Los otros vertidos contaminantes al Duero

Como si de una moda se tratará, primero en un sitio, después en otro y ahora en Los Tres Arboles, se van sucediendo las denuncias de vertidos al Duero. En esta última no les falta razón, aunque conviene aclarar que no ha sucedido en los últimos días, sino tiempo atrás.

Expliquemos que, durante  la reforma que transformó el parque, se soterró un colector que recoge todas las aguas sucias que, con anterioridad iban a desaguar directamente al cauce. Por su propio peso, el fluido discurre hasta la estación situada bajo el puente del ferrocarril, allí unos equipos lo bombean para elevarlo  y poder descargar todo lo recibido en la vieja tubería de la avenida del Mengue que está situada en un nivel bastante superior. En caso de fuerte tormenta, la canalización recibe una gran cantidad de agua en poco tiempo, mayor de la que los motores son capaces de mover.

El líquido no es elevado, acumulándose en la tubería, que completada su capacidad, rebosa por los registros del camino de arena junto a la piscina, contaminando y causando daños en el firme que lleva años sin ser reparado, como bien conoce quienes pasean por la zona. Para que esto no ocurra, aunque a veces no funcione, en caso de tromba de agua o de avería en las bombas elevadoras, que también puede ocurrir,  rebasando los niveles establecidos, se libera agua directamente al río, a través de una tubería que termina en la escollera de la orilla del Duero. Pero además por tratarse de una canalización de aguas residuales, acaba en el cauce materia fecal, papel higiénico y otros objetos que son arrojados a los inodoros. Estas suciedades quedan retenidas entre espadañas y ramificaciones, contaminando el entorno  y por supuesto provocando  malos olores, que hacen notar lo que allí se encuentra esparcido.

Pero debe tenerse en cuenta, que en el tramo urbano del Duero, en la margen derecha existen otros aliviaderos, que arrojan agua directamente desde el colector. El primero de ellos se encuentra situado junto al puente de la autovía, recibiendo flujo residual de Cardenal Cisneros. Son dos los tubos paralelos en este caso, que en algún momento sueltan su materia al río en esa zona, suele ocurrir con bastante frecuencia y de forma continua, casi a diario como muestran las imágenes.

Otro desagüe  que pasa desapercibido se localiza muy cerca de la puerta de Toro de la muralla medieval, donde en tiempos trabajó la fábrica de La Casera. Recogiendo el colector de la avenida del Mengue, aguas  de la tubería de Puerta Nueva, en algún caso suelta lo recibido en demasía entre las piedras de la escollera, antes de alcanzar la corriente.

Bastante más abajo, en la zona de Olivares, junto a la pista deportiva, está situado otro de los aliviaderos que en algún momento expulsa aguas al cauce, téngase en cuenta que en esta zona, al colector general se suma el aporte de las aguas sucias de la margen izquierda, que cruzan por una canalización, obra de ingeniería bajo el río, impulsadas desde una estación impulsora en la zona de Los Pelambres. Y por último, aunque fuera de servicio, los antiguos desagües de la ciudad, de vez en cuando, evacuan  de la misma manera.

Se trata de varios aliviaderos que sueltan agua al cauce  del río en caso de tromba de agua. Ocurre ocasionalmente y para evitar daños mayores, como reventones en tuberías, registros o inundaciones en zonas bajas. El problema viene de lejos y la solución  debe de considerarse a largo plazo. El colector, en algunos tramos, sigue siendo el mismo, con igual diámetro y por tanto idéntica capacidad para asimilar líquidos que hace décadas, pero a él se han ido  conectando ramificaciones, provenientes de las nuevas construcciones que desocupan en él. Solo en algunos tramos se ha realizado una renovación.

 Para conseguir solucionar este problema  debe de realzarse un planteamiento a desarrollar a largo plazo, para que cuando se realicen obras en la vía pública se dote a la canalización  de una sección suficiente y con vista al futuro. También es posible, dada la orografía de la ciudad, realizar una canalización doble para aguas residuales y pluviales, que evitaría los problemas actuales de vertidos al río, que solo recibiría aguas limpias.

Ninguno de los gobiernos municipales, de ninguno de los distintos signos políticos, se ha propuesto un plan para actuar en el saneamiento, ello a pesar de las distintas urbanizaciones de barrios realizadas y en el caco antiguo al completo. Tampoco desde los gobiernos, que se han sucedido en Madrid, de quien depende la confederación hidrográfica del Duero, se han ocupado del tema. Seguimos igual.

Manuel Herrero Alonso