LITERATURA
Conspiraciones: un blanco atractivo
Las teorías de la conspiración no son algo nuevo y, según algunas investigaciones, tienden a surgir en los momentos en que las sociedades atraviesan una crisis; esto se debe a que suelen florecer en periodos de incertidumbre y amenaza, en los que buscamos darle sentido a un mundo caótico. Muchas veces, estas teorías también ayudan a establecer y hacer una diferenciación entre 'los buenos y los malos', de manera que así podemos culpar a alguien de los acontecimientos que no nos gustan. Están tan arraigadas en la sociedad desde hace tanto tiempo, que es muy difícil que vayamos a desprendernos de repente de ellas.
Hace 39 años, Dean Koontz publicó una obra que parecía predecir el apocalipsis y el peor de los escenarios posibles con la crisis del coronavirus: 'Los ojos de la oscuridad'. Habla de un virus originado en un laboratorio militar chino en Wuhan, donde se ha originado el coronavirus. Un ejemplo de serendipia tan impresionante que solo sirvió para que la teoría de la conspiración se propagase.
Desde que el coronavirus irrumpió en el panorama internacional, he escuchado de todo. Al principio, que se trataba de una guerra biológica iniciada por Trump para debilitar a China. Después empecé a escuchar algo en sentido contrario: que China había creado esta debacle para forzar al mundo a teletrabajar y así hincharse a vender 5G (tecnología en la que son líderes). Más recientemente, comencé a oír locuras: predicciones de Nostradamus donde supuestamente (por similitudes forzadas) predijo lo que está sucediendo en nuestros tiempos y por último, el tema preferido en las redes sociales es el de “Las Piedras Guías de Georgia”: un monumento misterioso en el cual están tallados diez “mandamientos” para una “Nueva Edad de la Razón”. Según la información que se conoce actualmente, las Georgia Guidestones, fueron fabricadas e instaladas por encargo de una persona con el seudónimo de Robert C. Christian, así como de algunos patrocinadores anónimos. Al mismo tiempo, aún se desconoce con qué finalidad se erigió el monumento, así como quién es su propietario. Fue inaugurado el 22 de marzo de 1980 en una colina en el condado de Elbert. La escultura lleva inscritas diez guías en ocho idiomas modernos y un mensaje corto en la parte superior en cuatro escrituras antiguas. Mide seis metros de alto y está hecha con seis losas de granito con un peso total de 100 toneladas. Están alineadas según criterios astronómicos y grabadas con inscripciones en cuatro idiomas antiguos: acadio, egipcio antiguo, griego y sánscrito. Además, también hay inscripciones en 8 idiomas modernos, incluidos inglés, español, ruso o chino. Las inscripciones son una especie de llamado a la humanidad y algunas han provocado acaloradas discusiones y movimientos de protesta. Una, en particular, se refiere a la tesis sobre la necesidad de mantener la población en un nivel que no supere los 500 millones de personas.
Las construcciones enigmáticas, pirámides o templos de significados cósmicos, parecen pertenecer a otra era y a otra geografía, acaso Egipto o Yucatán. Pero este extraño monumento parece tener algunas de las propiedades misteriosas que hacen que cientos de personas se pregunten por su origen y elaboren teorías conspiratorias sobre su significado. Al parecer, el nombre R.C. Christian es un homenaje al legendario fundador de los rosacruces; una Orden Fraternal que se remontan a las escuelas de misterios, de conocimientos secretos del antiguo Egipto, establecidas durante el reinado de Thumose III, hacia el 1500 antes de Cristo. Su sucesor Amenhotep IV, jefe también de las escuelas de misterios, y que "abolió el politeísmo", es considerado por los rosacruces como su tradicional Gran Maestro. La fraternidad ha permanecido en vigencia hasta nuestros días gracias, en parte, al apoyo y difusión que le dio el Priorato de Sion, desde sus comienzos; creador de muchas órdenes y cofradías secretas que se manifestaron desde el comienzo de nuestra era. Quizá la semilla germinadora de Templarios, Cataros, Masones y Rosacruces, además de un sinnúmero de organizaciones secretas que se mueven en nuestra sociedad sin que podamos saberlo. Pero lo más notable es que la iglesia también se ha vuelto un blanco para un gran número de teóricos conspiradores Católicos; y los relatos de estos creyentes paranoicos hacen que El Código Da Vinci parezca el trabajo de un neófito. Cierto es, que siempre ha sido un blanco atractivo para los teóricos conspiradores, en gran parte debido a sus rituales elaborados, a veces de apariencia misteriosa y a sus alianzas con sociedades secretas, pero creo que el miedo existencial, la incertidumbre y el distanciamiento social provoca que muchas personas apoyen ciertas teorías de conspiración como un mecanismo de defensa ante lo que está ocurriendo. Es más fácil creer una historia que suena compleja y te habla de un sistema de dominación mundial, a aceptar la realidad, pero ¿dónde finaliza una y comienza la otra?
© Emilia Casas Fernández.
Las teorías de la conspiración no son algo nuevo y, según algunas investigaciones, tienden a surgir en los momentos en que las sociedades atraviesan una crisis; esto se debe a que suelen florecer en periodos de incertidumbre y amenaza, en los que buscamos darle sentido a un mundo caótico. Muchas veces, estas teorías también ayudan a establecer y hacer una diferenciación entre 'los buenos y los malos', de manera que así podemos culpar a alguien de los acontecimientos que no nos gustan. Están tan arraigadas en la sociedad desde hace tanto tiempo, que es muy difícil que vayamos a desprendernos de repente de ellas.
Hace 39 años, Dean Koontz publicó una obra que parecía predecir el apocalipsis y el peor de los escenarios posibles con la crisis del coronavirus: 'Los ojos de la oscuridad'. Habla de un virus originado en un laboratorio militar chino en Wuhan, donde se ha originado el coronavirus. Un ejemplo de serendipia tan impresionante que solo sirvió para que la teoría de la conspiración se propagase.
Desde que el coronavirus irrumpió en el panorama internacional, he escuchado de todo. Al principio, que se trataba de una guerra biológica iniciada por Trump para debilitar a China. Después empecé a escuchar algo en sentido contrario: que China había creado esta debacle para forzar al mundo a teletrabajar y así hincharse a vender 5G (tecnología en la que son líderes). Más recientemente, comencé a oír locuras: predicciones de Nostradamus donde supuestamente (por similitudes forzadas) predijo lo que está sucediendo en nuestros tiempos y por último, el tema preferido en las redes sociales es el de “Las Piedras Guías de Georgia”: un monumento misterioso en el cual están tallados diez “mandamientos” para una “Nueva Edad de la Razón”. Según la información que se conoce actualmente, las Georgia Guidestones, fueron fabricadas e instaladas por encargo de una persona con el seudónimo de Robert C. Christian, así como de algunos patrocinadores anónimos. Al mismo tiempo, aún se desconoce con qué finalidad se erigió el monumento, así como quién es su propietario. Fue inaugurado el 22 de marzo de 1980 en una colina en el condado de Elbert. La escultura lleva inscritas diez guías en ocho idiomas modernos y un mensaje corto en la parte superior en cuatro escrituras antiguas. Mide seis metros de alto y está hecha con seis losas de granito con un peso total de 100 toneladas. Están alineadas según criterios astronómicos y grabadas con inscripciones en cuatro idiomas antiguos: acadio, egipcio antiguo, griego y sánscrito. Además, también hay inscripciones en 8 idiomas modernos, incluidos inglés, español, ruso o chino. Las inscripciones son una especie de llamado a la humanidad y algunas han provocado acaloradas discusiones y movimientos de protesta. Una, en particular, se refiere a la tesis sobre la necesidad de mantener la población en un nivel que no supere los 500 millones de personas.
Las construcciones enigmáticas, pirámides o templos de significados cósmicos, parecen pertenecer a otra era y a otra geografía, acaso Egipto o Yucatán. Pero este extraño monumento parece tener algunas de las propiedades misteriosas que hacen que cientos de personas se pregunten por su origen y elaboren teorías conspiratorias sobre su significado. Al parecer, el nombre R.C. Christian es un homenaje al legendario fundador de los rosacruces; una Orden Fraternal que se remontan a las escuelas de misterios, de conocimientos secretos del antiguo Egipto, establecidas durante el reinado de Thumose III, hacia el 1500 antes de Cristo. Su sucesor Amenhotep IV, jefe también de las escuelas de misterios, y que "abolió el politeísmo", es considerado por los rosacruces como su tradicional Gran Maestro. La fraternidad ha permanecido en vigencia hasta nuestros días gracias, en parte, al apoyo y difusión que le dio el Priorato de Sion, desde sus comienzos; creador de muchas órdenes y cofradías secretas que se manifestaron desde el comienzo de nuestra era. Quizá la semilla germinadora de Templarios, Cataros, Masones y Rosacruces, además de un sinnúmero de organizaciones secretas que se mueven en nuestra sociedad sin que podamos saberlo. Pero lo más notable es que la iglesia también se ha vuelto un blanco para un gran número de teóricos conspiradores Católicos; y los relatos de estos creyentes paranoicos hacen que El Código Da Vinci parezca el trabajo de un neófito. Cierto es, que siempre ha sido un blanco atractivo para los teóricos conspiradores, en gran parte debido a sus rituales elaborados, a veces de apariencia misteriosa y a sus alianzas con sociedades secretas, pero creo que el miedo existencial, la incertidumbre y el distanciamiento social provoca que muchas personas apoyen ciertas teorías de conspiración como un mecanismo de defensa ante lo que está ocurriendo. Es más fácil creer una historia que suena compleja y te habla de un sistema de dominación mundial, a aceptar la realidad, pero ¿dónde finaliza una y comienza la otra?
© Emilia Casas Fernández.



















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