Medidas sociales del PSOE o la caridad de un Gobierno

Casi a la hora del “Angelus” me llega un comunicado del Gabinete de Prensa del PSOE en esta  provincia, que dirige, con mano pulcra y ahora roja, Félix-Francisco Rodríguez. Se nos cuentan numerosas medidas sociales, caridad del Estado, con los desheredados por la pandemia vírica y la consiguiente pandemia económica, que todavía se halla en cuarentena. Ya llegarán las rebajas auténticas cuando caiga la hoja.

No dudo que el Estado, que ahora administra Pedro Sánchez y ese comunismo ramplón, de frases hechas, de propaganda, de marxismo de todo a cien, que lidera el neomachista, que no neomarxista, Pablo Iglesias, el protector de féminas de 25 años, quiera hacer caridad con los menesterosos zamoranos, los que perdieron puesto de trabajo, negocio, tienda, futuro. En absoluto. Todo el mundo es bueno en España, y, si eres de izquierda, un santo pagano.

Fagúndez, un Martinez-Maíllo, pero de Pedro Sánchez, un Fernando que se llama Antidio, diputado nacional por la gracia del jefe del socialismo patrio,   protagoniza ese comunicado de descargas económicas del Gobierno en nuestra tierra. Perfecto. Buena jera. Pero esas medidas no nos diferencian de las que se ejecutan en el resto del territorio español. De hecho, en esta provincia, viven, malviven, los pensionistas con las mensualidades más bajas de España. Se debe colegir que el aguinaldo del Gobierno tampoco nos va a sacar de pobres, solo ayudará, el que lo recoja, a soportar la pandemia económica que se anuncia.

Pero nuestro nunca bien ponderado Antidio Fagúndez no ha dicho ni mu de lo que le interesa a los zamoranos: Monte la Reina, autovía Zamora-Portugal, terrenos de Adif en la Estación del Ferrocarril, restauración global del recinto amurallado de la ciudad, al que Guarido, con excelente criterio, viene desnudando desde que administra la Casa de las Panaderas, ni de otras inversiones del Estado en Zamora.

De lo que nos habla el PSOE se podría traducir como pan de hoy y hambre de mañana. Y lo que Zamora quiere es inversiones inmediatas para reactivar la economía local. Ya saben estos socialistas que el hombre que inventó la caridad inventó al pobre y le dio pan. Y yo quiero que el ejecutivo de Sánchez, que se autoproclama como el de los humildes, el de la gente sencilla y poco preparada, reconstruya esta provincia, que no levanta cabeza desde que el felipismo inició su deconstrucción con una serie de medidas como las que tantas veces he mencionado en mis artículos y reitero: cierre de líneas férreas, Prisión Provincial, Universidad Laboral, más traslado del Regimiento Toledo y la profunda, aunque parecía invisible, reconversión agropecuaria. Por lo tanto, lo que gobiernos socialistas nos quitaron, que un presidente de la misma formación nos lo devuelva. No es mucho pedir.

Por eso espero una próxima entrega de Antidio Fagúndez en la que nos cuenta cómo se halla el asunto de la unidad militar en Monte La Reina, lo de la transformación en autovía de la N-122 entre la capital de la provincia y la frontera lusa; la cesión de los terrenos de Adif, sitos en el complejo de la Estación del Ferrocarril, al Ayuntamiento de Zamora, con el objetivo de crear un polígono de alta competencia tecnológia, y, lo de la muralla. Necesito buenas noticias. Inversiones del ejecutivo. A Zamora, tanto el PP, como el PSOE, nos deben tanto, demasiado. Tendrán que pagarlo. Si algún día Casado entra en La Moncloa, se lo reclamaré. Aquí nadie se va a ir de rositas. Mi desconfianza hacia los políticos zamoranos con plaza en Madrid y Valladolid es absoluta. Tengo motivos para dudar, un verbo que me gusta mucho conjugar.

Yo hago periodismo de salón, de coba, cursi y ramplón, como parece norma por estos pagos mesetarios. Y siento decir, para concluir esta carta, que el PSOE dejó, ha mucho tiempo, a Zamora atrás, detrás, abandonada a su suerte. El PP, al menos, no se atreve a tanto, porque asume que jamás esta tierra le importó un comino. Zamora no cuenta para nadie, ni tan si quiera para los políticos zamoranos que ocupan plaza, cargo, puesto en Madrid.

Eugenio-Jesús de Ávila