Viernes, 28 de Noviembre de 2025

Damaris Puñales-Alpízar 1
Viernes, 12 de Febrero de 2021
DESDE LOS ESTADOS UNIDOS

El juicio político en contra de Trump: no va a pasar nada

[Img #49572]La relativa calma a la que nos íbamos acostumbrando después de que Joe Biden y Kamala Harris asumieran la presidencia y vicepresidencia de los Estados Unidos, respectivamente, el pasado 20 de enero –calma en gran parte debida al silencio impuesto al expresidente Donald Trump, expulsado de las plataformas mediáticas– se ha roto. Por varios días se tuvo la sensación de que la esperanza era posible, de que el necesario y urgente cambio que tanto se anhelaba, estaba llegando. Pero la insistencia de los demócratas en someter a un juicio político al expresidente republicano Donald Trump está demostrando ser una piedra en el camino de la (imposible) reconciliación nacional.

 

Estemos claros: durante su mandato Trump cometió suficientes abusos, incluso incitó a la insurrección y a un golpe de estado. Estos son hechos concretos, demostrables, por los cuales debería ser enjuiciado, sobre todo para sentar un precedente de lo que constituye una conducta impropia por parte de un mandatario estadounidense. Otro resultado importante del (casi imposible) enjuiciamiento en contra de Trump sería vetarlo para que aspirara a convertirse en el candidato republicano para las elecciones del 2024.

 

Pero para que el juicio en su contra proceda se necesitaría que al menos 17 senadores republicanos votasen a favor de su enjuiciamiento. Lo más probable es que esto no pase. Trump, pese a todo, cuenta todavía con un capital político del que esperan beneficiarse muchos de sus más fieles seguidores. Una posición confrontacional y de desafío contra el expresidente puede significar el fin de la carrera política para cualquier republicano con aspiraciones de continuar en la vida pública de este país.

 

Ni siquiera los videos, tan gráficos y descriptivos, de lo que pasó en el Capitolio de los Estados Unidos el pasado 6 de enero, ni las denuncias públicas hechas por demócratas como Alexandria Ocasio-Cortez hablando del inminente peligro de muerte que corrieron ese día, son suficientes para convencer a algunos legisladores republicanos de votar en contra de Trump. No se trata, a estas alturas, de si creen o no en estos hechos. Se trata, sí, de una cuestión de supervivencia política.

 

El argumento en que se están refugiando los senadores republicanos es que la Cámara de Representantes no logró probar que las palabras de Trump incitando a la violencia hayan sido las causantes de tal violencia.

 

Hasta ahora, pareciera ser que los demócratas solo cuentan con el respaldo de unos cinco o seis republicanos, cuando mucho. Con esta cantidad de votos el juicio político en contra del exmandatario no procedería.

 

El pasado 9 de febrero la Cámara de Senadores le dio entrada al caso en contra del expresidente. Los senadores decidieron, por mayoría – con una votación de 56 a 44–, que el juicio tenía un sustento legal y constitucional y que por lo tanto debía seguir adelante. Los 44 senadores republicanos que votaron en contra opinaron que el juicio es inconstitucional porque Trump ya no es presidente. El equipo de abogados de Trump también opinó que el proceso es inconstitucional y que, además, no hay pruebas de que Trump haya incitado a la violencia ni que sus palabras hayan desencadenado los hechos del pasado 6 de enero cuando hordas seguidoras del presidente tomaron el Capitolio, rompieron puertas y ventajas y amenazaron a los senadores. Según sus abogados, las palabras del expresidente están protegidas por la Primera Enmienda de la Constitución que se refiere a la libertad de expresión, de religión y de prensa.

 

Los abogados de Trump tienen ahora dos días para argumentar su caso en contra de una posible convicción. Después de eso, los senadores tendrán tiempo para hacer preguntas a los equipos legales, y luego se decidirá si hay que citar o no a testigos. Después cada parte presentará sus conclusiones y el siguiente paso será el voto para aprobar o no el juicio político.

 

Hay que recordar que este es el segundo juicio político que se desarrolla en contra de Donald Trump. El primero fue aprobado por la Cámara de Representantes a fines del 2019, pero fue desaprobado por los senadores en febrero de 2020.

 

Mientras el tercer día de este segundo juicio político transcurría en Washington, en el Capitolio, Trump jugaba golf, despreocupado, en la Florida. Con bastante seguridad, los senadores demócratas no serán capaces de obtener todos los votos que necesitan para enjuiciar al expresidente, y por lo tanto, tampoco podrán evitar que se postule para las siguientes elecciones presidenciales. Tampoco la opinión pública cambiará mucho: sus seguidores seguirán siendo fieles, en su mayoría, por lo que su capital político no se verá demasiado afectado. Con estos antecedentes, lo más probable es que dentro de cuatro años Trump regrese a la Casa Blanca. El destino, sin embargo, no está nunca escrito.

Damaris Puñales-Alpízar

 

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  • Gonzalo Julián

    Gonzalo Julián | Viernes, 12 de Febrero de 2021 a las 12:52:02 horas

    Mi admirada Damaris. Una vez más nos has hecho una exposición tan certera como elocuente y concisa de "vuestra situación política", que tanto nos ayuda...
    Y nos ayuda, puesto que siempre es necesario estar al corriente de lo que pasa y/o hace la 1ª (o 2ª) Potencia Mundial, Ya que siempre nos puede afectar al resto de países... máximo si no somos "Potencias". Pero también nos puede ayudar a "entender", (a "no asumir"), los sinsentidos de los que también tenemos una "situación política" en casa, en España... Pudiera parecer que se necesitase para votar en los distintos países, tener a un "aparente loco prepotente", como ha sido vuestro caso; o un Berlusconi, en su día y en Italia; y aquí y ahora, a un prepotente, engreído y misógino Pablo Iglesias, acompañado de un mentiroso contumaz Pedro Sánchez... Pero tenemos que seguir buscando alternativas. Es lo que nos queda,

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