Jueves, 25 de Diciembre de 2025

Nélida L. Del Estal Sastre
Lunes, 27 de Julio de 2020
CON LOS CINCO SENTIDOS

Se amaron tanto...

[Img #42021]Iban en grupos separados de adolescentes, se conocieron sin intención alguna de entablar siquiera una amistad, no se gustaban por las referencias que tenían el uno del otro, de amigos, familiares, allegados… Pero ese día se conocieron cara a cara, se vieron el rostro el uno al otro, por fin. Y comenzaron a hablar a solas. De repente todas esas leyendas urbanas de “no te conviene”, “no es bueno para ti”, dejaron de ser eso, leyendas urbanas. Os enamorásteis perdidamente, como sólo puede enamorarse alguien de una persona en la vida, con esa intensidad única difícilmente repetible con otra persona distinta. Ya será un amor descafeinado…Lo sabes, y lo sé.

Después de dos años de amor apasionado, sin fin, de idas y venidas y casi en contra de las familias, él te pidió matrimonio. Obviamente le querías tanto que accediste en centésimas de segundo. Era tu hombre, tu mitad, tu otro yo, lo que siempre habías querido y ansiado como buen marido y padre de los hijos que tuvierais algún día. Estabas tan feliz que todo a tu alrededor eran flores de algodón, parabienes, regalos de oídos que antes te avisaban del error que ibas a cometer, pero ¡qué demonios!, cuando uno está enamorado hasta las trancas no hace caso a nadie. Eso es así. Es más, basta que prohíbas esa relación para que se afiance más, basta que prohíbas fumar, para que te entre el gusanillo de echarte un pitillo. Lo prohibido llama, el mal, llama, es como un canto de sirena que, ni aún tapándote con fuerza los oídos, puedes evitar que penetre hasta el centro de tu materia gris, para licuarla por completo y hacer de ella un fluido inservible.

Ay, el amor…Intentamos avisarte los que de veras habíamos sido tu familia y amigos desde la niñez que aquel chico bien parecido no era para ti, que eras tan dulce como la miel de amapolas, tan bonita como un atardecer en verano, pero hiciste oídos sordos. Fuimos a tu boda. Después ya recuerdo que casi no te veíamos. Te apartó de tu grupo de amistades, para que no pudiésemos “influir negativamente en ti”. Os fuisteis a vivir lejos, sé que muy pronto te obligó a tener niños, tú querías esperar, pero para él era una forma de mantenerte amarrada en casa, seguro de que no saldrías, ni trabajarías de nuevo al menos hasta que los hijos fueran mayores.

Él, en cambio, salía y entraba a su antojo de aquella casa en la que os dejaba, “amores de su vida”, solos, para volver de madrugada más alegre de lo normal, más bebido de lo permisible para un padre de familia honesto y responsable. Se lo recriminabas, y fue entonces cuando te pegó por vez primera. Me llamaste y te dije que salieras de ahí con los niños, pero él, siempre él, te pidió perdón, te prometió el mundo bajo tus pies y te cortó la línea, te quitó el móvil y no supe más de ti. Me arrepiento hasta derretirme de dolor.

Bueno, a los dos años os vi en las noticias. Los vecinos llevaban una semana sin saber de vosotros en período escolar. Avisaron al 112. Los niños no estaban, estaban con los padres de ella.

Vosotros, tú mi querida amiga y ese ser deleznable, estábais en la cama, semidesnudos y agarrados de la mano, pero muertos. Os tomásteis todas las pastillas que teníais en casa en un cóctel mortal que no sé si bebiste por ti misma o te obligó a beber, antes de que él lo hiciera, suele ser lo normal, luego si eso, lo hago yo, o me voy… pensarán. Este se quedó para verte morir, según dijeron los forenses y luego, se mató él. Cobarde. “Si no eres para mí, no serás para nadie”, que pensaría para sus adentros el grandísimo cabrón.

Se amaron tanto que no se amaron bien, y cayeron por el precipicio. Sin remisión. Y ahí se acabó esta historia de amor que no era tal. Era una historia de posesión. El poseedor perdió su bien, y al temer perderlo para siempre, lo quebró. Fin.

Nélida L. del Estal Sastre

Comentarios Comentar esta noticia
Comentar esta noticia

Normas de participación

Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.

Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.

La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad

Normas de Participación

Política de privacidad

Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.122

Todavía no hay comentarios

Quizás también te interese...

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.