Domingo, 14 de Diciembre de 2025

Eugenio de Ávila
Sábado, 03 de Octubre de 2020
PASIÓN POR ZAMORA

Embellecer Zamora (III)

Esteban Pedrosa

Una persona de cierta edad necesita de más cuidados que una que se halle en la edad juvenil. Sin duda. El tiempo nos desgasta, nos come, nos devora.  Hay que aplicar cremas en la piel,  echarte minoxidil en el cabello, realizar ejercicio físico, caminar, comer con mesura,  alimentarse con productos naturales, pocas grasas e hidratos de carbono…

Con las ciudades sucede algo parecido. Son, si se me permite la expresión, seres vivos. Cada cierto tiempo, hay que restaurarlas: pavimento de las calles, baldosas, adecentamiento de los jardines, restauración del patrimonio monumental, servicios básicos…

Hay ciudades que son viejitas, que nacieron en tiempos muy lejanos, que muestran las carencias propias de la edad: deterioro, cuando no ruina, de sus edificios más antiguos; baldosas quebradas, por el tránsito de vehículos, como sucede en el casco antiguo de Zamora; y también anhelan tratamientos novedosos para embellecerlas y guardar sus arrugas urbanísticas. 

Zamora, nuestra anciana preferida, conservan todavía parte de su pasado en forma de iglesias, puentes, murallas. Pero también guardan en su centro plazas y calles que son muy transitadas que merecen una consideración especial, tanto para los que vivimos en ella como para los que nos visitan, personas, por lo general, ávidas de conocer el legado de nuestra historia.

Francisco Guarido, nuestro regidor, ya en la oposición, demostró ser un político que amaba nuestro patrimonio monumental. Recuerdo que en este periódico presentó un magnífico proyecto para crear un mirador del Duero, desde el actual hasta la cuesta de los Pepino. Nada pudo hacer, porque hubo un pleito con las monjitas que guardan un convento junto a la muralla ganaron al Ayuntamiento cuando lo administraba el PP. Ero el alcalde actual sigue aplicándose en dejar exentas las murallas de la avenida de la Feria. Sus previsiones para lograr el objetivo nos conducen al término del actual mandato2023. Perfecto. Después llegará el turno para concretar un jardín que marque época.

Pero si todos queremos que los lienzos de muralla queden en libertad, sigo sin explicarme cómo es posible que todavía se mantengan árboles en trascastillo, en ese paseo, donde se recogen todo tipo de piedras y rocas desprendidas del talud que oculta la arboleda. Creo necesario que se realice un estudio edafológico de la zona, porque, como las lluvias arrecien este otoño-invierno, y Eolo exhiba su ferocidad, quizá todo se venga abajo, con el consiguiente peligro para peatones y, por qué, no para los que circulen con sus automóviles por la calzada colindante. Se lo comenté a Rosa Valdeón durante su etapa como inquilina en la Casa de las Panaderas.

Antes de abandonar el casco antiguo, el viejo, en realidad; insisto en  que los cantos que comparten calzadas con baldosas de granito deberían ser sustituidos por este material que tanto abunda en Sayago, dada su incomodidad para el peatón, más para las féminas que utilizan tacones. Sucede también en la plaza de San Martín, que solo rinde utilidad en su parque infantil, y la de Viriato, toda una osadía cruzarla, pues ese adoquinado resulta también complicado de pisar.

Y me planto ahora en la plaza de Sagasta y dejo la Plaza Mayor y su necesaria reforma, la más fea de España, para otro momento. Me cuentan que la escultura “Adán después del pecado”, que no es de grandes dimensiones, se colocará sobre una peana de medio metro. Se ubicará a unos diez metros de la arboleda circular. No se prevé que se rodee ni por un pequeño jardín floral, ni tampoco que se instale una fuentecilla. Por ser un lugar muy transitado en noches de fines de semana, podría dar lugar a que los gamberros empapados en alcohol la tomaran con la obra de Barrón. De ahí la instalación de cámaras de seguridad.

Según mi criterio, dado que se colocará la obra que tiene por protagonista  nuestro pecador padre Adán en el cogollo del modernismo zamorano, debería ir acompañada de una decoración que encaje con ese estilo arquitectónico.

Dejaré para posteriores artículos asuntos tan esenciales como el soterramiento de cables en el casco antiguo, los contenedores de basura en la plaza del Fresco, la iluminación artística de templos y murallas, cuestiones ambas que debería abordarse con Iberdrola, empresa que tanto nos debe. Continuaré en este  afán de ofrecer ideas para que esta ancianita que es Zamora todavía reciba piropos.

 

Eugenio-Jesús de Ávila

 

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