Sábado, 13 de Septiembre de 2025

Redacción
Viernes, 28 de Agosto de 2020
ENTREVISTA

“Equidistantes exquisitos”, libro de Antonio Robles sobre el buenismo y el secesionismo

El intelectual, afincado en Cataluña, pone contra la pared al progresismo patrio

[Img #43062]“Equidistantes exquisitos”. Así ha bautizado el filósofo, escritor, periodista y creador de Ciudadanos, partido que abandonó, Antonio Robles, un ilustre fermosellano que, desde muy niño, vivió en Cataluña, donde denunció la deriva hacia el secesionismo de Pujol, verdadero arquitecto del edificio que ahora clama por la independencia.  Fue y es, porque aún combate intelectualmente al separatismo, una de las inteligencias más profundas que hablan sobre el proceso secesionista.
Antes de presentar su libro en su patria chica, en un acto cultural organizado por el Ayuntamiento de la villa sayaguesa, lo más granado del periodismo nacional, participó de su alumbramiento público en Barcelona y Madrid.
Albert Boadella ha escrito sobre el libro de Robles que “es pura y necesaria memoria histórica”. Rosa Díez nos comenta que “el libro nos permite recordar quién hizo qué mientras la Cataluña abierta y democrática se hundía bajo la pulsión rupturista y totalitaria del nacionalismo”. Loan también  “Equidistantes exquisitos” personalidades de la categoría de Félix Ovejero, Fernando Savater y Nicolás Redondo Terreros.
-Hay más de 40 exquisitos equidistantes en tu última obra. Una gran mayoría conocidísima, como los periodistas Luis del Olmo, Jordi Évole e Iñaqui Gabilondo; políticos como Zapatero, Guerra, González, Carmen Chacón, Motilla, Pedro Sánchez; intelectuales, actores,  cantantes como Sabina, a los que desnudas intelectualmente…
-Hemos vivido una época de entusiasmo democrático después de una larga dictadura de 40 años. Entonces, lo más progre, la izquierda, que poseía la hegemonía moral de esa lucha contra el franquismo, adornó demasiado aquello que surgió, sin apenas percibirlo, lo que fueron y son los nacionalismos periféricos.  No se contempló como un posible cáncer para la igualdad de todos los españoles y para la pervivencia de la nación, sino como una oportunidad de libertad, de pluralidad, de respeto a los derechos lingüísticos e históricos. Traduzco: toda esa  parafernalia que, en sentido real, se convirtió en un atropello a los derechos individuales  y en un abuso de unas castas nacionalistas regionales. Y hay demasiada gente que tenía la responsabilidad política e intelectual de evitarlo, de sancionarlo, y no lo hizo. Es más, lo justificó y pisoteó con su silencio o formalismo.
-Me resulta inexplicable que la izquierda apoyase a partidos con ideas de extrema derecha y racistas como el PNV o a los catalanes nacionalistas…
-Porque tuvimos un trauma de 40 años, el franquismo. Esto lo explica, siempre, casi todo. Franco era el mal, un dictador que identificó su ideología, su cosmovisión, con España. Y la izquierda, que se oponía a todo eso, estuvo más pendiente de las nuevas corrientes que estaban contra el franquismo como fueron y son los nacionalismos. Por tanto, a todos  esos comportamientos nacionalistas la izquierda los contempla como la verdadera progresía. La mixtura entre separatismo e izquierda ha sido consustancial. Son los mismos, en el fondo. La manera de ser progre, demócrata, de amar la libertad viene a ser comprensiva con los que habían dicho que el franquismo los maltrató. Me pregunto, ya que estamos en Zamora, quién fue peor tratado en la dictadura, si estos pueblos de inmenso silencio y pobreza de nuestra provincia, donde su gente tuvo que emigrar, o aquellas regiones como el País Vasco y Cataluña que gozaron de todos los privilegios económicos del régimen para desarrollarse y enriquecerse. Lo cierto es que pocos catalanes emigraron durante el franquismo. Y muchos zamoranos dejaron su tierra.
-Volvamos al libro. Intelectuales equidistantes y, por supuesto, exquisitos. Ahora mismo, en un periodo convulso de la vida nacional, salvo alguna excepción, como la de Savater,  Boadella, usted mismo, guardan silencio…
-Es el signo de nuestro tiempo. Callaron antes y siguen en silencio o colaborando con toda esa reacción. El Gobierno de Sánchez es una amalgama de las dos fuerzas populistas más importantes del país, el populismo de izquierdas, representado por Pablo Iglesias, pero también por Pedro Sánchez, y el nacionalista. Los dos beben de la misma fuente de la historia. Curiosamente, los intelectuales siguen creyendo que la estética de la libertad y de la democracia se halla en este tipo de comportamientos ideológicos, populismos separatistas y de izquierdas, cuando son los que están llevando a España a la intolerancia, al cainismo de los años 30 y a una falta de democracia y tolerancia. No hemos aprendido a ser demócratas, que consiste en aceptar que otro, que no  piensa como tú, tiene derecho a pensar de otra manera. El comportamiento de Pablo Iglesias es el de un leninista. El líder de Podemos tiene una cosmovisión de la realidad que es la buena y todo lo demás hay que erradicarlo. Y si pudiera hacerlo a la fuerza, lo haría. Afortunadamente, vivimos en una Europa libre. Por lo tanto, no se le permite hacer lo que él quiere. De ahí que ejecute todo tipo de trampas. La guerra de la propaganda, basada en la mentira a través de las redes sociales, forma parte de las guerras de estos revolucionarios de pacotilla.
-En una España presidida por Iglesias no habría equidistancias, pero sí exquisitos…
-No contemplo esa circunstancia, esa posibilidad. No porque no vaya a ocurrir. Los españoles no deberíamos permitirlo,.
-Pero el pueblo español ha sido confinado en el redil…
-No lo sé. Pero este tío es nefasto. Es un chulo de discoteca, moteado de profesor de Universidad. Es un macho alfa que muestra todos los vicios de una dictadura bananera. Un tipo así moralmente es indeseable.
-El debate de moda consiste en república o monarquía…
-Este Gobierno de Sánchez no se detiene ante nada para conseguir sus fines. Empezando por la propaganda. La realidad no cuenta. La contradicción, tampoco. Lo de monarquía o república es lo de siempre. Pero ahora está forzado, presionado, porque lo pone en un compromiso Iglesias. Es evidente que no está haciendo lo que debe para defender una monarquía acomo la nuestra, que apuesta por valores republicanos bastante mejor que el nacionalismo o el neocomunismo, que defienden el Frente Popular de los años 30 y otros cómo desgajar y romper España, y la manera de hacerlo consistiría en romper la monarquía. Todo lo que sea follón y enfrentamiento les sirve a los nacionalistas. Es un juego, donde se colocan piezas fundamentales de la nación en movimiento para conseguir réditos electorales en un momento determinado de la historia: crisis económica, coronavirus. Cualquiera que se sienta republicano apuesta por esos valores, que representa cualquier monarquía parlamentaria. Se luchó por la república cuando los monarcas eran absolutistas. Pero ahora son demócratas.

 

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