FÚTBOL FEMENINO
El Caja Rural-Amigos del Duero pierde ante un Olímpico de Madrid superior.
Las de casa apena tuvieron opción. Nacho, expulsado, debe de cambiar sus modales ante las decisiones arbitrales.

Los goles madrugadores de las madrileñas dejaron el partido visto para sentencia a las primeras de cambio, máxime cuando el equipo que se adelanta es superior técnicamente y las de casa exhiben un mosaico de desaciertos.
No se les puede negar mérito a las zamoranas, que siempre estuvieron de cara al partido, pero la voluntad a veces no basta para emparejarse a un rival más letal, más técnico y con las ideas más claras. A todo esto, la expulsión de Nacho, entrenador local, al que la junta directiva debería de leerle la cartilla para afearle sus maneras y ademanes -tuviera razón o no- con las que se ganó su expulsión, abandonando el banquillo camino de su destierro, mimetizando, aún más, los malos modales de alguien que debe -o debería- ser ejemplo para sus pupilas.
Tras el descanso y con 3-1 en el marcador, las zamoranas salieron más concienciadas para seguir en el partido marcando algún gol, pero fueron las madrileñas las que lo hicieron y, pese a que las de casa nunca bajaron los brazos, ni con la entrada de la gran esperanza amarilla -Fariza, entre algodones con su tobillo dañado- dio sus frutos al estar la jugadora demasiado escorada a la izquierda y entrando poco en juego.En las postrimerías del encuentro, penalti a favor, que fue convertido por Virginia H. para dejar el marcador en el definitivo 2-4.
Cuarto partido, pues, y cuarta derrota para las del Caja Rural, que ocupan la última posición en la tabla, siendo el equipo más goleado, con 16.

Los goles madrugadores de las madrileñas dejaron el partido visto para sentencia a las primeras de cambio, máxime cuando el equipo que se adelanta es superior técnicamente y las de casa exhiben un mosaico de desaciertos.
No se les puede negar mérito a las zamoranas, que siempre estuvieron de cara al partido, pero la voluntad a veces no basta para emparejarse a un rival más letal, más técnico y con las ideas más claras. A todo esto, la expulsión de Nacho, entrenador local, al que la junta directiva debería de leerle la cartilla para afearle sus maneras y ademanes -tuviera razón o no- con las que se ganó su expulsión, abandonando el banquillo camino de su destierro, mimetizando, aún más, los malos modales de alguien que debe -o debería- ser ejemplo para sus pupilas.
Tras el descanso y con 3-1 en el marcador, las zamoranas salieron más concienciadas para seguir en el partido marcando algún gol, pero fueron las madrileñas las que lo hicieron y, pese a que las de casa nunca bajaron los brazos, ni con la entrada de la gran esperanza amarilla -Fariza, entre algodones con su tobillo dañado- dio sus frutos al estar la jugadora demasiado escorada a la izquierda y entrando poco en juego.En las postrimerías del encuentro, penalti a favor, que fue convertido por Virginia H. para dejar el marcador en el definitivo 2-4.
Cuarto partido, pues, y cuarta derrota para las del Caja Rural, que ocupan la última posición en la tabla, siendo el equipo más goleado, con 16.



























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