DEMOGRAFÍA
Los culpables de nuestra despoblación
El problema de la despoblación corresponde resolverlo, en principio, al Estado. La jerarquía de exigencias encuentra al gobierno central en su cima; después, a la comunidad autónoma correspondiente, y, finalmente en la falda de la pirámide, a las diputaciones provinciales.
El PSOE ha gobernado España más que ningún otro partido: Felipe González durante cuatro legislaturas, casi 14 años; Zapatero, dos legislaturas, más de siete años, y ahora con Sánchez, después de la moción de censura contra Rajoy, tras vencer en las elecciones de 2019. Por tanto, fueron ejecutivos socialistas los que más administraron lo que queda de España: más de 22 años. El PP, 13 años, cuatro legislaturas, la última no concluida, merced a una moción de censura.
La lógica nos dice que el PSOE es el principal responsable de que exista una España vacía. Por lo que respecta a nuestra provincia, los socialistas lideran esa triste clasificación: sus sucesivos gobiernos, principales causantes de la decadencia de Zamora, reos de nuestra despoblación. Recuerdo: los ejecutivos felipistas descapitalizaron el Estado en nuestra tierra. Veamos. Cierres de líneas férreas, con los que un millar de operarios de Renfe se fueron de Zamora. Cierre de la Prisión Provincial, que se construyó después en la provincia salmantina. Traslado del Regimiento Toledo a Salamanca. Cierre de la Universidad Laboral. Y, por último, la silente, pero profunda, reconversión agropecuaria, que causó un enorme daño al sector primario provincial.
El PP también se olvidó de Zamora, aunque apenas quitó nada, porque ya no se podía hacer más daño a esta humilde provincia. Eso sí, fuimos la última en que se construyesen las autovías entre la capital y Tordesillas y la capital y Benavente, y todavía se espera a que se transforme en autovía la Zamora-frontera lusa.
Solo unos descarados, como los socialistas de Folgado en la Diputación puede acusar a Requejo y el actual equipo de gobierno de la Diputación de ser los causantes de la pérdida de casi 2.000 habitantes en Zamora en el año 2020, cuando su partido ha sido tan dañino para nuestra provincia desde que accedieron al poder, allá por el 1982, momento en el que se inició la decadencia hacia la nada de esta nuestra tierra. Estos socialistas de aquí nunca han hecho una profunda, ni epidérmica, reflexión sobre las razones del estado de la cuestión en Zamora. Jamás. Porque si pensasen más en los zamoranos, exigirían ahora a Sánchez que cumpliera con su palabra –¿la tiene?- y transformase Monte La Reina en una instalación militar, con lo que se paliaría, en cierta medida, la despoblación entre Zamora y Toro; que acelerase la construcción de la autovía hacia Portugal, amén de otras inversiones del Estado aquí, como reabrir el ferrocarril de la Ruta de la Plata, cuyos raíles nos arrancaron sus jefes de Madrid, cuando Felipe González.
Que la Diputación de Zamora fue, casi desde sus inicios, una institución de corrupciones varias, en la que el nepotismo fue norma generalizada, primera institución pública en la que se compró a un diputado -¿o fueron dos?-, caso Zamora, momento en el que el PP censuró a su presidente más honrado, lo corrobora. Pero los males de nuestra provincia habrá que colocarlos en el haber del PSOE, partido que debe a esta tierra inversiones extraordinarias.
Que la Junta de Castilla y León repartió la millonada de dinero de Europa cuando Zamora fue objetivo 1, dejando la flor y la nata en Valladolid y Burgos, por supuesto. Que el ejecutivo autonómico pasa de Zamora, sin duda. Ahora y siempre.
Ahora bien, como el líder Sánchez prefiere favorecer, circunstancias de la alta política, a las comunidades y provincias ricas, pongamos Cataluña, propio de los socialistas españoles, toda una paradoja ideológica, y olvidar a las provincias más humildes de España, como es nuestro caso, los socialistas zamoranos, silentes, sin decir ni mu, porque el que se mueve no sale en la fotografía, que dijese Alfonso Guerra en los albores de esta democracia de cartón-piedra.
Folgado y sus camaradas ven la paja en el ojo ajeno, pero no la viga en la historia de su partido en nuestra provincia, toda una viga maestra en la desinversión pública en Zamora. Será cosa de ir al oftalmólogo. PSOE no tiene nada que echarle en cara al PP. Monta tanto, quizá más aún los socialistas, tanto monta. Vamos apañados los zamoranos con tanta vulgaridad política, con tan hipocresía ideológica. Vale.
Postdata: las islas Canarias padecieron un grave problema de despoblación en los años 40. Políticas del régimen franquista, sí, en efecto, una dictadura, solucionaron el problema.
Eugenio-Jesús de Ávila
El problema de la despoblación corresponde resolverlo, en principio, al Estado. La jerarquía de exigencias encuentra al gobierno central en su cima; después, a la comunidad autónoma correspondiente, y, finalmente en la falda de la pirámide, a las diputaciones provinciales.
El PSOE ha gobernado España más que ningún otro partido: Felipe González durante cuatro legislaturas, casi 14 años; Zapatero, dos legislaturas, más de siete años, y ahora con Sánchez, después de la moción de censura contra Rajoy, tras vencer en las elecciones de 2019. Por tanto, fueron ejecutivos socialistas los que más administraron lo que queda de España: más de 22 años. El PP, 13 años, cuatro legislaturas, la última no concluida, merced a una moción de censura.
La lógica nos dice que el PSOE es el principal responsable de que exista una España vacía. Por lo que respecta a nuestra provincia, los socialistas lideran esa triste clasificación: sus sucesivos gobiernos, principales causantes de la decadencia de Zamora, reos de nuestra despoblación. Recuerdo: los ejecutivos felipistas descapitalizaron el Estado en nuestra tierra. Veamos. Cierres de líneas férreas, con los que un millar de operarios de Renfe se fueron de Zamora. Cierre de la Prisión Provincial, que se construyó después en la provincia salmantina. Traslado del Regimiento Toledo a Salamanca. Cierre de la Universidad Laboral. Y, por último, la silente, pero profunda, reconversión agropecuaria, que causó un enorme daño al sector primario provincial.
El PP también se olvidó de Zamora, aunque apenas quitó nada, porque ya no se podía hacer más daño a esta humilde provincia. Eso sí, fuimos la última en que se construyesen las autovías entre la capital y Tordesillas y la capital y Benavente, y todavía se espera a que se transforme en autovía la Zamora-frontera lusa.
Solo unos descarados, como los socialistas de Folgado en la Diputación puede acusar a Requejo y el actual equipo de gobierno de la Diputación de ser los causantes de la pérdida de casi 2.000 habitantes en Zamora en el año 2020, cuando su partido ha sido tan dañino para nuestra provincia desde que accedieron al poder, allá por el 1982, momento en el que se inició la decadencia hacia la nada de esta nuestra tierra. Estos socialistas de aquí nunca han hecho una profunda, ni epidérmica, reflexión sobre las razones del estado de la cuestión en Zamora. Jamás. Porque si pensasen más en los zamoranos, exigirían ahora a Sánchez que cumpliera con su palabra –¿la tiene?- y transformase Monte La Reina en una instalación militar, con lo que se paliaría, en cierta medida, la despoblación entre Zamora y Toro; que acelerase la construcción de la autovía hacia Portugal, amén de otras inversiones del Estado aquí, como reabrir el ferrocarril de la Ruta de la Plata, cuyos raíles nos arrancaron sus jefes de Madrid, cuando Felipe González.
Que la Diputación de Zamora fue, casi desde sus inicios, una institución de corrupciones varias, en la que el nepotismo fue norma generalizada, primera institución pública en la que se compró a un diputado -¿o fueron dos?-, caso Zamora, momento en el que el PP censuró a su presidente más honrado, lo corrobora. Pero los males de nuestra provincia habrá que colocarlos en el haber del PSOE, partido que debe a esta tierra inversiones extraordinarias.
Que la Junta de Castilla y León repartió la millonada de dinero de Europa cuando Zamora fue objetivo 1, dejando la flor y la nata en Valladolid y Burgos, por supuesto. Que el ejecutivo autonómico pasa de Zamora, sin duda. Ahora y siempre.
Ahora bien, como el líder Sánchez prefiere favorecer, circunstancias de la alta política, a las comunidades y provincias ricas, pongamos Cataluña, propio de los socialistas españoles, toda una paradoja ideológica, y olvidar a las provincias más humildes de España, como es nuestro caso, los socialistas zamoranos, silentes, sin decir ni mu, porque el que se mueve no sale en la fotografía, que dijese Alfonso Guerra en los albores de esta democracia de cartón-piedra.
Folgado y sus camaradas ven la paja en el ojo ajeno, pero no la viga en la historia de su partido en nuestra provincia, toda una viga maestra en la desinversión pública en Zamora. Será cosa de ir al oftalmólogo. PSOE no tiene nada que echarle en cara al PP. Monta tanto, quizá más aún los socialistas, tanto monta. Vamos apañados los zamoranos con tanta vulgaridad política, con tan hipocresía ideológica. Vale.
Postdata: las islas Canarias padecieron un grave problema de despoblación en los años 40. Políticas del régimen franquista, sí, en efecto, una dictadura, solucionaron el problema.
Eugenio-Jesús de Ávila
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