Embellecer Zamora (III)
Todos mis artículos sobre Zamora, además de criticar a los politicastros que la hieren, olvidan, ensucian, poseen un objetivo: embellecerla. Sospecho que no existe un solo periodista en la ciudad del alma que aporte ideas, que las escriba negro sobre blanco, que las dé al pueblo para que las haga suyas, las matice, las critique. Los medios de comunicación locales solo se dedican a la rueda de prensa o a servir de voceros del poder público, con cuyo dinero, el de todos, se mantienen en un estado de absoluta languidez, tristón, de esquela, de indolencia. Las voces de sus amos.
Francisco Guarido fue siempre un ciudadano, más que un político, con querencia por embellecer Zamora, por sacarle el néctar de su historia, esencial para entender el medioevo de la región que construyó España. Ahí sigue con su empeño de dejar exentos todos los lienzos de muralla en la avenida de la Feria, que, en no mucho tiempo, pongamos un lustro, se convertirá en la zona residencial más hermosa de nuestra ciudad. Levantarse y asomarse al balcón o ventana y contemplar el recinto amurallado, la Torre y la Cúpula de la Catedral, llegar en cinco minutos Valorio o las riberas del Duero no deja de ser un lujo.
Alguna idea del actual regidor, como la del gran mirador al Duero, no se plasmó en la realidad, porque hubo una sentencia judicial, cuando administraba la Casa de las Panaderas, que dio la razón a las monjitas que ocupan una parte golosa en esa potencial atalaya, en ese pasillo de varios centros de metros, que concluía cerca de la Cuesta de los Pepinos.
Ahora bien, desde la reforma del casco antiguo de la ciudad, durante el primer mandato de Antonio Vázquez, cuando llegaron a Zamora millones de euros desde la Unión Europea, no se ha ejecutado reforma alguna al respecto. Urge un estudio del Servicio de Urbanismo del Ayuntamiento sobre el estado de inmuebles, abandonados, y solares con más de dos décadas tal cual, como el que hallamos en la Rúa de los Notarios, a la izquierda, según se va a la Seo. Por cierto, el muro que lo circunda, que ya desprendió materiales no ha mucho tiempo, ofrece cierta inclinación sobre el suelo en su parte superior. Ojalá no se venga abajo este invierno con las lluvias, vientos y heladas que lo seguirán horadando. Hay fachadas, además, que manchan el buen nombre de nuestra historia, también en ese entorno de la parte noble de la ciudad. No sé por qué se mantienen en pie.
Por otra parte, transitar desde la Plaza Mayor hasta la Catedral por la calzada empedrada resulta una auténtica tortura para los pies de los transeúntes. En su día, en vez de recurrir al granito de Sayago, con losetas de 8 de centímetros, se prefirió el chino, de seis, y al canto. Así se ahorró dinero, pero se apostó por la chapuza. La plaza de Viriato también merecería retirar ese pavimento y colocar alguno más transitable para el peatón.
Concluyo este artículo sobre embellecer Zamora, que tendrá continuidad, si el tiempo y la censura me lo permiten, rogando se estudie la construcción de una fuente o sistema de fontanas en el parque del Castillo. Imitemos las de La Alhambra. Sencillo. Y pido que la fuente de la plaza de una reforma para la fuente de la plaza de Alemania que, según mi gusto, es una de las más feas de España, parecida en orfandad estética a nuestra Plaza Mayor.
Y ahora que el Ayuntamiento prepara ya la ubicación de la estatua de Barrón, la de Adán expulsado del Paraíso, en la plaza de Sagasta, por qué no exhibir en nuestras plazas, rúas, avenidas, calles más obras de Baltasar Lobo. Se podrían colocar en todos los espacios ajardinados de la ciudad. Y ya que no existe, porque nadie apostó con fuerza por ese proyecto, un nuevo Museo que contenga la inmensa obra del escultor de Cerecinos de Campos, demos a conocer al pueblo, al nuestro y al que nos visite, el patrimonio que el artista nos legó. Presumamos de nuestros genios, de nuestro patrimonio. No obstante, siempre habrá botarates, badulaques y malandrines que los ensucien, manchen, destruyen.
Eugenio-Jesús de Ávila
Todos mis artículos sobre Zamora, además de criticar a los politicastros que la hieren, olvidan, ensucian, poseen un objetivo: embellecerla. Sospecho que no existe un solo periodista en la ciudad del alma que aporte ideas, que las escriba negro sobre blanco, que las dé al pueblo para que las haga suyas, las matice, las critique. Los medios de comunicación locales solo se dedican a la rueda de prensa o a servir de voceros del poder público, con cuyo dinero, el de todos, se mantienen en un estado de absoluta languidez, tristón, de esquela, de indolencia. Las voces de sus amos.
Francisco Guarido fue siempre un ciudadano, más que un político, con querencia por embellecer Zamora, por sacarle el néctar de su historia, esencial para entender el medioevo de la región que construyó España. Ahí sigue con su empeño de dejar exentos todos los lienzos de muralla en la avenida de la Feria, que, en no mucho tiempo, pongamos un lustro, se convertirá en la zona residencial más hermosa de nuestra ciudad. Levantarse y asomarse al balcón o ventana y contemplar el recinto amurallado, la Torre y la Cúpula de la Catedral, llegar en cinco minutos Valorio o las riberas del Duero no deja de ser un lujo.
Alguna idea del actual regidor, como la del gran mirador al Duero, no se plasmó en la realidad, porque hubo una sentencia judicial, cuando administraba la Casa de las Panaderas, que dio la razón a las monjitas que ocupan una parte golosa en esa potencial atalaya, en ese pasillo de varios centros de metros, que concluía cerca de la Cuesta de los Pepinos.
Ahora bien, desde la reforma del casco antiguo de la ciudad, durante el primer mandato de Antonio Vázquez, cuando llegaron a Zamora millones de euros desde la Unión Europea, no se ha ejecutado reforma alguna al respecto. Urge un estudio del Servicio de Urbanismo del Ayuntamiento sobre el estado de inmuebles, abandonados, y solares con más de dos décadas tal cual, como el que hallamos en la Rúa de los Notarios, a la izquierda, según se va a la Seo. Por cierto, el muro que lo circunda, que ya desprendió materiales no ha mucho tiempo, ofrece cierta inclinación sobre el suelo en su parte superior. Ojalá no se venga abajo este invierno con las lluvias, vientos y heladas que lo seguirán horadando. Hay fachadas, además, que manchan el buen nombre de nuestra historia, también en ese entorno de la parte noble de la ciudad. No sé por qué se mantienen en pie.
Por otra parte, transitar desde la Plaza Mayor hasta la Catedral por la calzada empedrada resulta una auténtica tortura para los pies de los transeúntes. En su día, en vez de recurrir al granito de Sayago, con losetas de 8 de centímetros, se prefirió el chino, de seis, y al canto. Así se ahorró dinero, pero se apostó por la chapuza. La plaza de Viriato también merecería retirar ese pavimento y colocar alguno más transitable para el peatón.
Concluyo este artículo sobre embellecer Zamora, que tendrá continuidad, si el tiempo y la censura me lo permiten, rogando se estudie la construcción de una fuente o sistema de fontanas en el parque del Castillo. Imitemos las de La Alhambra. Sencillo. Y pido que la fuente de la plaza de una reforma para la fuente de la plaza de Alemania que, según mi gusto, es una de las más feas de España, parecida en orfandad estética a nuestra Plaza Mayor.
Y ahora que el Ayuntamiento prepara ya la ubicación de la estatua de Barrón, la de Adán expulsado del Paraíso, en la plaza de Sagasta, por qué no exhibir en nuestras plazas, rúas, avenidas, calles más obras de Baltasar Lobo. Se podrían colocar en todos los espacios ajardinados de la ciudad. Y ya que no existe, porque nadie apostó con fuerza por ese proyecto, un nuevo Museo que contenga la inmensa obra del escultor de Cerecinos de Campos, demos a conocer al pueblo, al nuestro y al que nos visite, el patrimonio que el artista nos legó. Presumamos de nuestros genios, de nuestro patrimonio. No obstante, siempre habrá botarates, badulaques y malandrines que los ensucien, manchen, destruyen.
Eugenio-Jesús de Ávila
Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.189