Viernes, 19 de Diciembre de 2025

Eugenio de Ávila
Viernes, 06 de Noviembre de 2020
REPÚBLICO

España está dejando de existir

[Img #45610]Escribía hace no mucho tiempo de que uno de los graves problemas de la democracia española hallábase en la derecha, que se avergonzaba de poseer una ideología, en esencia, basada en la propiedad privada, economía de mercado, libertad de prensa, elecciones libres, libertad de educación, pública, concertada o privada;  sanidad pública, pero sin prohibir la privada, menos intervención del Estado en la economía y considerar a España como nación indivisible y libertad personal.

 

Pero, si el problema de la derecha resulta de gran importancia para el sistema democrático, agravado por la división conservadora  en tres formaciones, como son Vox, PP y Ciudadanos, y las derechas secesionistas en el País Vasco y Cataluña, más ultras, en lo ideológico que las españolas; en la izquierda actual, la sanchista del PSOE, más la que representa en comunismo anacrónico de Unidas Podemos; más Bildu, la ETA política, más los BNG y grupos marxistas catalanes, hallamos otras de las claves para explicarnos la España que se adentrará, en dos meses, en la tercera década del siglo XXI: una nación en quiebra política, quebrada su osamenta democrática.

 

Hubo, no obstante, una izquierda, la que lideraron gente memorable y honrada, consecuente y honorable como Gerardo Iglesias y Julio Anguita que fue española. Ahora, Garzón, su secretario general, tampoco lo es. Se vendió por un plato de lentejas en el Congreso de los Diputados y un Ministerio que no sirve para nada, a Podemos.

 

La izquierda que representa el PSOE y Unidas Podemos no es nacional. España no les importa como nación. Iglesias ha hablado incluso de confederación para aceptar el chantaje  de los nacionalismos racistas, secesionistas y comunistoides. Sabe cualquier politólogo que una confederación consiste en la unión de estados que conservan su soberanía y se vinculan por una serie de leyes comunes. Observe el lector que, a priori, esos estados que se unen en confederación son soberanos, hechos que no acontece en España, donde solo existe un Estado, el español. Ni el País Vasco ni Cataluña, por poner los dos ejemplos de autonomías más deseosas de constituirse como estados, son soberanos. Por lo tanto, el Gobierno de la nación, en este caso el social-comunista, debería conceder la independencia a las autonomías que así lo solicitasen para después constituirse en estados y aceptar una confederación. Traduzco: fin de España como nación.

 

Por otra parte, el partido más fuerte de la izquierda, el que cuenta con más votantes y militantes, el PSOE,  carece de una visión nacional y serias discrepancias ideológicas en autonomías como la catalana respecto al socialismo. El PSC va por libre. Incluso pacta con los secesionistas de aquella región del nordeste español. Y resulta ideológicamente una formación de paradojas: no es comprensible que pacte antes con las derechas más conservadoras de Europa, como son PNV y el pujolismo, madre de todas las corrupciones, los del 3%, como mínimo, que con las formaciones nacionales.

 

Pues hete aquí que este PSOE y Unidas Podemos demostraron ayer, en el Congreso de los Diputados que no son partidos españoles, al pactar con los enemigos seculares de España, la  ERC fascistoide y racista, que el castellano, el idioma de todos, el que hablan 500 millones de personas, ricos y pobres, negros, blancos, indios y gitanos, en el orbe; la lengua de Rojas, Cervantes, Quevedo, Velazquez,  Becker, Pío Baroja, Lorca, Machado, Azaña, dejara de ser vehicular  de la enseñanza  en Cataluña, una de los regiones más españolas de nuestra patria. Más del 55% de la población catalana posee como lengua materna el castellano. El ejecutivo de Pedro y Pablo le roban ese derecho a una mayoría de catalanes. ¡Qué más da! La extorsión de ERC puede con la debilidad, estruendosa, de este gobierno social-comunista.

 

Esta es la izquierda menos democrática de Europa, enemiga de la lengua de su nación, enemiga de la Justicia Independiente, de la prensa libre, de la historia de su patria, de la democracia, como atestiguan sus golpes de Estado, sus amenazas de muerte a diputados conservadores, como demuestran documentos históricos, de Pablo Iglesias, el fundador del PSOE, con Maura; La Pasionaria con Calvo-Sotelo: “Este hombre ha pronunciado su último discurso en estas Cortes. Salvador de Madariaga, en sus memorias, y Tarradellas, en una entrevista, corroboraron que la amenaza de Dolores Ibarruri se había producido.

 

Con una derecha que no lo es, vergonzante, ni lo sabe ser, y con una siniestra vengativa, que aplicará la censura, como Franco, a la prensa, para evitar toda crítica al Gobierno y sus partidos, que es verdad y qué es mentira;  España se nos muere entre esta pandemia vírica, la económica que llama a nuestras puertas, y la de la mediocridad, encarnada en los cerebros  de la peor clase política que conoció nuestra historia. España necesita ya una izquierda española España, en breve, dejará de existir.

Eugenio-Jesús de Ávila

 

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