El porqué de la ausencia del PSOE a la reunión de Zamora10
Ni Antidio Fagúndez, ni Fernández Blanco, diputado nacional y senador, respectivamente, habrían esclarecido, imposible, el estado de la cuestión de Monte La Reina y de la N-122 hasta Portugal
No sé si el PSOE de Zamora también se ha bolchevizado. Lo dudo. Porque en su historia moderna, desde que aparecieron en 1977, no le conozco ni un solo marxista de lecturas, de estudio, de intelecto. Venían de falange y de la Iglesia. Gente socializante y cristiana, jamás revolucionaria, incluso su líder secular y eterno, Demetrio Madrid, mostró siempre querencia por la empresa privada. Digo esto porque me resulta inexplicable que ayer, en la reunión convocada por Zamora10 con todos los políticos zamoranos en las Cortes de Castilla y León, Senado y Congreso de los Diputados, la organización empresarial zamorana más potente, aunque en su interior circule una quinta columna, no se personase ni uno solo de sus parlamentarios. No tienen muchos, cierto es, dos en Madrid y tres en Valladolid, gente que da mucha guerra al PP, y casi siempre con toda la razón, ética y moral, política e intelectual.
Que yo sepa, ayer, el siempre eficiente Gabinete de Prensa del PSOE provincial no envío ningún comunicado de acciones de sus procuradores y parlamentarios nacionales. Se colige, pues, que la jornada de los socialistas zamoranos careció de profundo contenidos. Cabe preguntarse, pues, por las razones que evitaron su presencia en la mencionada reunión. Intentaré responder a pregunta tan complicada.
Zamora10 se muestra preocupada por cuestiones esenciales como la restauración de Monte La Reina para que la ocupe una unidad militar, esencial para Toro y Zamora; la extensión de Internet por toda la provincia, las autopistas del siglo XXI, porque sin redes sociales no hay nada que vender; transformación de la N-122 entre la capital de la provincia y la frontera lusa por Alcañices, y, finalmente, el asunto, enquistado, que no resolvieron regidores del PP y tampoco, por lo que parece, Francisco Guarido. Pues hete aquí que en dos de los asuntos, y parte de un tercero, el Gobierno de la nación decide. Si Sánchez no quiere, ni conoceremos militares en Monte La Reina, ni autovía hasta Portugal; lo de Internet le incumbe al ejecutivo central, pero también a Junta de Castilla y León y Diputación Provincial. El tema de las licencias urbanísticas pertenece al equipo de Gobierno de Zamora ciudad.
Si Antidio Fagúndez, diputado nacional, portavoz en la Comisión de Despoblación, hubiera asistido, qué hubiese respondido sobre Monte La Reina, algo que él defendió, y con qué brío, con cuánta contundencia, en el Ramos Carrión, en presencia de su caro Pedro Sánchez. Segunda pregunta. ¿Qué habría dicho sobre el futuro de la N-122 entre Zamora y Alcañices? Comprendo las dificultades que tales cuestiones plantean a un político que, como todos, representa a su partido, no al pueblo. Solo le hubiese quedado torear de salón, pronunciar verdades a medias, argumentar que lo de Monte La Reina depende de la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado y que tendrán que aprobarlos también PP y Vox, con diputados y senadores, y, que sí la derecha no apoya las cuentas de Sánchez e Iglesias, la culpa le corresponderá a la oposición conservadora. Eso por lo que respecta a Fagúndez.
Pero qué hubiera respondido José Fernández Blanco, eterno senador y alcalde de La Puebla de Sanabria, cuando se hubiese abordado la petición de autovía entre Braganza y su patria chica. Se supone que Pepe estará a favor de esa infraestructura.
Creo que queda esclarecido el porqué de la ausencia de los dos parlamentarios nacionales del PSOE. Ambos recordarán las palabras de Guerra, in illo tempore, “el que se mueve no sale en la fotografía”. Y se vive mucho mejor obedeciendo al partido que escuchando al pueblo. Al fin y al cabo, el que te coloca es el jefe, se llame Rajoy o Sánchez. El vulgo solo rubrica una elección de las jerarquías de los partidos nacionales.
Ahora bien, debo enfatizar en que Martínez-Maíllo, cuando fue el que ya no es, no hizo mucho caso a las demandas de Zamora10, y Martín Pozo se convirtió en enemiga visceral de esta organización empresarial zamorana. Digo más: si ahora gobernase el PP, ni uno ni la otra habrían asistido tampoco a la reunión convocada por Zamora10. Podría argumentarse que se trata de una ucronía política; pero, de vez en cuando, lo que no pudo haber sido, fue.
Postdata: Por cierto, el periódico de papel foráneo que se edita en esta provincia, no envió ni gráfico ni periodista a la rueda de prensa posterior, protagonizada por Francisco Prieto Toranzo, gerente de Zamora10. Lógico. Siempre ha estado al servicio del poder político. Antes al del PP, con Martínez-Maíllo y Maite Martín Pozo, y ahora al del PSOE de Demetrio Madrid y sus hijos políticos, Antidio Fagúndez y compañía. Debe ordeñarse siempre la ubre de la vaca que da leche.
Eugenio-Jesús de Ávila
No sé si el PSOE de Zamora también se ha bolchevizado. Lo dudo. Porque en su historia moderna, desde que aparecieron en 1977, no le conozco ni un solo marxista de lecturas, de estudio, de intelecto. Venían de falange y de la Iglesia. Gente socializante y cristiana, jamás revolucionaria, incluso su líder secular y eterno, Demetrio Madrid, mostró siempre querencia por la empresa privada. Digo esto porque me resulta inexplicable que ayer, en la reunión convocada por Zamora10 con todos los políticos zamoranos en las Cortes de Castilla y León, Senado y Congreso de los Diputados, la organización empresarial zamorana más potente, aunque en su interior circule una quinta columna, no se personase ni uno solo de sus parlamentarios. No tienen muchos, cierto es, dos en Madrid y tres en Valladolid, gente que da mucha guerra al PP, y casi siempre con toda la razón, ética y moral, política e intelectual.
Que yo sepa, ayer, el siempre eficiente Gabinete de Prensa del PSOE provincial no envío ningún comunicado de acciones de sus procuradores y parlamentarios nacionales. Se colige, pues, que la jornada de los socialistas zamoranos careció de profundo contenidos. Cabe preguntarse, pues, por las razones que evitaron su presencia en la mencionada reunión. Intentaré responder a pregunta tan complicada.
Zamora10 se muestra preocupada por cuestiones esenciales como la restauración de Monte La Reina para que la ocupe una unidad militar, esencial para Toro y Zamora; la extensión de Internet por toda la provincia, las autopistas del siglo XXI, porque sin redes sociales no hay nada que vender; transformación de la N-122 entre la capital de la provincia y la frontera lusa por Alcañices, y, finalmente, el asunto, enquistado, que no resolvieron regidores del PP y tampoco, por lo que parece, Francisco Guarido. Pues hete aquí que en dos de los asuntos, y parte de un tercero, el Gobierno de la nación decide. Si Sánchez no quiere, ni conoceremos militares en Monte La Reina, ni autovía hasta Portugal; lo de Internet le incumbe al ejecutivo central, pero también a Junta de Castilla y León y Diputación Provincial. El tema de las licencias urbanísticas pertenece al equipo de Gobierno de Zamora ciudad.
Si Antidio Fagúndez, diputado nacional, portavoz en la Comisión de Despoblación, hubiera asistido, qué hubiese respondido sobre Monte La Reina, algo que él defendió, y con qué brío, con cuánta contundencia, en el Ramos Carrión, en presencia de su caro Pedro Sánchez. Segunda pregunta. ¿Qué habría dicho sobre el futuro de la N-122 entre Zamora y Alcañices? Comprendo las dificultades que tales cuestiones plantean a un político que, como todos, representa a su partido, no al pueblo. Solo le hubiese quedado torear de salón, pronunciar verdades a medias, argumentar que lo de Monte La Reina depende de la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado y que tendrán que aprobarlos también PP y Vox, con diputados y senadores, y, que sí la derecha no apoya las cuentas de Sánchez e Iglesias, la culpa le corresponderá a la oposición conservadora. Eso por lo que respecta a Fagúndez.
Pero qué hubiera respondido José Fernández Blanco, eterno senador y alcalde de La Puebla de Sanabria, cuando se hubiese abordado la petición de autovía entre Braganza y su patria chica. Se supone que Pepe estará a favor de esa infraestructura.
Creo que queda esclarecido el porqué de la ausencia de los dos parlamentarios nacionales del PSOE. Ambos recordarán las palabras de Guerra, in illo tempore, “el que se mueve no sale en la fotografía”. Y se vive mucho mejor obedeciendo al partido que escuchando al pueblo. Al fin y al cabo, el que te coloca es el jefe, se llame Rajoy o Sánchez. El vulgo solo rubrica una elección de las jerarquías de los partidos nacionales.
Ahora bien, debo enfatizar en que Martínez-Maíllo, cuando fue el que ya no es, no hizo mucho caso a las demandas de Zamora10, y Martín Pozo se convirtió en enemiga visceral de esta organización empresarial zamorana. Digo más: si ahora gobernase el PP, ni uno ni la otra habrían asistido tampoco a la reunión convocada por Zamora10. Podría argumentarse que se trata de una ucronía política; pero, de vez en cuando, lo que no pudo haber sido, fue.
Postdata: Por cierto, el periódico de papel foráneo que se edita en esta provincia, no envió ni gráfico ni periodista a la rueda de prensa posterior, protagonizada por Francisco Prieto Toranzo, gerente de Zamora10. Lógico. Siempre ha estado al servicio del poder político. Antes al del PP, con Martínez-Maíllo y Maite Martín Pozo, y ahora al del PSOE de Demetrio Madrid y sus hijos políticos, Antidio Fagúndez y compañía. Debe ordeñarse siempre la ubre de la vaca que da leche.
Eugenio-Jesús de Ávila





















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