Sábado, 20 de Diciembre de 2025

Nélida L. del Estal Sastre 2
Sábado, 07 de Noviembre de 2020
CON LOS CINCO SENTIDOS

La soledad

 Últimamente, me ha dado por pensar en lo a gusto que me encuentro sola dentro de mi cerebro, cuando los ruidos exteriores, los mediáticos y el estercolero que me rodea dejan ambos de emitir ese hedor insoportable a mendacidad. El ruido, a veces, también hiede.

El ruido tiene sabor amargo, potente, apabullante. Insoportable. Es imposible pensar con un mínimo de coherencia cuando el ruido se apodera de tu vida y no deja que tus neuronas se puedan regenerar de manera natural…Pacífica, tranquila. Me gusta pasear al borde del río que se amansa cuando pasa cerca del quicio de mis ventanas, de las ventanas del lugar en el que vivo y veo pasar la vida.

Hay árboles y un parque que ahora, en otoño, exhibe unos extraordinarios tonos amarillos y rojizos. Los que me conocen, saben de mi querencia por la estación otoñal y por todo lo que se respira en ella. Pero este otoño es tan diferente para todos que asusta. Quizá por ello necesitamos de los demás, del ruido, del gentío, para sentir que estamos vivos y que esta pandemia no nos va a comer el alma antes de llevarnos a la muerte. Hacemos cosas que, si lo pensáramos unos segundos antes, si reflexionáramos, no haríamos ni locos o ahítos de alcohol. Entonces, ¿por qué? ¿Por qué nos arriesgamos de tal manera que parece que si no lo hiciéramos se acabara el mundo conocido? ¿Acaso estamos a las puertas del apocalipsis?

No. No lo estamos si hacemos las cosas bien y seguimos los dictados de los que saben más que nosotros y se están dejando la piel para que podamos volver a ser como éramos antes. Nos estamos desmandando, como cuando estás ante un rebaño de cabras u ovejas, (ambos animales, de lo más tonto que puebla la faz de la tierra) y levantas una vara de enebro, sabina o jimbro pulida y te cagas en todo lo cagable y maldices en hebreo. Esos animales se espantan; todas las cabras u ovejas salen despavoridas como si hubiera explotado una bomba. A lo tonto y sin sentido alguno. En todas las direcciones. Si en alguna de esas direcciones pasase un camión, las arrollaría sin remisión. Cabras, ovejas, animales tontos…Pero útiles. Dan leche, se comen, dan lana. Qué lamentable y cruel conclusión humana la mía.

En fin, prosigo. La soledad, fuera del ruido, es absolutamente necesaria para mí. Al menos la ansiada soledad mental. No entiendo a las personas a las que les resulta imprescindible llenar cada uno de los segundos de su vida, y lo que es peor, de la tuya o la mía, con conversaciones insulsas, estúpidas y carentes de sentido y provecho alguno. Como si se sintieran en la obligación cósmica de llenar todos los vacíos para que tu cerebro, el mío, no piensen más mierda que la que sale por sus bocas de cotorra con forma humanoide. Es insoportable. Reconozco que hablo, a veces mucho, pero con quien me place.

Soy una persona silenciosa y solitaria, capaz de alienarse en su propio cerebro para crear una atmósfera que me sea propicia para escribir, para pensar, para solazarme en rascarme la barriga, por ejemplo. Hasta para eso son necesarias la soledad y el silencio. Dicen que soy rara, no sé. Tampoco me importa demasiado. Para qué os voy a mentir a estas alturas de mi vida.

El filósofo alemán Arthur Schopenhauer, sostenía que “la soledad es la suerte de todos los espíritus excelentes”. No es cuestión de ponerme “estupenda”, pero qué coño, es en soledad donde se extrae el mejor jugo de uno mismo. ¿Cómo voy a reconocerme y quererme u odiarme si no me das la opción de saber de mí en soledad y silencio, en la quietud y el sosiego? Si lo que vas a decirme no me aporta algo que pueda aprender, o puede dañarme, prefiero el silencio. A todas luces, pero también en la oscuridad.

Nélida L. Del Estal Sastre

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  • Antonio N.

    Antonio N. | Sábado, 07 de Noviembre de 2020 a las 23:25:02 horas

    Los sonidos del silencio gritan en unos ojos vivos. Los tuyos han de serlo, seguro que lo son, igual que lo son tus letras. Brillantes.

    Accede para responder

  • Antonio N.

    Antonio N. | Sábado, 07 de Noviembre de 2020 a las 23:23:10 horas

    Los sonidos del silencio gritan en unos ojos vivos. Los tuyos han de serlo, seguro que lo son, igual que lo son tus letras. Brillantes.

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