IDEAS PARA ZAMORA
Zamora necesita un partido zamorano en las instituciones públicas
Los partidos nacionales se han convertido en el principal enemigo del futuro de nuestra ciudad y provincia
Zamora, nuestra ciudad y provincia, carece de un solo partido político que la representa. Todos son nacionales, como el PSOE, PP, Ciudadanos, Vox, o, como mucho, regionales, casos del inmarcesible PREPAL, y los leonesistas de UPL. No obstante, considero que la única formación libre de ataduras nacionales se llama IU. Cierto que Izquierda Unida es un partido nacional, pero Guarido y su gente poseen personalidad propia y atienden más a las cosas de aquí que de allí. Como debiera ser, más si se gobierna la capital de la provincia y se tiene presencia en la Diputación.
Hubo intentonas pretéritas, surgidas de avatares económicos, que cuajaron durante un tiempo, pero desaparecieron. Verbigracia, Adeiza, del inolvidable Miguel Ángel Mateos, un intelectual, una buena persona, que se quemó en la res pública. Inteligente, culto y preparado, pero con virtudes que son defectos, candidez y bondad, para navegar en el proceloso mar de la cosa pública. Desde su desaparición como formación libre, porque, tras el naufragio, sus restos se recogieron en Ahora DECIDE, otra formación, liderada por personas que decidieron abandonar al PSOE, cansadas del imperio del “madridismo”, pero que tampoco alcanzaron puerto institucional en el que amarrar su nave ideológica. Mantienen una desigual presencia en los medios y gobiernan, muy bien, algunos municipios.
Ahora bien, Zamora ya tocó fondo económico, demográfico y político. No esperemos, cruzados de brazos, nada de los partidos nacionales: El PSOE de Zamora obedece órdenes de Madrid. Prietas las filas. Antidio Fagúndez, diputado nacional, condujo a su partido a sus mínimos históricos en la capital de la provincia. Pero fue premiado por Pedro Sánchez. Paradojas de un partido que mantiene una deuda histórica, de la que yo tengo también memoria. Sí, ahora, de verdad: memoria histórica. Sin oxímoron. Porque fue durante los gobiernos de Felipe González cuando Zamora pasó de ser la 33 a la 50 en el ranking de las provincias españolas. El felipismo lo cerró todo en esta provincia: líneas férreas, cuartel Viriato, Universidad Laboral, Prisión Provincial, más la durísima reconversión agropecuaria, causa de la depauperación de la capital y del sector primario provincial.
El PP de Rajoy se colocó la capa parda alistana y poco más. Martínez-Maíllo alcanzó su mayor logro con el horario del AVE para ir a Madrid a trabajar y regresar en el día. Ahora, Casado no sabe si es socialdemócrata, como Montoro y el rajoyismo –nunca gobierno alguno impuso una política fiscal tan dura-, de centro o de centro derecha. Mientras, por estos pagos, la guerra doméstica se inició ha tiempo. Un sector del partido quiere desplazar a Barrios de la presidencia provincial. Se buscan alianzas antinatura para presidir el PP de Zamora, una formación que necesita una profunda catarsis si quiere presidir, de nuevo, Diputación y los principales ayuntamientos de la provincia. Imposible mientras Martínez- Maíllo y Maite Martín Pozo sigan jugando y viviendo de la res pública.
Vox, la derecha auténtica, necesita entrar en instituciones públicas de importancia. Pero, sea como fuere, siempre dependerá de sus jefes madrileños. PREPAL y UPL, como digo, gente honrada, personas laboriosas, con razones políticas para el aprecio, nunca alcanzarán la gloria de transformar Zamora.
Izquierda Unida de Zamora, el único partido zamorano lígrimo, carece de implantación en la provincia, lo que incapacita a esa formación para obtener representación en instituciones regionales y nacionales. Y, cuando Guarido, el político más carismático de esta provincia, decida apearse en el andén de la jubilación, IU volverá a ser oposición, necesaria, pero sin poder. A la espera de que Requejo se convierta en el mejor presidente de la Diputación, objetivo que logrará si, por fin, se adquieren los terrenos de Barcial del Barco, la Biorrefinería empieza a funcionar en dos años, más otras ideas que fluyen en su cerebro, se transforman en realidad.
Por lo tanto, como no se puede perder más tiempo en hablar y escribir sobre Zamora y su futuro, de Monte La Reina y la llegada a nuestra tierra de 1.500 militares y sus familias; de la transformación en autovía de la carretera nacional entre Zamora y la frontera lusa y otras necesidades perentorias, urge crear una formación, movimiento si se quiere, de personas de toda clase y condición, que se sientan antes zamoranos que de derechas, de izquierdas, de centro o mediopensionistas, para lidiar al toro del futuro en el albero de la política, de la res pública. A esta guerra por el porvenir, no convoco a nadie que haya ejercido cargos políticos profesionales. Solo gente que sea zamorana, inconformista y bizarra. Y que, además, haya llegado a la conclusión de que los partidos nacionales son nuestro peor enemigo. Se acabó por hoy.
Eugenio-Jesús de Ávila
Zamora, nuestra ciudad y provincia, carece de un solo partido político que la representa. Todos son nacionales, como el PSOE, PP, Ciudadanos, Vox, o, como mucho, regionales, casos del inmarcesible PREPAL, y los leonesistas de UPL. No obstante, considero que la única formación libre de ataduras nacionales se llama IU. Cierto que Izquierda Unida es un partido nacional, pero Guarido y su gente poseen personalidad propia y atienden más a las cosas de aquí que de allí. Como debiera ser, más si se gobierna la capital de la provincia y se tiene presencia en la Diputación.
Hubo intentonas pretéritas, surgidas de avatares económicos, que cuajaron durante un tiempo, pero desaparecieron. Verbigracia, Adeiza, del inolvidable Miguel Ángel Mateos, un intelectual, una buena persona, que se quemó en la res pública. Inteligente, culto y preparado, pero con virtudes que son defectos, candidez y bondad, para navegar en el proceloso mar de la cosa pública. Desde su desaparición como formación libre, porque, tras el naufragio, sus restos se recogieron en Ahora DECIDE, otra formación, liderada por personas que decidieron abandonar al PSOE, cansadas del imperio del “madridismo”, pero que tampoco alcanzaron puerto institucional en el que amarrar su nave ideológica. Mantienen una desigual presencia en los medios y gobiernan, muy bien, algunos municipios.
Ahora bien, Zamora ya tocó fondo económico, demográfico y político. No esperemos, cruzados de brazos, nada de los partidos nacionales: El PSOE de Zamora obedece órdenes de Madrid. Prietas las filas. Antidio Fagúndez, diputado nacional, condujo a su partido a sus mínimos históricos en la capital de la provincia. Pero fue premiado por Pedro Sánchez. Paradojas de un partido que mantiene una deuda histórica, de la que yo tengo también memoria. Sí, ahora, de verdad: memoria histórica. Sin oxímoron. Porque fue durante los gobiernos de Felipe González cuando Zamora pasó de ser la 33 a la 50 en el ranking de las provincias españolas. El felipismo lo cerró todo en esta provincia: líneas férreas, cuartel Viriato, Universidad Laboral, Prisión Provincial, más la durísima reconversión agropecuaria, causa de la depauperación de la capital y del sector primario provincial.
El PP de Rajoy se colocó la capa parda alistana y poco más. Martínez-Maíllo alcanzó su mayor logro con el horario del AVE para ir a Madrid a trabajar y regresar en el día. Ahora, Casado no sabe si es socialdemócrata, como Montoro y el rajoyismo –nunca gobierno alguno impuso una política fiscal tan dura-, de centro o de centro derecha. Mientras, por estos pagos, la guerra doméstica se inició ha tiempo. Un sector del partido quiere desplazar a Barrios de la presidencia provincial. Se buscan alianzas antinatura para presidir el PP de Zamora, una formación que necesita una profunda catarsis si quiere presidir, de nuevo, Diputación y los principales ayuntamientos de la provincia. Imposible mientras Martínez- Maíllo y Maite Martín Pozo sigan jugando y viviendo de la res pública.
Vox, la derecha auténtica, necesita entrar en instituciones públicas de importancia. Pero, sea como fuere, siempre dependerá de sus jefes madrileños. PREPAL y UPL, como digo, gente honrada, personas laboriosas, con razones políticas para el aprecio, nunca alcanzarán la gloria de transformar Zamora.
Izquierda Unida de Zamora, el único partido zamorano lígrimo, carece de implantación en la provincia, lo que incapacita a esa formación para obtener representación en instituciones regionales y nacionales. Y, cuando Guarido, el político más carismático de esta provincia, decida apearse en el andén de la jubilación, IU volverá a ser oposición, necesaria, pero sin poder. A la espera de que Requejo se convierta en el mejor presidente de la Diputación, objetivo que logrará si, por fin, se adquieren los terrenos de Barcial del Barco, la Biorrefinería empieza a funcionar en dos años, más otras ideas que fluyen en su cerebro, se transforman en realidad.
Por lo tanto, como no se puede perder más tiempo en hablar y escribir sobre Zamora y su futuro, de Monte La Reina y la llegada a nuestra tierra de 1.500 militares y sus familias; de la transformación en autovía de la carretera nacional entre Zamora y la frontera lusa y otras necesidades perentorias, urge crear una formación, movimiento si se quiere, de personas de toda clase y condición, que se sientan antes zamoranos que de derechas, de izquierdas, de centro o mediopensionistas, para lidiar al toro del futuro en el albero de la política, de la res pública. A esta guerra por el porvenir, no convoco a nadie que haya ejercido cargos políticos profesionales. Solo gente que sea zamorana, inconformista y bizarra. Y que, además, haya llegado a la conclusión de que los partidos nacionales son nuestro peor enemigo. Se acabó por hoy.
Eugenio-Jesús de Ávila
Se acabó | Sábado, 12 de Diciembre de 2020 a las 11:06:44 horas
Con la notica de la despoblación que cabalga sin freno por las tierras zamoranas , la suerte de Zamora está echada. Ya no hay solución , los políticos son mediocres por decir algo, los empresarios a sus intereses particulares y no son de diez sino de cero. Ni tan siquiera se han felicitado con la noticia de la biorrefinería , ellos solo tratan de no molestar al que les da de comer. Pero, que decir del electorado, caído en una catatonia social debido al hartazgo de malas noticias. En cualquier caso hay mucho miedo, pues Zamora es pequeña y las artes de los del poder son arteras.
Vaya desde aquí nuevamente mi enhorabuena al impulsor de la biorrefinería. Y como colofón a esta desalentadora epístola , pedir a los zamoranos la abstención electoral en los próximos comicios. Así como, la dimisión inmediata de todos los próceres políticos que nos representan, a nivel estatal y provincial pues el asco que producen es ya insoportable. Solo los niños en su candidez se salvan del fiasco zamorano. Feliz Navidad y prospero año nuevo para ellos.
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