Miércoles, 26 de Noviembre de 2025

Mª Soledad Martín Turiño
Lunes, 12 de Octubre de 2020
ZAMORANA

El trabajo de cada día

[Img #44693]Si entras en el juego, acata las normas, no preguntes, sigue al rebaño que te indicará el camino, no destaques, oculta tu inteligencia y las propuestas que mejorarían la situación porque siempre habrá algún envidioso que se las apropie. Piensa, estudia el contexto y el lugar donde te hallas, observa a tus compañeros más cercanos porque son quienes te harán confesiones, competirán contigo y, tal vez un día lleguen a ser amigos si antes no te aplastan para subir por encima de ti.

 

El trabajo es eso, una manera de socializar, de conocer al enemigo, de luchar por un puesto mejor, de compartir ideas… y también puede ser, si las cosas van bien, un refugio donde huir de la soledad o de los problemas que encontrarás al llegar a casa y, por supuesto, la fuente de ingresos que te permitirá vivir y hacer realidad tus sueños. El trabajo es nuestro compañero desde el fin de los estudios hasta que, debido a la edad, hemos de dejarlo; pasamos pues casi toda nuestra vida en este empeño que nos proporciona los recursos precisos para sobrevivir, y hay que considerarlo consustancial a la existencia porque como decía Tagore: “el descanso pertenece al trabajo como los párpados a los ojos”.

 

Habrá ocasiones en que irás a la deriva, sin saber cómo ni cuál ha de ser tu participación; pero otras veces el líder que vive dentro de ti saldrá a flote para manifestar su compromiso y exponer las mejores ideas; en ese momento escucharás el silencio en la observación mientras desarrollas tu análisis, verás los rostros pendientes de tus gestos, la gente embobada de admiración, los jefes pensando en ti como posible objetivo a no perder… es una maravillosa sensación que dura apenas el momento en que estás exponiendo en el atril, luego se va difuminando y parece que no ha dejado rastro; no obstante, los compañeros te mirarán de otro modo y los jefes también te tendrán en consideración porque habrás marcado tu impronta.

 

Eso es el trabajo: obligación, esfuerzo, lucha constante… pero también una forma de seguir adelante, de aprender, de estar al día y reinventarse para proponer nuevas ideas, acumular experiencias, logros, objetivos y, con un poco de suerte, hacer amigos que perduren más allá de los muros de la oficina. Si le ponemos música a la canción del trabajo, valdrán las estrofas del cantautor Oscar Brown Jr. adaptadas después por Manuel Alejandro y Manuel Clavero e interpretadas en español por el insigne Raphael, que dicen:

 

 

 

Arrastrar la dura cadena,
trabajar sin tregua y sin fin,
es lo mismo que una condena
que ninguno puede eludir.
 

 

El trabajo nace con la persona
va grabado sobre su piel
y ya siempre le acompaña
como el amigo más fiel.

 

Mª Soledad Martín Turiño

 

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