Sábado, 15 de Noviembre de 2025

Nélida L. Del Estal Sastre
Martes, 29 de Diciembre de 2020
CON LOS CINCO SENTIDOS

Cambio de tercio

[Img #47582] Este año absolutamente olvidable para casi todos, en lo malo, por supuesto, ha sido muy revelador en todos los campos de la vida. Digo que ha sido revelador porque confío en que hayamos aprendido de los errores y seamos personas más completas, más empáticas…Pero me da que en la naturaleza humana se encuentra un gen absurdo al que le da por fastidiar por deporte, por gusto, por estupidez y masoquismo,  todo logro y toda vez que se hace necesaria cierta introspección. 

    Pero como lo que piensen los demás no lo puedo cambiar aunque quisiera, ya ni lo pretendo, os voy a decir lo que ha supuesto para mí este 2020, ahora que está a punto de irse a la mierda de una vez. Ya era hora. Antes del primer Estado de Alarma, tuve la inmensa suerte de ver a la gran Lola Herrera en el Teatro Principal de Zamora, “Cinco horas con Mario” fue su representación; magnífica. Iba acompañada por una de mis mejores amigas ese 7 de marzo. Un 7 de marzo en el que ya sabíamos que algo pasaba y que si oías toser en el teatro, te apartabas…Poco más. Luego nos fuimos a cenar por ahí y todo con total normalidad. A los 7 días, el 14 de marzo, se decretó el primer Estado de Alarma y nos confinaron. Nunca había estado tanto tiempo sin salir con libertad, asustada, sin disfrutar de mis amigos y mi familia. Ha sido duro. Lo sigue siendo con este toque de queda a las 22.00 h. Y lo que te rondaré morena… 

   Pero una cosa me quedó meridianamente clara. La gente va a lo suyo, sin darse cuenta de que, desde febrero,  ir a lo suyo es ir a lo de todos. Tú no puedes hacer lo que quieras porque me puedes perjudicar a mí. Así de simple. Pero este país es cortoplacista. Véase este verano. Cuando vemos un atisbo de luz, salimos a agarrar esos rayos de sol en pelotas si es necesario. Nos importa una mierda si el que viene detrás, incluso siendo familiar, ha de ser cuidado y protegido. Somos imbéciles. En el resto de Europa no nos han ido a la zaga y yo que pensaba que eso de ser de esta particular manera era “muy español y mucho español”. Pues no, Alemania, Bélgica, Países Bajos, Gran Bretaña, Italia (prototipo de lo que había que hacer bien) han sufrido una segunda ola superior a la Española. Todos lo hemos hecho mal, pero como donde vivo es en  España, hablaré de este bendito país. 

   En España se lleva recortando en el presupuesto para Sanidad y Educación  e Investigación y Desarrollo desde hace muchos años. No estábamos preparados para lo que nos vino encima a partir de febrero. Era material y económicamente imposible que pudiéramos salir adelante con un mínimo de dignidad. Han muerto personas que no deberían haber dejado sus vidas en una camilla de hospital, de UCI, o de Planta. Han muerto pacientes de con otras patologías por miedo a acudir a Urgencias. Han muerto médicos, enfermeras y sanitarios por no poder atender en unas condiciones de asepsia total a enfermos virulentos que no paraban de llenar camas y más camas de hospital. Ver imágenes de médicos y enfermeras cubiertos con bolsas de basura o redecillas porosas me espanta. Esas imágenes no se olvidarán en mi puta vida. 

   El gobierno, desnortado, hacía lo que podía, con expertos o sin ellos. Inventados o reales.  La oposición, en lugar de arrimar el hombro, pareciese que quería que muriesen cientos y cientos para derrocar a este gobierno social comunista (ya sabéis, como alguien dijo “cuanto peor, mejor...”). Vergüenza extrema para la actuación de todos ellos. No se salva casi ninguno, digo casi, porque soy de natural benévola y alguno habrá al que se le haya muerto un padre, madre o familiar y vea las cosas de un modo humano, y no de animal carroñero, esperando a que el otro falle y se le mueran encima miles de compatriotas para volver al poder como un salvador, como el Mesías. Iros a tomar por culo. Pero iros de verdad. Parias repugnantes. 

   He aprendido que si no dotamos a la Sanidad de lo que necesita e invertimos en investigación lo que deberíamos, nos encontraremos en breve con otra pandemia, y  otra, y otra. Y siempre nos pillarán “en bragas”. Somos tan egocéntricos y anormales que no aprendemos así nos maten. 

   He aprendido, aunque ya lo sabía, que hay gente que elige trabajar salvando vidas y educando mentes y protegiéndonos a todos. Que hay personas que merecen la pena, pero no para un aplauso vacío y “molón” de cara a la galería, sino para admirar su trabajo y su entrega sobradamente demostrada en estos y en todos los tiempos, pero en estos de una forma especialmente visible. Pero los humanos somos como las hienas, ahora ya no damos importancia a su trabajo, el de estos hombres y mujeres que se han dejado y se están dejando la piel por ti y por mí. Sólo queremos pasar una buena navidad y nos la suda que los datos de evolución de la pandemia no sean los más adecuados para solazarnos en familia o en fiestas privadas. 

   He aprendido que hay que respetar a quien merece ser respetado y admirado y mirar mal al que me va a joder. Así de simple. Ya no hay trampa ni cartón. Miremos por nosotros y por los demás, apreciemos el trabajo de los que se juegan el pellejo por todos, incluso por los que lo hacen mal, ya que son éstos los primeros que caerán, aunque nos lleven a los demás por delante. Que no nos vuelva a pillar el toro sin estar en el burladero, protegidos y a resguardo. No seamos gilipollas, por favor. Que habrá más navidades, aunque también, más tontos que botellines. En fin. “Spain is different”. La vacuna es el mejor regalo de reyes, así que dejad de pedir tonterías, y vacunaos. Y el que no se quiera vacunar, que no salga de su casa para no joder al personal. Fin. 

Nélida L. Del Estal

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