DENUNCIAS
Semanas sin retirar los excrementos caninos de los contenedores específicos
El Ayuntamiento incumple su obligación con riesgo sanitario
Es obligación de cada propietario proceder a recoger los excrementos de sus mascotas en una bolsa y depositarla en un contenedor de basura cercano. Para facilitar esta labor, desde hace años hay dispuestos, y están repartidos por toda la ciudad, unos expendedores de bolsas que incorporan un pequeño contenedor, donde resulta indicado depositar los desechos retirados. Normalmente faltan las bolsas de estas dispensadores, bien porque no se reponen o porque alguien se la ha llevado, lo cual no quita para que adquiridas por un precio bastante asequible en cualquier comercio, cada propietario retire las heces de su mascota y las deposite donde debe, en el pequeño contenedor del parque, que para eso está.
El propietario, aun contando con las excepciones habituales, es cumplidor atendiendo a razones de urbanidad y de limpieza, comprensivo y responsable de lo que hace su mascota. El Ayuntamiento, no. Y no lo es, porque hace semanas, que no procede a retirar todas las bolsas acumuladas en los contenedores para perros. Lo que ha provocado que se llenen completamente, rebosen y no quede espacio donde depositar más excrementos.
Esa materia, además de contaminar el medio, puede ser causa de transmisión de enfermedades y, cuando menos, es una fuente de propagación de malos olores en la zona y de atracción para todo tipo de insectos con todas sus consecuencias. Por razones de salubridad, la administración debe proceder a retirar las acumulaciones de heces que contienen estos recipientes, su traslado al lugar idóneo para su tratamiento y, posteriormente, conviene que se proceda a una adecuada desinfección. El no hacerlo supone poner en riesgo sanitario a los ciudadanos, especialmente los que pudieran pasear por los parques en unas circunstancias extraordinarias de pandemia.
Lejos de tratarse de un caso puntual en uno de los contenedores indicados, es general, ocurriendo en todos los de la ciudad. Algo que resulta indignante para los dueños de los perros, que la semana pasada recibían una carta, reclamándoles en unos días, el pago de la tasa anual de nueve euros penalizándoles por tener mascota, sin que por ello tengan ninguna contraprestación, como bien que salta a la vita.
Manuel Herrero Alonso
Es obligación de cada propietario proceder a recoger los excrementos de sus mascotas en una bolsa y depositarla en un contenedor de basura cercano. Para facilitar esta labor, desde hace años hay dispuestos, y están repartidos por toda la ciudad, unos expendedores de bolsas que incorporan un pequeño contenedor, donde resulta indicado depositar los desechos retirados. Normalmente faltan las bolsas de estas dispensadores, bien porque no se reponen o porque alguien se la ha llevado, lo cual no quita para que adquiridas por un precio bastante asequible en cualquier comercio, cada propietario retire las heces de su mascota y las deposite donde debe, en el pequeño contenedor del parque, que para eso está.
El propietario, aun contando con las excepciones habituales, es cumplidor atendiendo a razones de urbanidad y de limpieza, comprensivo y responsable de lo que hace su mascota. El Ayuntamiento, no. Y no lo es, porque hace semanas, que no procede a retirar todas las bolsas acumuladas en los contenedores para perros. Lo que ha provocado que se llenen completamente, rebosen y no quede espacio donde depositar más excrementos.
Esa materia, además de contaminar el medio, puede ser causa de transmisión de enfermedades y, cuando menos, es una fuente de propagación de malos olores en la zona y de atracción para todo tipo de insectos con todas sus consecuencias. Por razones de salubridad, la administración debe proceder a retirar las acumulaciones de heces que contienen estos recipientes, su traslado al lugar idóneo para su tratamiento y, posteriormente, conviene que se proceda a una adecuada desinfección. El no hacerlo supone poner en riesgo sanitario a los ciudadanos, especialmente los que pudieran pasear por los parques en unas circunstancias extraordinarias de pandemia.
Lejos de tratarse de un caso puntual en uno de los contenedores indicados, es general, ocurriendo en todos los de la ciudad. Algo que resulta indignante para los dueños de los perros, que la semana pasada recibían una carta, reclamándoles en unos días, el pago de la tasa anual de nueve euros penalizándoles por tener mascota, sin que por ello tengan ninguna contraprestación, como bien que salta a la vita.
Manuel Herrero Alonso





















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