ARTE
Diecisiete obras de Pérez Calvo componen la nueva exposición del Museo Diocesano
Monseñor Fernando Valera, obispo de Zamora, que asistió a la inauguración, confiesa que la obra de Hipólito transmite "serenidad, belleza y paz"
“Serenidad, sencillez y paz”. Esas tres sensaciones le transmite a monseñor Fernando Valera, obispo de Zamora, la exposición “Obra religiosa de Hipólito Pérez Calvo”, que se inauguró hoy, 7 de enero de 2021, en el Museo Diocesano de Zamora, ubicado en la iglesia de Santo Tomé, en el barrio de La Horta, compuesta por 17 magníficas esculturas. El prelado añadió, para cerrar su breve intervención, que “la belleza es un atributo de Dios”.
Con anterioridad, José Ángel Rivera de las Heras, director del espacio museístico, habló de la vida y obra del artista zamorana, nacido en 1936 en Bercianos de Vidriales, fallecido en 2009, en nuestra ciudad.
“Hipólito Pérez Calvo mostró su inclinación por el arte muy tempranamente, pues ya en su infancia realizaba dibujos y modelaba figuras de barro. El maestro y el cura de su pueblo natal, conocedores de sus aptitudes, promovieron su formación artística, logrando que en 1951, con quince años, se trasladase a la capital zamorana, donde ingresó en la Escuela de Artes y Oficios, en la que se decantó por la madera y la talla decorativa. Un año después pasó a la Escuela de Artes y Oficios de Madrid, donde compaginó el horario lectivo con las lecciones particulares de Tomás García y de Justiniano Casas, sus primeros maestros. Y en 1954 entró en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando, en la que recibió el magisterio y la influencia de los escultores Enrique Aniano Pérez Comendador, Juan Cristóbal González Quesada, Luis Marco Pérez y Juan Adsuara Ramos. Durante estos años fue becado por la Organización Sindical de Artesanía de Zamora y la Diputación Provincial de Zamora. Tras obtener el título de Profesor de Dibujo, entre 1960 y 1963 trabajó como profesor ayudante en dos institutos madrileños y se dedicó a la realización de diversos encargos”.
Añadió el director del Museo que, de vuelta a Zamora, “alternó la docencia como profesor de dibujo en el Instituto “María de Molina” y de expresión plástica en la Escuela Universitaria del Profesorado de E.G.B. con el trabajo en su estudio-taller. Asimismo, ejerció como director del Museo Provincial de Bellas Artes entre 1974 y 1978”.
Posteriormente, “pasó a la ciudad de Salamanca, donde formó parte de la plantilla con que se inició la andadura de la Facultad de Bellas Artes como profesor de escultura, fue director del Departamento de Historia del Arte-Bellas Artes, y obtuvo el doctorado en 1991”.
Entre los méritos del artista zamorano, comentó Rivera de las Heras durante la presentación de esta excelente muestra que, “a lo largo de su trayectoria profesional fue distinguido con diversos reconocimientos, premios y galardones, tanto nacionales como internacionales, participó en exposiciones individuales y colectivas en distintos puntos de España y del extranjero, y realizó numerosas obras para organismos públicos, instituciones y colecciones particulares”.
Considera el director del Museo que, aunque realizó pequeñas incursiones en el campo de la abstracción, “su obra es fundamentalmente figurativa. Su estilo se caracteriza por la sencillez, la suavidad, la serenidad y la delicadeza de las composiciones, el pleno dominio de las volumetrías y su capacidad para la simplificación formal. El equilibrio, la armonía y el ritmo de las figuras son aspectos que la vinculan con el arte clásico, pero la esquematización le proporciona una fuerza de modernidad sorprendente. De este modo, la noble herencia del pasado se ve superada y actualizada por la innovación personalísima del autor”.
Realizó bustos, retratos, desnudos femeninos, maternidades, etc. Sus dos obras más emblemáticas son Vaquero de tierras vidrialesas, con la que obtuvo el Premio Nacional de Escultura en 1958, y El coloso de Castilla, premiado en un concurso público nacional en 1974. También cultivó la escultura urbana, de la que hay extraordinarios ejemplos en Zamora, Salamanca, La Bañeza, Tordesillas y Tábara.
Rivera de las Heras destacó de su obra religiosa las imágenes y los pasos procesionales que tallo para las semanas santas de León, La Bañeza, Salamanca, Toro y Zamora. En la ciudad de Doña Elvira, la Virgen de la Soledad (1958) y Cristo cargando con la Cruz (1983), de la cofradía de Jesus y Ánimas de Campanilla. Y en Zamora, “Las tres Marías y San Juan (1971), de la cofradía del Jesús Nazareno; Jesús de Luz y Vida (1989), de la Hermandad Penitencia del mismo nombre, y un Cristo Crucificado (2004) de las Siete Palabras. También realizó dos meses procesionales en la capital de la provincia: la de la cofradía de Jesús del Vía Crucis (1966), con ocho tableros en relieve, representando escenas de la vida de Cristo y la de la Real Cofradía de Nuestra Madre de las Angustias (1968), con cuatro grupos y otros tantos relieves policromados. “Ambas obras expresan magníficamente los postulados estéticos del escultor y dan sobrada cuenta de su talento artístico”, en palabras del director del Museo Diocesano.
Se añaden a las obras antes mencionadas, también en la Diócesis zamorana, el Cristo de la Paz (1977), crucificado perteneciente al monasterio de Bernardas, de Benavente; la Virgen del Niño (1978), de la capilla del instituto “María de Molina”, y un Cristo Crucificado (1998), conservado en la iglesia parroquial de Valdescorriel.
Obras expuestas
OBRAS EXPUESTAS
1. Santa Lucía. Año 1950. Madera policromada. 39x17 cm. Iglesia de Bercianos de Vidriales.
2. Cabeza de Cristo. Año 1957. Madera. 29x29x22 cm. Colección particular.
3. Boceto de la cabeza de la imagen de la Virgen de la Soledad, de la Cofradía de Jesús y Ánimas de Campanilla de Toro. Año 1958. Escayola patinada. 38x21,5x27 cm. Colección particular.
4. Nacimiento y adoración de los pastores. Año 1966. Madera. 64x99x10 cm. Cofradía de Jesús del Vía Crucis de Zamora.
5. Niño Jesús entre los doctores. Año 1966. Madera. 64,5x98,5x10 cm. Cofradía de Jesús del Vía Crucis de Zamora.
6. Entrada triunfal en Jerusalén. Año 1966. Madera. 64,5x98x8 cm. Cofradía de Jesús del Vía Crucis de Zamora.
7. Resurrección. Año 1966. Madera. 63,5x99x6 cm. Cofradía de Jesús del Vía Crucis de Zamora.
8. Jesús cargando con la cruz. Año 1968. Madera patinada. 60x57x56 cm. Real Cofradía de Nuestra Madre de las Angustias de Zamora.
9. Jesús caído bajo el peso de la cruz. Año 1968. Madera patinada. 60x57x56 cm. Real Cofradía de Nuestra Madre de las Angustias de Zamora.
10. Encuentro de Jesús con su Madre. Año 1968. Madera patinada. 60x57x56 cm. Real Cofradía de Nuestra Madre de las Angustias de Zamora.
11. Encuentro de Jesús con la Verónica. Año 1968. Madera patinada. 60x57x56 cm. Real Cofradía de Nuestra Madre de las Angustias de Zamora.
12. Boceto de San Juan de Dios. Año 1970. Barro patinado. 30,5x11x12 cm. Colección particular.
13. Maqueta del paso de Las tres Marías y San Juan, de la Cofradía de Jesús Nazareno de Zamora. Año 1971. 47x27x50 cm. Colección particular.
14. Virgen con Niño/Maternidad. Año 1974. Madera. 50x21x31 cm. Colección particular.
15. Boceto de la cabeza de Cristo del paso de La última Cena. Año 1988. Escayola patinada. 43x29x28 cm. Colección particular.
16. Maqueta del paso de La Tercera Palabra (Virgen y San Juan), de la Cofradía de las Siete Palabras de León. Año 1994. Barro. 33,5x29x21 cm. Colección particular.
17. Cristo crucificado. Año 2004. Madera. 80x65 cm. Hermandad Penitencial de las Siete Palabras de Zamora.
La exposición podrá visitarse de lunes a sábado: 10.00 a 14.00 y de 17.00 a 20.00 horas.
Domingos y festivos: de 10.00 a 14.00 horas.
“Serenidad, sencillez y paz”. Esas tres sensaciones le transmite a monseñor Fernando Valera, obispo de Zamora, la exposición “Obra religiosa de Hipólito Pérez Calvo”, que se inauguró hoy, 7 de enero de 2021, en el Museo Diocesano de Zamora, ubicado en la iglesia de Santo Tomé, en el barrio de La Horta, compuesta por 17 magníficas esculturas. El prelado añadió, para cerrar su breve intervención, que “la belleza es un atributo de Dios”.
Con anterioridad, José Ángel Rivera de las Heras, director del espacio museístico, habló de la vida y obra del artista zamorana, nacido en 1936 en Bercianos de Vidriales, fallecido en 2009, en nuestra ciudad.
“Hipólito Pérez Calvo mostró su inclinación por el arte muy tempranamente, pues ya en su infancia realizaba dibujos y modelaba figuras de barro. El maestro y el cura de su pueblo natal, conocedores de sus aptitudes, promovieron su formación artística, logrando que en 1951, con quince años, se trasladase a la capital zamorana, donde ingresó en la Escuela de Artes y Oficios, en la que se decantó por la madera y la talla decorativa. Un año después pasó a la Escuela de Artes y Oficios de Madrid, donde compaginó el horario lectivo con las lecciones particulares de Tomás García y de Justiniano Casas, sus primeros maestros. Y en 1954 entró en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando, en la que recibió el magisterio y la influencia de los escultores Enrique Aniano Pérez Comendador, Juan Cristóbal González Quesada, Luis Marco Pérez y Juan Adsuara Ramos. Durante estos años fue becado por la Organización Sindical de Artesanía de Zamora y la Diputación Provincial de Zamora. Tras obtener el título de Profesor de Dibujo, entre 1960 y 1963 trabajó como profesor ayudante en dos institutos madrileños y se dedicó a la realización de diversos encargos”.
Añadió el director del Museo que, de vuelta a Zamora, “alternó la docencia como profesor de dibujo en el Instituto “María de Molina” y de expresión plástica en la Escuela Universitaria del Profesorado de E.G.B. con el trabajo en su estudio-taller. Asimismo, ejerció como director del Museo Provincial de Bellas Artes entre 1974 y 1978”.
Posteriormente, “pasó a la ciudad de Salamanca, donde formó parte de la plantilla con que se inició la andadura de la Facultad de Bellas Artes como profesor de escultura, fue director del Departamento de Historia del Arte-Bellas Artes, y obtuvo el doctorado en 1991”.
Entre los méritos del artista zamorano, comentó Rivera de las Heras durante la presentación de esta excelente muestra que, “a lo largo de su trayectoria profesional fue distinguido con diversos reconocimientos, premios y galardones, tanto nacionales como internacionales, participó en exposiciones individuales y colectivas en distintos puntos de España y del extranjero, y realizó numerosas obras para organismos públicos, instituciones y colecciones particulares”.
Considera el director del Museo que, aunque realizó pequeñas incursiones en el campo de la abstracción, “su obra es fundamentalmente figurativa. Su estilo se caracteriza por la sencillez, la suavidad, la serenidad y la delicadeza de las composiciones, el pleno dominio de las volumetrías y su capacidad para la simplificación formal. El equilibrio, la armonía y el ritmo de las figuras son aspectos que la vinculan con el arte clásico, pero la esquematización le proporciona una fuerza de modernidad sorprendente. De este modo, la noble herencia del pasado se ve superada y actualizada por la innovación personalísima del autor”.
Realizó bustos, retratos, desnudos femeninos, maternidades, etc. Sus dos obras más emblemáticas son Vaquero de tierras vidrialesas, con la que obtuvo el Premio Nacional de Escultura en 1958, y El coloso de Castilla, premiado en un concurso público nacional en 1974. También cultivó la escultura urbana, de la que hay extraordinarios ejemplos en Zamora, Salamanca, La Bañeza, Tordesillas y Tábara.
Rivera de las Heras destacó de su obra religiosa las imágenes y los pasos procesionales que tallo para las semanas santas de León, La Bañeza, Salamanca, Toro y Zamora. En la ciudad de Doña Elvira, la Virgen de la Soledad (1958) y Cristo cargando con la Cruz (1983), de la cofradía de Jesus y Ánimas de Campanilla. Y en Zamora, “Las tres Marías y San Juan (1971), de la cofradía del Jesús Nazareno; Jesús de Luz y Vida (1989), de la Hermandad Penitencia del mismo nombre, y un Cristo Crucificado (2004) de las Siete Palabras. También realizó dos meses procesionales en la capital de la provincia: la de la cofradía de Jesús del Vía Crucis (1966), con ocho tableros en relieve, representando escenas de la vida de Cristo y la de la Real Cofradía de Nuestra Madre de las Angustias (1968), con cuatro grupos y otros tantos relieves policromados. “Ambas obras expresan magníficamente los postulados estéticos del escultor y dan sobrada cuenta de su talento artístico”, en palabras del director del Museo Diocesano.
Se añaden a las obras antes mencionadas, también en la Diócesis zamorana, el Cristo de la Paz (1977), crucificado perteneciente al monasterio de Bernardas, de Benavente; la Virgen del Niño (1978), de la capilla del instituto “María de Molina”, y un Cristo Crucificado (1998), conservado en la iglesia parroquial de Valdescorriel.
Obras expuestas
OBRAS EXPUESTAS
1. Santa Lucía. Año 1950. Madera policromada. 39x17 cm. Iglesia de Bercianos de Vidriales.
2. Cabeza de Cristo. Año 1957. Madera. 29x29x22 cm. Colección particular.
3. Boceto de la cabeza de la imagen de la Virgen de la Soledad, de la Cofradía de Jesús y Ánimas de Campanilla de Toro. Año 1958. Escayola patinada. 38x21,5x27 cm. Colección particular.
4. Nacimiento y adoración de los pastores. Año 1966. Madera. 64x99x10 cm. Cofradía de Jesús del Vía Crucis de Zamora.
5. Niño Jesús entre los doctores. Año 1966. Madera. 64,5x98,5x10 cm. Cofradía de Jesús del Vía Crucis de Zamora.
6. Entrada triunfal en Jerusalén. Año 1966. Madera. 64,5x98x8 cm. Cofradía de Jesús del Vía Crucis de Zamora.
7. Resurrección. Año 1966. Madera. 63,5x99x6 cm. Cofradía de Jesús del Vía Crucis de Zamora.
8. Jesús cargando con la cruz. Año 1968. Madera patinada. 60x57x56 cm. Real Cofradía de Nuestra Madre de las Angustias de Zamora.
9. Jesús caído bajo el peso de la cruz. Año 1968. Madera patinada. 60x57x56 cm. Real Cofradía de Nuestra Madre de las Angustias de Zamora.
10. Encuentro de Jesús con su Madre. Año 1968. Madera patinada. 60x57x56 cm. Real Cofradía de Nuestra Madre de las Angustias de Zamora.
11. Encuentro de Jesús con la Verónica. Año 1968. Madera patinada. 60x57x56 cm. Real Cofradía de Nuestra Madre de las Angustias de Zamora.
12. Boceto de San Juan de Dios. Año 1970. Barro patinado. 30,5x11x12 cm. Colección particular.
13. Maqueta del paso de Las tres Marías y San Juan, de la Cofradía de Jesús Nazareno de Zamora. Año 1971. 47x27x50 cm. Colección particular.
14. Virgen con Niño/Maternidad. Año 1974. Madera. 50x21x31 cm. Colección particular.
15. Boceto de la cabeza de Cristo del paso de La última Cena. Año 1988. Escayola patinada. 43x29x28 cm. Colección particular.
16. Maqueta del paso de La Tercera Palabra (Virgen y San Juan), de la Cofradía de las Siete Palabras de León. Año 1994. Barro. 33,5x29x21 cm. Colección particular.
17. Cristo crucificado. Año 2004. Madera. 80x65 cm. Hermandad Penitencial de las Siete Palabras de Zamora.
La exposición podrá visitarse de lunes a sábado: 10.00 a 14.00 y de 17.00 a 20.00 horas.
Domingos y festivos: de 10.00 a 14.00 horas.




















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