Viernes, 26 de Septiembre de 2025

Redacción
Lunes, 08 de Junio de 2020
OPINIÓN

Sobre prórrogas y penaltis

Óscar de Prada López

[Img #40192]En la duodécima jornada de la temporada liguera 2016/17, hubo uno de esos momentos futbolísticos que resumen el hartazgo de quien intenta algo, por lo civil o por lo criminal, sin conseguirlo. El Barça empataba a cero en el Camp Nou contra el Málaga, tras jugar 90 minutos y 4 de añadido que fueron 7 al cabo. Pese a jugar en superioridad numérica, no se llevaron el gato al agua. ¿Resistencia numantina, flor en el pandero o punto de mira desviado? Un poco de cada. De todas ellas entiende algo Sánchez, tan aferrado al poder que resulta imposible distinguir dónde empieza el colchón y dónde termina él. O Iglesias, tan aficionado para recetar escraches ajenos como alérgico para recibirlos.

 

Ahora que se anuncia el primer cobro del IMV (Ingreso Mínimo Vital) y la vuelta del fútbol, retorna además aquella expresión del imperio romano Panem et circenses, es decir, pan y juegos. Las mejores distracciones de la masa suelen estar vinculadas con la satisfacción de su hambre y su ociosidad. Sin ser ningún experto, dudo que el progreso pase por crear dependencia colectiva del Estado y hacer de la picaresca secular un modus vivendi en pleno siglo XXI. Amansados como borregos no sabemos ejercer ningún derecho ni cumplir ningún deber. No se puede exigir algo sin estar dispuesto a ofrecerlo. Pedir a la oposición unidad, respeto o responsabilidad cuando tú mismo no cumples suena incoherente. O dictatorial.

 

Resistir no es vencer si tu causa está perdida desde el principio. Tras seis prórrogas del estado de alarma, no está claro si el Gobierno ha querido triunfar sobre el covid-19 o sobre la oposición con tanta negociación solapada. No parece tampoco que haya actuado con total transparencia informativa, viendo cómo el Financial Times deja de usar las cifras de muertos en España. En palabras del analista británico, la situación es ridícula y tales datos defectuosos ensombrecen la estrategia del Ejecutivo. Si así lo ven desde fuera, ¿cómo no lo veremos desde dentro? Así de fiable es la mano al timón, que aun creyéndolo todo atado -y bien atado- no se fía de su propia sombra. Seguramente porque le recuerda cuán fugaz puede ser su paso por la cumbre. Tan rápido como se sube se puede bajar. O más.

 

Como aquellos piratas cinematográficos del Caribe, cuya verdadera apariencia sólo era visible a la luz de la luna, nos acostumbran a no saber de lo que son capaces aun perdidas cara y careta. Los embaucadores, siesos, tragavirotes y sicofantes viven sin vivir en sí mismos, dada la preocupación que les suscita su propia imagen de cara a la galería. Y aun pillados en flagrante fuera de juego, como Grande-Marlaska con el caso Pérez de los Cobos, siguen amparados por su sensación de impunidad institucional. Convendrá recopilar todas aquellas ocasiones en que se han cubierto de gloria estos últimos meses, evidenciando sus carencias y meteduras de pata. Aquel conflicto diplomático con Turquía, aquella estafa de material sanitario defectuoso, aquellos dimes y diretes entre los socios de coalición, aquellas estadísticas pendulares... Quo vadis, Hispania?

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