Lunes, 22 de Septiembre de 2025

Nélida L. Del Estal Sastre
Lunes, 15 de Junio de 2020
CON LOS CINCO SENTIDOS

Deja que te lo diga

[Img #40558] Escuchando una canción de mi admirado Morrissey, me ha venido a la cabeza una situación que hubiera querido vivir contigo muchas veces Pero es que no ha pasado de la imaginación, cosas que ocurren, vidas que se pierden, aromas que se diluyen, hechos que no se consuman jamás. Pero nunca pudimos, nunca. Tu destino y el mío discurrieron por derroteros separados, aunque ciertamente paralelos. Nunca dejamos de saber el uno del otro. Nos amábamos en el más absoluto de los secretos, incluso para nosotros mismos

. Era el colmo del secretismo, yo miraba una foto y tú, a veces, una foto mía. Eso era todo. TODO. Teníamos en las manos, guardado entre pañuelos antiguos o libros viejos, una fotografía que decíamos a los que nos preguntaban que era de un amigo, primo, o conocido. No de nuestro amor verdadero. Aquél por el que hubieras dejado hasta de ser tú mismo. Eran otros tiempos y éramos unos cobardes.

Unos absolutos cobardes que vivieron una vida que no les correspondía por miedo al “qué dirán”. Renunciamos a nuestro sexo, a nuestro amor, a nuestro roce, a nuestra vida en común con hijos nuestros y dolor nuestro. NUESTRO. Qué pérdida más estúpida del tiempo que se nos da a cada ser humano. “Suedehead” era la canción de Morrissey que escucho y me preguntas en la distancia ¿Por Qué? “¿Por qué vienes aquí, cuando sabes que haces las cosas más difíciles para mí?” “oh, lo siento mucho, lo siento mucho

¿Por qué vienes aquí Cuando sabes que me dificultas las cosas?” Me dificultas el día a día, el quehacer diario y lo sabes, y lo sé, porque yo provoco la misma sensación en ti. Estamos unidos pero separados para siempre, Sólo si el destino nos dejase una hora de tiempo, una sola y única hora, te haría el hombre más feliz el universo, en tan solo una hora. Para que supieras que nos perdimos en el camino de la vida por convencionalismos sociales, por el “qué dirán”. Pero nos perdimos también el amor que hubiera colmado nuestra existencia.

¿Te imaginas? Tú y yo, en la mesa de un café cualquiera, tocando nuestras manos, a escondidas mientras nos sirven, desesperados por escabullirnos y desaparecer entre las latas de cerveza y las copas de vino de Toro, entre las calles y los recodos de las esquinas de la ciudad y los luminosos, entre vasos y tazas a medio llenar, pera ser, de una vez por todas, nosotros mismos. Y amarnos, aunque sólo fuese esa vez única y definitiva. ¿Lo Imaginas? Yo, sí.

Nélida L. del Estal Sastre

Comentarios Comentar esta noticia
Comentar esta noticia

Normas de participación

Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.

Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.

La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad

Normas de Participación

Política de privacidad

Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.164

Todavía no hay comentarios

Quizás también te interese...

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.