CON LOS CINCO SENTIDOS
Un hermano
Un hermano con el que compartes algo más que la sangre es una bendición, si es que las bendiciones existen o alguien las otorga a su antojo, porque eso de la arbitrariedad en dar a cada uno lo que ALGUIEN cree que merece me asquea, porque se equivoca mucho, por muy arriba que esté, la caga, pero a base de bien. Mi hermano me mira y sabe cómo estoy, me pregunta y yo le contesto con amor porque le quiero y porque me quiere, aunque la respuesta que le voy a ofrecer no sea de su agrado. Me conoce.
Me tocó la gran suerte de tenerlo en mi vida, siempre solícito cuando me hace falta, cuando me hundo en un mar de dudas o en las miserias que me ha tocado coger con mis propias manos y arrancar de mi cuerpo y de mi sangre a cañonazos si era necesario.
En tu camino y en el de todos se pondrán personas que desfilarán una tras otra, día tras día, año tras año. Alguna de ellas se quedará para siempre en tu cabeza y se te meterá en las entrañas, pero el resto volará o se disipará porque no valen nada de tu tiempo, ni un sólo minuto, quizá más bien, porque te quitan parte de tu vida. No lo permitas, la vida es demasiado corta, única e importante como para malgastarla con cualquiera que te dañe, aunque sólo sea un poquito.
Un hermano con el que compartes algo más que la sangre es una bendición, es familia, es amigo, es el todo, es un apéndice de tu cuerpo que duele si lo extirpan, duele mucho. Yo no quiero que me falte ninguna parte porque las necesito todas ahora y las necesito cercanas a mí. Por eso te quiero y por eso te necesito.
Nélida L. del Estal Sastre
Un hermano con el que compartes algo más que la sangre es una bendición, si es que las bendiciones existen o alguien las otorga a su antojo, porque eso de la arbitrariedad en dar a cada uno lo que ALGUIEN cree que merece me asquea, porque se equivoca mucho, por muy arriba que esté, la caga, pero a base de bien. Mi hermano me mira y sabe cómo estoy, me pregunta y yo le contesto con amor porque le quiero y porque me quiere, aunque la respuesta que le voy a ofrecer no sea de su agrado. Me conoce.
Me tocó la gran suerte de tenerlo en mi vida, siempre solícito cuando me hace falta, cuando me hundo en un mar de dudas o en las miserias que me ha tocado coger con mis propias manos y arrancar de mi cuerpo y de mi sangre a cañonazos si era necesario.
En tu camino y en el de todos se pondrán personas que desfilarán una tras otra, día tras día, año tras año. Alguna de ellas se quedará para siempre en tu cabeza y se te meterá en las entrañas, pero el resto volará o se disipará porque no valen nada de tu tiempo, ni un sólo minuto, quizá más bien, porque te quitan parte de tu vida. No lo permitas, la vida es demasiado corta, única e importante como para malgastarla con cualquiera que te dañe, aunque sólo sea un poquito.
Un hermano con el que compartes algo más que la sangre es una bendición, es familia, es amigo, es el todo, es un apéndice de tu cuerpo que duele si lo extirpan, duele mucho. Yo no quiero que me falte ninguna parte porque las necesito todas ahora y las necesito cercanas a mí. Por eso te quiero y por eso te necesito.
Nélida L. del Estal Sastre
Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.17