ARTE EN TORO
Un recorrido a través de la figura despersonificada de la memoria
La exposición “Miradas del Olvido”, del artista Manuel Vergel, permanecerá en la Casa de Cultura desde el 3 al 28 de agosto

El alzhéimer es “un tipo de demencia que causa problemas con la memoria, el pensamiento y el comportamiento. Los síntomas generalmente se desarrollan lentamente y empeoran con el tiempo, hasta que son tan graves que interfieren con las tareas cotidianas”. Esta es la definición, según alzhéimer´s associaton, de una enfermedad compleja; pero, no son solamente palabras, sino que también es un proceso complejo, tanto para los enfermos que lo padecen como para las personas que les rodea, familiares o cuidadores. Manuel Vergel, un joven toresano de 23 años, ha vivido una experiencia directa con la enfermedad y ha sido un proceso complicado; por ello, el joven ha utilizado el arte como una especie de “salida” para desconectar y mostrar lo que él siente, y ha sentido a lo largo del proceso.
El joven decidió honrar a la figura de su abuelo y explicar todo lo que rodea a esta “terrible enfermedad”, según las palabras del artista. Además, también muestra “como yo la había vivido y como eso podría ayudar a otros que están pasando por la enfermedad a sentirse identificados; pero sobre todo a crear un punto de reflexión en torno a la problemática de la pérdida de memoria y del yo como sujeto”, señala Vergel.
Llegó el día estrella: la inauguración
El pasado viernes 31 de julio tuvo lugar la inauguración de la exposición donde algunas personas pudieron ver las obras y escuchar las reflexiones del artista antes de la apertura. Daniela Somoza, comisaria, dio las gracias a la Casa de Cultura, al Ayuntamiento de Toro, por ayudarles en todo, además de a AFA y a la Fundación González Allende. Además, la comisaria también anunció una novedad: durante el mes de agosto va a haber dos sesiones de cine, una el día 13 de agosto y otra el 27, ambas a las 19.30 horas de la tarde. “Son dos sesiones de cine de películas que tratan el tema de la memoria, una más que otra. Aunque ambas las hemos escogido para meter en el contexto a la gente que venga a ver la exposición”, informó la joven; indicando también que el límite de plazas para entrar a la sala es de 20 personas.
“Durante el mes de agosto va a haber dos sesiones de cine, una el día 13 de agosto y otra el 27, ambas a las 19.30 horas de la tarde”

Tras las palabras de Somoza, Manuel Vergel explicó que la idea del proyecto era reconstruir la memoria de su abuelo de alguna manera: “se puede pensar que este trabajo ya lo hacen las propias fotografías, que ya están ahí para salvaguardar la memoria; pero al final, cuando coges una fotografía y la estás interpretando, estás cambiando un poco las leyes de esa fotografía y pasa a significar algo diferente”, manifestó el joven.
En este día tan especial, tanto para el artista y la comisaria, los nervios son grandes protagonistas, junto con la compañía de la alegría y la satisfacción del trabajo realizado. Ambos coinciden en que ha sido un trabajo duro, intenso, pero muy satisfactorio y enriquecedor. Para el trabajo en equipo- como en este caso- la compenetración entre ambos es de gran importancia, y en este caso, “no ha habido ningún problema”. “Si en algún momento ha surgido algún problema uno de los dos daba la solución y el otro lo aceptaba: nos ajustábamos a los que ambos decíamos. Teníamos mucho en cuenta la opinión del otro, y estoy muy satisfecha”, señala la comisaria, orgullosa de su amigo.
A lo largo del día de la inauguración, varios grupos de amigos, familiares, artistas y conocidos pasaron por las salas de las obras, para conocer esa perspectiva tan personal del artista que muestra en sus cuadros. Esa mirada personal que quiere mostrar y que expresa a través del arte como modo de superación. Diferentes reflexiones de distintas etapas de la enfermedad se observan a través de los cuadros, y que hacen que estos “transciendan más allá de los parámetros establecidos por el propio lenguaje estético”, infiere Somoza. “La exposición se plantea como un recorrido que sumerge al espectador en un espacio de recuerdo casi onírico, atravesado por todas las personas, todos los lugares y todos los aspectos, del más simple al más complejo de la vida”, narra la comisaria.
Además, en la inauguración también se contó con la presencia de una artista invitada, Irene Sánchez. La joven sorprendió al público con una performance, titulada: “En Blanco”. Sánchez, tras la investigación de varios conceptos como son: "errar es humano", "memoria" y "actitud", crea una serie de movimientos corpóreos “basados en el recuerdo y la misma memoria fugaz”. El objetivo principal, según la artista, es “llegar al resultado”; pero manifiesta que “la importancia reside en la actitud que hay a la hora de realizar el camino, conocer el error, identificarlo y saber tratarlo”. Además, todo ello estuvo acompañado de un bloque de hielo. El bloque tiene la función de cambiar de forma y de color sin poder evitarlo, gracias a los factores externos: “La función del hielo será, aparte de la compañía visual, el visibilizar el cambio de forma no retornable de la forma inicial, donde el material no desaparece, si no que se transforma”, concluyó la joven.
Trayectoria del artista: “Una mirada hacía el pasado”
El primer recuerdo de Vergel enfrentándose a un papel en blanco es a los 9 años, cuando pintó un bodegón, que todavía sigue conservando. “Lo empecé muy ilusionado, con muchas ganas”, manifiesta. El artista además infiere que no ha sido nunca tradicional a la hora de pintar, “no era de buscar realismo”. Actualmente, muchos años después, ya un hombre de 23 años, se inspira en artistas como: Bill Viola, Alex Merritt, Gerhard Richter o Antonie Tapies; y, ya ese bodegón del pasado queda en el recuerdo de un joven que tiene miradas de futuro, recordando sus primeras épocas. Esas donde la ilusión era el pilar fundamental. Ahora, esa ilusión se ha convertido en realidad y ese joven pintor que ilustraba bodegones ha podido exponer sus obras por primera vez en su ciudad natal. Los sueños pueden hacerse realidad, y los de este joven soñador y luchador, se están cumpliendo.

El alzhéimer es “un tipo de demencia que causa problemas con la memoria, el pensamiento y el comportamiento. Los síntomas generalmente se desarrollan lentamente y empeoran con el tiempo, hasta que son tan graves que interfieren con las tareas cotidianas”. Esta es la definición, según alzhéimer´s associaton, de una enfermedad compleja; pero, no son solamente palabras, sino que también es un proceso complejo, tanto para los enfermos que lo padecen como para las personas que les rodea, familiares o cuidadores. Manuel Vergel, un joven toresano de 23 años, ha vivido una experiencia directa con la enfermedad y ha sido un proceso complicado; por ello, el joven ha utilizado el arte como una especie de “salida” para desconectar y mostrar lo que él siente, y ha sentido a lo largo del proceso.
El joven decidió honrar a la figura de su abuelo y explicar todo lo que rodea a esta “terrible enfermedad”, según las palabras del artista. Además, también muestra “como yo la había vivido y como eso podría ayudar a otros que están pasando por la enfermedad a sentirse identificados; pero sobre todo a crear un punto de reflexión en torno a la problemática de la pérdida de memoria y del yo como sujeto”, señala Vergel.
Llegó el día estrella: la inauguración
El pasado viernes 31 de julio tuvo lugar la inauguración de la exposición donde algunas personas pudieron ver las obras y escuchar las reflexiones del artista antes de la apertura. Daniela Somoza, comisaria, dio las gracias a la Casa de Cultura, al Ayuntamiento de Toro, por ayudarles en todo, además de a AFA y a la Fundación González Allende. Además, la comisaria también anunció una novedad: durante el mes de agosto va a haber dos sesiones de cine, una el día 13 de agosto y otra el 27, ambas a las 19.30 horas de la tarde. “Son dos sesiones de cine de películas que tratan el tema de la memoria, una más que otra. Aunque ambas las hemos escogido para meter en el contexto a la gente que venga a ver la exposición”, informó la joven; indicando también que el límite de plazas para entrar a la sala es de 20 personas.
“Durante el mes de agosto va a haber dos sesiones de cine, una el día 13 de agosto y otra el 27, ambas a las 19.30 horas de la tarde”

Tras las palabras de Somoza, Manuel Vergel explicó que la idea del proyecto era reconstruir la memoria de su abuelo de alguna manera: “se puede pensar que este trabajo ya lo hacen las propias fotografías, que ya están ahí para salvaguardar la memoria; pero al final, cuando coges una fotografía y la estás interpretando, estás cambiando un poco las leyes de esa fotografía y pasa a significar algo diferente”, manifestó el joven.
En este día tan especial, tanto para el artista y la comisaria, los nervios son grandes protagonistas, junto con la compañía de la alegría y la satisfacción del trabajo realizado. Ambos coinciden en que ha sido un trabajo duro, intenso, pero muy satisfactorio y enriquecedor. Para el trabajo en equipo- como en este caso- la compenetración entre ambos es de gran importancia, y en este caso, “no ha habido ningún problema”. “Si en algún momento ha surgido algún problema uno de los dos daba la solución y el otro lo aceptaba: nos ajustábamos a los que ambos decíamos. Teníamos mucho en cuenta la opinión del otro, y estoy muy satisfecha”, señala la comisaria, orgullosa de su amigo.
A lo largo del día de la inauguración, varios grupos de amigos, familiares, artistas y conocidos pasaron por las salas de las obras, para conocer esa perspectiva tan personal del artista que muestra en sus cuadros. Esa mirada personal que quiere mostrar y que expresa a través del arte como modo de superación. Diferentes reflexiones de distintas etapas de la enfermedad se observan a través de los cuadros, y que hacen que estos “transciendan más allá de los parámetros establecidos por el propio lenguaje estético”, infiere Somoza. “La exposición se plantea como un recorrido que sumerge al espectador en un espacio de recuerdo casi onírico, atravesado por todas las personas, todos los lugares y todos los aspectos, del más simple al más complejo de la vida”, narra la comisaria.
Además, en la inauguración también se contó con la presencia de una artista invitada, Irene Sánchez. La joven sorprendió al público con una performance, titulada: “En Blanco”. Sánchez, tras la investigación de varios conceptos como son: "errar es humano", "memoria" y "actitud", crea una serie de movimientos corpóreos “basados en el recuerdo y la misma memoria fugaz”. El objetivo principal, según la artista, es “llegar al resultado”; pero manifiesta que “la importancia reside en la actitud que hay a la hora de realizar el camino, conocer el error, identificarlo y saber tratarlo”. Además, todo ello estuvo acompañado de un bloque de hielo. El bloque tiene la función de cambiar de forma y de color sin poder evitarlo, gracias a los factores externos: “La función del hielo será, aparte de la compañía visual, el visibilizar el cambio de forma no retornable de la forma inicial, donde el material no desaparece, si no que se transforma”, concluyó la joven.
Trayectoria del artista: “Una mirada hacía el pasado”
El primer recuerdo de Vergel enfrentándose a un papel en blanco es a los 9 años, cuando pintó un bodegón, que todavía sigue conservando. “Lo empecé muy ilusionado, con muchas ganas”, manifiesta. El artista además infiere que no ha sido nunca tradicional a la hora de pintar, “no era de buscar realismo”. Actualmente, muchos años después, ya un hombre de 23 años, se inspira en artistas como: Bill Viola, Alex Merritt, Gerhard Richter o Antonie Tapies; y, ya ese bodegón del pasado queda en el recuerdo de un joven que tiene miradas de futuro, recordando sus primeras épocas. Esas donde la ilusión era el pilar fundamental. Ahora, esa ilusión se ha convertido en realidad y ese joven pintor que ilustraba bodegones ha podido exponer sus obras por primera vez en su ciudad natal. Los sueños pueden hacerse realidad, y los de este joven soñador y luchador, se están cumpliendo.


















