Eugenio de Ávila
Domingo, 06 de Diciembre de 2020
GUERRA CIVIL

Lecciones de historia que no forma parte de la memoria

Besteiro, dirigiéndose por radio a los madrileños. Marzo de 1939Apostaría que una gran mayoría de la militancia del PSOE y comunistas de diversas tendencias desconocen la historia de sus partidos. Mucha memoria, siempre subjetiva, pero escasa historia, documentada, la de verdad, no la escrita con tinta de ideología. Por lo tanto, ignorarán los acontecimientos vividos en Madrid desde el día 5 de marzo de 1939, después de la derrota total del Ejército, cuando  el coronel Segismundo Casado, militar profesional que mandaba el Ejército del Centro, junto con el general Miaja y el socialista Julián Besteiro, ex secretario general de la UGT, se rebelaron contra el gobierno, presidido por otra socialista, el doctor Negrín, y tutelado por Moscú. Todos ellos se refugiaron en el Ministerio de Hacienda, en la Puerta del Sol.

En pocas horas estalló una guerra civil dentro de la guerra civil que se prolongaba desde 1936: unidades del PCE atacaron el Consejo y las tropas que lo protegían. En Madrid se desplegaron tanques en la Castellana, el Prado y la calle de Alcalá; el 8 de marzo llegaron refuerzos anarquistas, y el 10 el Consejo controlaba la ciudad. El número de muertos de la batalla rondó los 2.000, con fusilamientos de prisioneros por ambas partes. El 6 de marzo Negrín, sus ministros y los dirigentes del PCE, como La Pasionaria, huyeron de España en aviones que despegaron de Monóvar. Durante los días siguientes, el ejército de Franco que rodeaba Madrid, 400.000 soldados, detuvo sus operaciones. Los sublevados contra Negrín intentaron negociar, pero el general  rechazó una rendición pactada.

Besteiro, que acabaría llorando, se dirigió por la cadena SER a los madrileños. Destacó de su emocionado discurso los siguientes párrafos: “El Gobierno Negrín, con sus veladuras de la verdad, con sus verdades a medias y con sus propuestas capciosas, no puede aspirar a otra cosa que a ganar tiempo, tiempo que es perdido para el interés de la masa ciudadana, combatiente y no combatiente. Y esta política de aplazamiento no puede tener otra finalidad que alimentar la morbosa creencia de que la complicación de la vida internacional permita desencadenar una catástrofe de proporciones universales, en la cual, juntamente con nosotros, perecerían las masas proletarias de muchas naciones del mundo”.

Convencido estoy que el ciudadano de a pie desconoce ese mensaje radiado de Besteiro y los sucesos acontecidos en Madrid en marzo de 1939. Como historiador, creo necesario que se conozcan, porque la historia siempre se repite dos veces, la primera como tragedia, la segunda como farsa. Aquella, la de 1939, fue la catástrofe, la desgracia; ahora toca la tramoya. No obstante, introduzco otra parte del discurso del gran Besteiro, el socialista más digno, siempre español, que conoció el PSOE, tan distinto y distante de Sánchez y el sanchismo, la última excrecencia de un partido que no debería sentirse orgulloso de su verdadera historia:  “De esta política de fanatismo catastrófico, de esta sumisión a órdenes extrañas, con una indiferencia completa ante el valor de la nación, está sobresaturada ya la opinión republicana toda. Yo os hablo desde este Madrid que ha sabido sufrir y sabe sufrir con emocionante dignidad su martirio; yo os hablo desde este «rompeolas de todas las Españas» que dijo el poeta inmortal que hemos perdido, tal vez abandonado en tierras extrañas; yo os hablo para deciros que cuando se pierde, es cuando hay que demostrar, individuos y nacionalidades, el valor moral que se posee. Se puede perder, pero con honradez y dignamente, sin negar su fe, anonadados por la desgracia. Yo os digo que una victoria moral de ese género vale mil veces más que una victoria material lograda a fuerza de claudicaciones y de vilipendio”.

Cipriano Mera, general anarcosindicalista, que también formó parte del golpe contra Negrín y los comunistas, se dirigió asimismo a los madrileños: “Durante las últimas veinticuatro horas ha sucedido todo lo que puede suceder donde hay gobernantes traidores a sus promesas, a su pueblo y a todos los principios ideológicos y morales. Esto nos ha creado una situación delicada, ante la cual, este militar que os habla con la emoción que le produce el recuerdo de su vida austera y dura de trabajador manual, piensa que sólo se puede servir disciplinadamente a quien sirve a su Patria y que es indispensable enfrentarse con quien la roba, la vende o la traiciona. Las tres cosas ha hecho, como gobernante perjuro y desaprensivo, el doctor Negrín, y Cipriano Mera, albañil ayer y hoy uno de los Jefes del Ejército del Centro, pero siempre leal hijo del pueblo, al pueblo debe y quiere defender”.

Lo escrito no es memoria, solo historia. Hay que enseñar al que no sabe.

Un dato más: el 23 de agosto, cinco meses después de esos acontecimientos históricos,  se firmó una alianza militar y política entre la Alemania nacional-socialista y la URSS comunista, Von Ribbentrop y Molotov fueron sus protagonistas. Ambas naciones se repartieron Polonia. Siguiendo órdenes de Moscú, los comunistas franceses colaboraron con el ocupante Nazi, hasta que Adolf Hitler atacó a la patria del proletariado”

Eugenio-Jesús de Ávila

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