Hablar con propiedad

Con motivo de la pandemia y a raíz de estar en primera línea de protagonismo el sistema sanitario y sus equipos, materiales y humanos, he comprobado la cantidad de imprecisiones verbales que se producen diariamente, sobre todo a la hora de dar noticias. Tanto los informativos de todas las cadenas de televisión y radio, como los periódicos sin excepción, utilizan términos inexactos para referirse a las instituciones sanitarias confundiendo a la población que repite sistemáticamente sin precisión alguna dichos términos.

Por ejemplo, hay una diferencia notable entre: Consultorio, Centro de Salud, Ambulatorio y Hospital; a saber:

El Consultorio (de modelo tradicional) se refiere a una estructura más pequeña que existe, sobre todo, en los pueblos y donde personal facultativo (por lo general un médico) y, a veces, de enfermería pasan consulta.

El Centro de Salud (CS) o Centro de Atención Primaria (CAP) forma parte del primer nivel asistencial y es el lugar donde acudimos a las consultas de medicina, enfermería y auxiliar de enfermería, además de: Fisioterapia, Odontología o Matrona. Los profesionales mencionados que atienden estas consultas forman parte del equipo sanitario pero existen también otro personal mal denominado “no sanitario” cuya labor resulta esencial y, sin embargo, poco o nada visible: Trabajador Social, Personal Administrativo, Celadores, Mantenimiento, Limpieza etc.

El territorio de actuación de un Equipo de AP es la denominada “zona básica de salud” que delimita tanto la demarcación geográfica como poblacional a atender en dicho Centro.

El Ambulatorio o Centro de Especialidades es, como indica su nombre, un centro policlínico donde trabajan los facultativos de las diferentes especialidades: Cardiología, Neurología, Dermatología, Urología…etc, además de Laboratorio y Radiodiagnóstico. También hay consultas de Enfermería y, al igual que en el Centro de Salud, un equipo de profesionales “no sanitarios”. Su labor viene determinada por las prescripciones de consulta realizadas desde Atención Primaria.

Hospital: la RAE lo define como: “establecimiento destinado al diagnóstico y tratamiento de enfermos donde a menudo se practica la investigación y la docencia”.

Está compuesto por personal sanitario: facultativo, enfermería, auxiliar; y por los profesionales “no sanitarios” ya descritos que en el hospital tienen un papel primordial en todos los procedimientos administrativos: admisión, recepción en urgencias, facturación, contabilidad, recursos humanos; además de estar presentes en todas las secretarías de consultas, tanto de policlínica, como de planta.

Cabe añadir, además, otra dotación de personal presente en: servicios técnicos e informáticos, lavandería, mantenimiento, servicios religiosos, avituallamiento, cocinas…etc.  

No voy a detallar más sobre las labores y utilidades de los diferentes sistemas sanitarios englobados dentro del Sistema Nacional de Salud (SNS), para que este artículo no resulte demasiado prolijo; sin embargo quisiera dejar constancia de que denominar a los “sanitarios” ya sea para analizar su gestión durante la pandemia o, de modo más global, para referirse a las personas que trabajan en un centro sanitario no es adecuado; más bien habría que hablar de “los profesionales de la salud” como definición correcta de todos aquellos implicados en los pasos que da el usuario desde su entrada a una entidad asistencial hasta su salida de la misma.

En varios foros, me he referido a esta denominación y quienes han escuchado me han dado la razón, incluso hay quien ya se refiere con esta expresión inclusiva a todos los profesionales de la salud que forman una cadena cuyos eslabones son necesarios en su totalidad ya que, si uno de ellos se desglosa, toda la cadena se resiente.

Mª Soledad Martín Turiño