Viernes, 26 de Diciembre de 2025

Eugenio de Ávila
Sábado, 04 de Julio de 2020
PASIÓN POR ZAMORA

La Junta desprecia, por enésima vez, a Zamora

[Img #41193]Zamora, provincia y ciudad, seguirá despeñándose por el abismo que conduce a la nada económica y demográfica, mientras forme parte de esa "descomunida" que se llama  Castilla y León. Lo he escrito con reiteración: la democracia, la que se nos entregó por parte de los franquistas más inteligentes y previsores y la izquierda posibilista, ha causado graves daños a nuestra tierra: los estudios demográficos, la caída comercial, el abandono del sector primario y la desinversión del Estado, de todas sus instituciones, regional y central, así lo evidencian.

La felonía política tuvo su génesis con Lucas, un presidente autonómico nefasto  -todavía sigue viviendo del chollo político-, el que traicionó a J.Antolín Martín, para favorecer la carrera política del ínclito García Carnero, amigo del inefable Jesús Merino, vicepresidente de la Junta en aquellos tiempos, cuando enormes cantidades de dinero europeo llegaron a Castilla y León con el objetivo de alcanzar un equilibro interprovincial, después de haber creado la más incomprensible autonomía conocida en la transición, por la que Logroño, tan castellana como Burgos, y Santander, el puerto de la Meseta, se constituían en autonomías uniprovinciales.

Aquí, el ejecutivo de Castilla y León desvió aquellos fondos para el eje Valladolid, más su apéndice, Palencia, y Burgos. Las provincias más perjudicadas, como siempre, las leonesas, aunque en Salamanca ese sentimiento, prácticamente, no exista. Creo que Viriatos Zamora había realizado un estudio al respecto, un análisis demoledor. Si en nuestra provincia los dirigentes del PP y del PSOE, el enero y el febrero de nuestra tierra, hubiesen protestado, alzado su voz, evidenciado la traición, quizá algo habría cambiado. Pero como temían, unos y otros, disgustar, contrariar, enojar a los líderes regionales y nacionales de ambas formaciones, la felonía se consumó. Invito al lector, al zamorano sin adscripción política, aquel que no sea hincha de un partido político, que viaje por Valladolid y Burgos y después coteje lo visto, lo percibido, lo observado con nuestra realidad provincial. Mientras las dos provincias castellanas crecían, alcanzando sus habitantes, entre los cuales se hallan muchos zamoranos que abandonaron su lugar, que emigraron, porque no les quedaba otra salida, ante las decisiones políticas de Junta y gobiernos centrales, un nivel de vida equiparable al de otras autonomías españolas.

Todo intento de industrializar Zamora resultó machacado por los hombres de Pucela en la Junta, con especial protagonismo de Villanueva, ya fallecido, que tenía en nuestra tierra a su delegado para evitar el progreso. Verbigracia: la Biorrefinería de Barcial del Barco. Al joven ingeniero Vicente Merino se le ha venido puteando durante 14 años por parte de estos enemigos de nuestra tierra y de sus medios de comunicación, que todavía intentan torpedear ese barco prodigioso, cargado de futuro, que atracará en Barcial del Barco en breve.

Ahora, Fernández Mañueco, que firmó ayer una especie de acuerdo demagógico, irreal, imposible, con sus homólogos de Aragón y Castilla La Mancha, ambos socialistas, para que tres provincias de estas autonomías tengan un régimen especial de ayudas compensatorias a empresas de Cuenca, manchega; Teruel, aragonesa, y Soria, castellana. Tonterías. Pero que demuestran como nuestro presidente, que es charro, con vínculos familiares con Zamora, sigue siendo reo del castellanismo de Pucela y Burgos, la primera provincia que traicionó, por cierto, a los comuneros.

Yo le exijo a nuestro presidente autonómico, pero ya, que cree en Zamora un polígono Tecnológico Agropecuario, algo así como el de Boecillo, pero para el sector primario y su industrialización; que incentive a empresas nacionales para que se asienten en nuestra tierra, algo parecido a lo que quiso hacer González Vallvé, durante su etapa de consejero, pero que no le permitieron, y que atienda las necesidades de nuestra provincia de manera inmediata, porque se nos va a pique, camina hacia su desaparición como tal.

Y exijo a los procuradores del PP, Teresa Gago, de Ciudadanos, y a los del PSOE, que sí se implican con Zamora en las Cortes autonómicas, aunque sus colegas en Congreso y Senado no les imiten ante el Gobierno central con el mismo entusiasmo que Ana Sánchez, García Rioja y Martín Benito en Valladolid.

Y sugiero que se estudie la posibilidad de crear un partido zamorano, interclasista, para combatir a los enemigos de Zamora, contumaces e incansables en sus objetivos, y que cuentan con el apoyo de un sector mayoritario de la prensa local, que no es tal, porque ni su capital lo es ni sus cuadros, tampoco. Nuestra tierra les es ajena. La contemplan como un ente extraño.

Concluyo: Zamora ira a menos, más todavía, si mantiene su alianza con el PP y el PSOE de Castilla y León, para prolongar la vida de una Junta que solo es castellana. Punto.

Eugenio-Jesús de Ávila

 

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