Heráclito tenía razón. Nunca sabes lo que va a llegar, los planes pueden romperse en tan solo milésimas de segundo, no eres el mismo que hace días, minutos, segundos. No debemos dar nada por sentado. Todo esto me llevó a una conclusión: debo disfrutar más del momento. 

 

No creo que sea la única que en estos días haya echado de menos las cosas más banales y que creía normales de la vida. Salir de cañas, ver a mis amigos, ir a clase o incluso la forma en la que un profesor entraba por la puerta del aula. Debemos disfrutar de la vida, de las personas, de los pequeños momentos que ahora vemos como los más grandes. No tener miedo de lo que vendrá. Arriesgarnos, puede ser que no volvamos a tener la oportunidad. Vivamos sin temor a la caída y si caemos aprender. Puede ser que otra oportunidad en la cual demostrar lo aprendido llegue. No perdamos oportunidades de momentos grandes por priorizar aquellos pequeños. Demos segundas, terceras y duodécimas oportunidades. Aprendamos a dejar ir y a dejar llegar. Aprovechemos esos vermouths que se convierten en cafés toreros y que finalmente son desayunos de chocolate con churros. Que lo que es puede no ser y que lo que no es puede ser. Abracemos, besemos. Queramos. Puede ser la última vez que lo hagamos. Aprovechemos el presente puede ser que el futuro no llegue. Carpe Diem.

Jimena González-Santander Hernández.

 

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