HABLEMOS
Gobernanza filomena, gobierno de chiste
Carlos Domínguez
La verdad es que lo ponen fácil. Al hilo de la payasada “metereológica” (sic) de bautizar borrascas, isobaras, ciclogénesis, danas y demás majaderías, ello muy en la línea de la reciente moda de dar el tiempo a manotazos o a golpe reculón, es imposible pasar por alto la analogía. Filomena, a lo que parece, es algo así como una feminista desatada y furibunda, venida de las tierras de la Greta empoderatada e irascible, que de la noche a la mañana ha puesto el país patas arriba. Ni más ni menos como el gobierno con su imprevisión, negligencia e incompetencia pavorosa. En lo político, mas también en lo “metereológico”, logrando la tormenta perfecta de ineptitud y demagogia, en eso de una gobernanza ciertamente filomena. Por la dosis de caos y catástrofe que la acompaña, añadida a la plaga de los incontados e incontables fallecidos, yendo por lo bajo ochenta mil, y en cálculo realista probablemente por encima de los cien mil. Estadísticas sin duda filomenas, muy propias de la inane y bochornosa publicidad a que el progresismo socialcomunista ha reducido lo que antaño, desde criterios serios y responsables, se juzgaba tarea de gobierno y servicio público.
La gobernanza a la filomena no es otra cosa que autobombo descarado, cuyo grado de zafiedad la haría únicamente digna del chiste, si no fuera porque el sanchismo lleva esta nación a una quiebra irreversible. La cogobernanza Sánchez/Iglesias degenera rápidamente en un mal chiste, con un par de estadistas de la talla de personajes de lo mismo, sin que sepamos aún quién se halla al mando de tan delirante sostenibilidad y modernización. No es que interese demasiado visto lo visto, pero tampoco estaría de más siquiera a efectos de hemeroteca.
No se trata ya de aquello tan italiano del “piove, porco governo”, Se trata de que los de la cogobernanza expliquen, el uno, qué pasa ahora con los atascos, las quitanieves, la improvisación y la gestión desastrosa ante la nevada que se anunciaba del siglo; el otro, que aclare el hecho de que, siendo el mayor, el encomiable propósito del podemismo de solidaridad y mucha cogobernanza aquello tan sobado de “to pal pueblo y los pobres”, el precio de la electricidad haya alcanzado con ellos en el poder sus máximos históricos. ¿O es que, después de tanto predicar en el pasado, pretendéis dejar lo vuestro en un mal chiste?
La verdad es que lo ponen fácil. Al hilo de la payasada “metereológica” (sic) de bautizar borrascas, isobaras, ciclogénesis, danas y demás majaderías, ello muy en la línea de la reciente moda de dar el tiempo a manotazos o a golpe reculón, es imposible pasar por alto la analogía. Filomena, a lo que parece, es algo así como una feminista desatada y furibunda, venida de las tierras de la Greta empoderatada e irascible, que de la noche a la mañana ha puesto el país patas arriba. Ni más ni menos como el gobierno con su imprevisión, negligencia e incompetencia pavorosa. En lo político, mas también en lo “metereológico”, logrando la tormenta perfecta de ineptitud y demagogia, en eso de una gobernanza ciertamente filomena. Por la dosis de caos y catástrofe que la acompaña, añadida a la plaga de los incontados e incontables fallecidos, yendo por lo bajo ochenta mil, y en cálculo realista probablemente por encima de los cien mil. Estadísticas sin duda filomenas, muy propias de la inane y bochornosa publicidad a que el progresismo socialcomunista ha reducido lo que antaño, desde criterios serios y responsables, se juzgaba tarea de gobierno y servicio público.
La gobernanza a la filomena no es otra cosa que autobombo descarado, cuyo grado de zafiedad la haría únicamente digna del chiste, si no fuera porque el sanchismo lleva esta nación a una quiebra irreversible. La cogobernanza Sánchez/Iglesias degenera rápidamente en un mal chiste, con un par de estadistas de la talla de personajes de lo mismo, sin que sepamos aún quién se halla al mando de tan delirante sostenibilidad y modernización. No es que interese demasiado visto lo visto, pero tampoco estaría de más siquiera a efectos de hemeroteca.
No se trata ya de aquello tan italiano del “piove, porco governo”, Se trata de que los de la cogobernanza expliquen, el uno, qué pasa ahora con los atascos, las quitanieves, la improvisación y la gestión desastrosa ante la nevada que se anunciaba del siglo; el otro, que aclare el hecho de que, siendo el mayor, el encomiable propósito del podemismo de solidaridad y mucha cogobernanza aquello tan sobado de “to pal pueblo y los pobres”, el precio de la electricidad haya alcanzado con ellos en el poder sus máximos históricos. ¿O es que, después de tanto predicar en el pasado, pretendéis dejar lo vuestro en un mal chiste?






















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