CON LOS CINCO SENTIDOS
Las malas personas
Nélida del Estal
Las malas personas no deberían jamás tener acceso a nada que suponga mandar sobre otros o tener la posibilidad de joderles la vida. Las malas personas, los malos periodistas que dan coba y lamen culos, los malos empresarios que tratan a sus empleados como a números a su servicio, la gente con muchos dobleces y turbiedad en los ojos, no deberían contar con el poder para doblegar voluntades, ridiculizar el ingenio y borrar a las personas de bien.
Pero toda vez que sucumbes en una sola ocasión a sus “encantos” ya no serás jamás la misma persona y te lo recordarán siempre, en cada oportunidad que tengan para ponerlo en la palestra, venga o no a cuento, por mucho que haya sido una única vez tu caída a los infiernos y el resto de tu vida hayas sido de una rectitud encomiable y digna de admiración.
Por eso es mejor no juntarse con la mala gente, en cualquier disciplina de la vida. Aunque ganes sólo para comer o dar de comer y vestir a los tuyos. Es preferible eso y decir lo que piensas a mentir y abrevar del sumidero asqueroso de los que lucen con fuegos que son fatuos, como los que expelen los cuerpos de los muertos. Nada provechoso y enderezado podrás extraer de una mente retorcida. Hará lo posible por entrar en tus secretos, conocer de tus inquietudes, pero con la única misión de tenerte cogido por los huevos en cuanto le haga falta. No te auto engañes. A esa gente no le importas, pero si pueden extraer de ti un atisbo de ese lado oscuro que todos tenemos, lo sacarán para que todo el mundo lo vea, te chantajearán con ello y serás preso en una cárcel sin barrotes. Respira, mira hacia el cielo, abre los brazos y obsequia a esos cabrones con un buen corte de mangas.
Las malas personas no deberían jamás tener acceso a nada que suponga mandar sobre otros o tener la posibilidad de joderles la vida. Las malas personas, los malos periodistas que dan coba y lamen culos, los malos empresarios que tratan a sus empleados como a números a su servicio, la gente con muchos dobleces y turbiedad en los ojos, no deberían contar con el poder para doblegar voluntades, ridiculizar el ingenio y borrar a las personas de bien.
Pero toda vez que sucumbes en una sola ocasión a sus “encantos” ya no serás jamás la misma persona y te lo recordarán siempre, en cada oportunidad que tengan para ponerlo en la palestra, venga o no a cuento, por mucho que haya sido una única vez tu caída a los infiernos y el resto de tu vida hayas sido de una rectitud encomiable y digna de admiración.
Por eso es mejor no juntarse con la mala gente, en cualquier disciplina de la vida. Aunque ganes sólo para comer o dar de comer y vestir a los tuyos. Es preferible eso y decir lo que piensas a mentir y abrevar del sumidero asqueroso de los que lucen con fuegos que son fatuos, como los que expelen los cuerpos de los muertos. Nada provechoso y enderezado podrás extraer de una mente retorcida. Hará lo posible por entrar en tus secretos, conocer de tus inquietudes, pero con la única misión de tenerte cogido por los huevos en cuanto le haga falta. No te auto engañes. A esa gente no le importas, pero si pueden extraer de ti un atisbo de ese lado oscuro que todos tenemos, lo sacarán para que todo el mundo lo vea, te chantajearán con ello y serás preso en una cárcel sin barrotes. Respira, mira hacia el cielo, abre los brazos y obsequia a esos cabrones con un buen corte de mangas.






























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