CON LOS CINCO SENTIDOS
Como cantaba Serrat: "Sin ti mi casa es ancha"
Se ensancha, se hace inmensa y fría mi cama. Tan grande que no la abarco con las piernas extendidas componiendo la forma de un compás roto y desbaratado, mis delgadas piernas no llenan esa cama vacía, sin ti, sin que tu cuerpo caliente, noble, aguerrido y amante, me agarre del cuello y de la cintura y me diga al oído que me ama, que no hay nada en el mundo que te haga sentir que revives, como yo te hago revivir. Eres el todo y la nada, eres el mar y la tierra, el desierto que abrasa y el agua helada de un torrente en invierno. Eres una contradicción andante, a veces te quiero hasta morir de amor, pero a veces te odio porque no te entiendo. Lo intento todo, de veras, pero no llego a tu alma y eso me agota. Me duele el dolor.
No cejaré en mi empeño de llegar hasta el altar de tu sonrisa, hasta ese lugar en el que te sientas tranquilo y relajado para soltar tu quina frente a mí que, porque te amo y te conozco, te comprenderé, sea lo que fuere lo que digas en ese momento, aunque me desarme por dentro. Pero dímelo, desnuda tu alma frente a la persona que más te quiere, que más te ama, que dejará parte de su cama para que tú la ocupes. Para que te halles en calma cuando deposites tu cuerpo en mi lecho, porque mi amor, mi cama es ancha y cabemos ambos.
Compartiremos sueños, ambiciones, desilusiones y derrotas. Seré la manta que te arrope cada despertar ante el frío de la mañana. Puedes confiar en mí, hablarme y darte por fin para liberarte de las ataduras de la vida. Y volar, conmigo, en mi cama. La verdad me puede desvelar pero tus besos adormecen mi cuerpo y hacen que el dolor sea liviano, casi imperceptible.
Te quiero tanto que se me escarcha el corazón si no me miras, si no me prestas tu atención y me dedicas tus palabras más hermosas. Sin ti no soy nada útil, mi cama es ancha. Esperando que tú la llenes con tu persona, con tu cuerpo ardiente y tu cabeza bullendo mil cosas, que yo escucho, pacientemente, porque te adoro.
Todas tus dudas son mías, seremos uno, por si acaso el futuro nos separa y no recordamos de dónde procedemos. Seré tu memoria, quiero que recuerdes cuándo nos amamos y nos tocamos la piel con todos y cada uno de los cinco sentidos. “Sin ti no entiendo el despertar. Sin ti, mi cama es ancha”.
Nélida L. del Estal Sastre.
Se ensancha, se hace inmensa y fría mi cama. Tan grande que no la abarco con las piernas extendidas componiendo la forma de un compás roto y desbaratado, mis delgadas piernas no llenan esa cama vacía, sin ti, sin que tu cuerpo caliente, noble, aguerrido y amante, me agarre del cuello y de la cintura y me diga al oído que me ama, que no hay nada en el mundo que te haga sentir que revives, como yo te hago revivir. Eres el todo y la nada, eres el mar y la tierra, el desierto que abrasa y el agua helada de un torrente en invierno. Eres una contradicción andante, a veces te quiero hasta morir de amor, pero a veces te odio porque no te entiendo. Lo intento todo, de veras, pero no llego a tu alma y eso me agota. Me duele el dolor.
No cejaré en mi empeño de llegar hasta el altar de tu sonrisa, hasta ese lugar en el que te sientas tranquilo y relajado para soltar tu quina frente a mí que, porque te amo y te conozco, te comprenderé, sea lo que fuere lo que digas en ese momento, aunque me desarme por dentro. Pero dímelo, desnuda tu alma frente a la persona que más te quiere, que más te ama, que dejará parte de su cama para que tú la ocupes. Para que te halles en calma cuando deposites tu cuerpo en mi lecho, porque mi amor, mi cama es ancha y cabemos ambos.
Compartiremos sueños, ambiciones, desilusiones y derrotas. Seré la manta que te arrope cada despertar ante el frío de la mañana. Puedes confiar en mí, hablarme y darte por fin para liberarte de las ataduras de la vida. Y volar, conmigo, en mi cama. La verdad me puede desvelar pero tus besos adormecen mi cuerpo y hacen que el dolor sea liviano, casi imperceptible.
Te quiero tanto que se me escarcha el corazón si no me miras, si no me prestas tu atención y me dedicas tus palabras más hermosas. Sin ti no soy nada útil, mi cama es ancha. Esperando que tú la llenes con tu persona, con tu cuerpo ardiente y tu cabeza bullendo mil cosas, que yo escucho, pacientemente, porque te adoro.
Todas tus dudas son mías, seremos uno, por si acaso el futuro nos separa y no recordamos de dónde procedemos. Seré tu memoria, quiero que recuerdes cuándo nos amamos y nos tocamos la piel con todos y cada uno de los cinco sentidos. “Sin ti no entiendo el despertar. Sin ti, mi cama es ancha”.
Nélida L. del Estal Sastre.




























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