Domingo, 23 de Noviembre de 2025

Mª Soledad Martín 1
Lunes, 21 de Diciembre de 2020
ZAMORANA

¡Zamora también existe!

[Img #47314]Añoro ese pueblo grande llamado Zamora que se nutre de la población de sus pueblos pequeños venida a la capital para afrontar el último tercio de su vida, con mejores condiciones que en la vieja casa de sus pequeñas aldeas. Allí continúan, no obstante, muchos que nacieron y morirán en el mismo lugar, observando el cielo que conocen a la perfección; ya decía Delibes: “si el cielo de Castilla es tan alto, es porque lo habrán levantado los castellanos de tanto mirarlo”; y así es, porque del aspecto de las nubes o de la luz que dimane del sol dependerá la cosecha: si llueve cuando ya estén nacidos los campos, pueden enfangarse y dar al traste con el esfuerzo de  la plantación pero, si el agua llega en el momento deseado, ayudada por un sol que abrigue el cereal naciente, puede haber una buena recogida.

 

Muchos de los agricultores que se han trasladado a la ciudad miran aún este cielo, para ellos tan diferente, e incluso alguno me ha dicho que la capital les abruma, se les hace demasiado grande, con más gente de la que están acostumbrados; porque siguen pensando en la soledad de sus pueblos, y aquí se sienten forasteros, pese a que dispongan de comodidades de las que allá carecían.

 

Hay quienes han venido a ingresar en una residencia de mayores porque sus precarias condiciones en el pueblo les hacían imposible continuar sin unos cuidados continuos; así que los hijos llevan a sus padres a la capital, ya sea a sus propias casas o, si las circunstancias son otras, a pasar sus últimos días en una residencia. “Allí estarán bien -les dicen-, tienen actividades, conocen a otras personas y les mantienen todo el día ocupados”. 

 

Yo, que con los años me estoy volviendo cada vez más escéptica, pienso en estos labradores que asienten a todo porque no saben ni quieren discutir, y porque en este momento de sus vidas están a merced de sus hijos que deciden por ellos; así que llegan a Zamora, recorren sus calles, se sientan en un banco con el bastón en la mano y se distraen viendo pasar a la gente que transita. Esta vieja Zamora que constituía para ellos casi un premio cuando tenían que venir a la capital, se les hace ahora un tanto extraña; un lugar donde apenas conocen a algún paisano que se cruza con ellos y se sienta a su lado para evocar mejores tiempos o, simplemente, mirar en silencio.

 

Mi vieja Zamora, olvidada por los poderes públicos, postergada por los diferentes gobiernos de distintos colores políticos, olvidada por los dirigentes que fueron nacidos en esta tierra y cuando tuvieron un puesto en las instituciones públicas no hicieron nada siquiera por favorecerla un poco, relegada incluso por sus propios habitantes que callan, no se enfurecen cuando observan las deficiencias de la capital acomodándose a esa forma de aceptación natural que constituye toda una manera de ser; y al no rebelarse les olvidan, nadie cuenta con esta gente sencilla, acostumbrada a trabajar y no quejarse ni ser un problema para nadie; por eso los que tenemos voz, a través de un medio de comunicación o, simplemente, queremos gritar hasta desgañitarnos, no vamos a parar de decir ¡Zamora también existe!, ¡los pueblos vaciados que la forman siguen ahí, marginados y esperando a que algún gobierno haga algo por ellos!.

 

A este socialismo que nos dirige, acompañado por sus socios podemitas, esos que se erigieron en garantes de los desfavorecidos antes de que el poder corrompiera sus ideas y los llevara a vivir como burgueses, a ellos me dirijo para que piensen en los pueblos y en las capitales pequeñas, en las provincias que no salen en prensa y, por ello, siempre se omiten. La nuestra, la provincia de Zamora, todavía nutre a las ciudades con sus productos de la ganadería y del campo, nuestra provincia es una joya cultural ornada por la particularidad del trabajo bien hecho de sus gentes y tiene un enorme potencial que, con un poco de ayuda financiera del gobierno central y la magnífica gestión de un grupo de empresarios como Zamora 10 conseguirían sustanciales mejoras para esta ciudad y su entorno.

 

No queremos nada diferente a lo que se otorga a otras comunidades autónomas, pero sí van a contar con nuestra lealtad; no pediremos un cheque en blanco ni tampoco exigiremos a cambio un alto precio; solo necesitamos que se tenga en cuenta en las partidas de los PGE, o en las que lleguen de la Comunidad Europea a estos lugares que solo precisan de un pequeño empujón para seguir adelante; el trabajo, el esfuerzo y el silencio lo ponemos nosotros; tampoco rendiremos pleitesía a la autoridad ni seremos partícipes de ningún chantaje político porque esos dislates no van con nosotros; somos gente sencilla, honrada, con algo que en la actualidad escasea pero que para los zamoranos es una seña de identidad: el honor; una expresión devaluada e incluso desconocida para muchos que no lo ejercen, una manera de ser de la que estamos orgullosos.

 

No queremos trato de favor, solo que se tenga en cuenta a estas ciudades castellanas que tanto han hecho en favor de la nación en otros tiempos. Ahora necesitamos ayuda y merecemos que nos la concedan, no somos invisibles. ¡Zamora también existe!

 

 

  Mª Soledad Martín Turiño

 

 

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  • Juan nete

    Juan nete | Viernes, 12 de Enero de 2024 a las 00:50:29 horas

    Zamora no es Castilla

    Accede para responder

El Día de Zamora

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