Lunes, 22 de Septiembre de 2025

Eugenio de Ávila
Martes, 16 de Junio de 2020
LITERATURA

¿Estamos todos conectados de alguna manera?

[Img #40566]Dentro de nosotros hay algo muy, muy misterioso. Más allá de la conciencia y del inconsciente individual, todos compartimos una misma mente de la que no nos damos cuenta y a la que no podemos acceder con facilidad. Un “baúl” de significados que heredamos como grupo social y que, de algún modo, impacta en nuestro comportamiento y emociones, actuando por debajo de nuestro nivel de consciencia sobre nuestros pensamientos y conductas.

Sabemos que el campo de energía que se desprende del cuerpo humano de forma natural actúa como un prolongador de los sentidos; es como una segunda piel que reacciona sensiblemente a los estados de ánimo propios y ajenos, procesando información del medio mucho antes que los sentidos físicos. ¿Cuántas veces un inexplicable escalofrío te pone en estado de alerta en situaciones aparentemente normales sin tener razones evidentes para ello? Una persona muy intuitiva es capaz de sentir o percibir algo que no es visible para los demás, pero no necesariamente tiene que ver con un acontecimiento futuro, sino que puede ser algo del momento presente o del pasado. A veces es difícil ponerle palabras a eso que intuimos, quedando como una vaga sensación que sólo después, toma sentido a la luz de los acontecimientos.

Si miramos hacia atrás, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, aparecen numerosos ejemplos de premoniciones, sobre todo a través de los sueños. Es en ellos, precisamente, cuando el subconsciente aflora y con él, la parte más intuitiva, más irracional y más primitiva de la naturaleza humana. Recibir un conocimiento directo o una percepción del futuro, es una habilidad psi común en el trascurso de la historia. La existencia de esta capacidad paranormal, va en contra de Newton, de los conceptos de tiempo y del libre albedrío de las personas. Si la precognición es real, entonces el futuro debe ser, en cierto sentido pre-escrito y determinado.

Cerebralmente y espiritualmente, el sueño no supone ningún descanso como podríamos suponer. Mientras dormimos, el cerebro activa otras partes más sensitivas e intuitivas; trata de asimilar la realidad con aquellas otras circunstancias que no ha logrado asimilar.

Dicen que el Presidente Lincoln soñó con su propio asesinato la semana antes de morir, y que el Ingeniero JW Dunne, de la Aeronáutica británica, documentó varios sueños proféticos que se harían realidad en su libro “Un experimento con el tiempo. “Incluso hay 19 casos documentados de personas que precognitivamente vieron el hundimiento del Titanic. Podríamos ver este hecho como una especie de red neurálgica donde varias personas quedaron unidas.

Evidentemente, como ya sabemos, el tema del subconsciente y de ese fascinante mundo onírico escapa muchas veces a nuestra comprensión. Creer o no depende de la voluntad de cada uno. Solo te aporto este tema a modo de curiosidad, y sobre todo de reflexión. ¿Estamos todos conectados de alguna manera? 

Emilia Casas Fernández. 

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