EN EL RECUERDO
Dos años sin Laura Luelmo, con un clamor por la justicia
Aún no hay fecha para el juicio a su asesino, Bernardo Montoya

Fue el 12 de diciembre de 2018, un día que cambió el alma de esta ciudad y que movilizó a la España sensible, con la desaparición en El Campillo de una joven profesora de Zamora, una artista feminista, entregada a su tarea de formar en dibujo a sus alumnos adolescentes.
Ese 12 de diciembre teníamos esperanzas de volverla a ver y el pueblo, sus familiares, compañeros y amigos iniciaron la que se convirtió en una angustiosa e intensa búsqueda. Su último mensaje fue esa misma tarde, a su pareja: "No sé si saldré a caminar, hace viento" y nada más se supo de esta profesora del IES Vázquez Díaz, donde se mantiene su recuerdo.
El 17 de diciembre llegó el peor final: un voluntario de la Cruz Roja encontró restos de su ropa y, poco después, descubrieron su cuerpo, con evidentes signos de violencia. Todos los indicios llevaron a su asesino, Bernardo Montoya, múltiple asesino confeso, que sigue en la cárcel, a la espera del juicio.
Hoy, ha sido día de homenajes, silenciosos por culpa de la pandemia, pero no menos profundos y sentidos. Emociona saber que en ese lugar de la tragedia, El Campillo, el Centro Cultural lleva el nombre de Laura Luelmo y que un concurso de relatos también la recuerda, con ambición de mantener vivos su imagen, su mensaje feminista contra la violencia.

Fue el 12 de diciembre de 2018, un día que cambió el alma de esta ciudad y que movilizó a la España sensible, con la desaparición en El Campillo de una joven profesora de Zamora, una artista feminista, entregada a su tarea de formar en dibujo a sus alumnos adolescentes.
Ese 12 de diciembre teníamos esperanzas de volverla a ver y el pueblo, sus familiares, compañeros y amigos iniciaron la que se convirtió en una angustiosa e intensa búsqueda. Su último mensaje fue esa misma tarde, a su pareja: "No sé si saldré a caminar, hace viento" y nada más se supo de esta profesora del IES Vázquez Díaz, donde se mantiene su recuerdo.
El 17 de diciembre llegó el peor final: un voluntario de la Cruz Roja encontró restos de su ropa y, poco después, descubrieron su cuerpo, con evidentes signos de violencia. Todos los indicios llevaron a su asesino, Bernardo Montoya, múltiple asesino confeso, que sigue en la cárcel, a la espera del juicio.
Hoy, ha sido día de homenajes, silenciosos por culpa de la pandemia, pero no menos profundos y sentidos. Emociona saber que en ese lugar de la tragedia, El Campillo, el Centro Cultural lleva el nombre de Laura Luelmo y que un concurso de relatos también la recuerda, con ambición de mantener vivos su imagen, su mensaje feminista contra la violencia.




















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