Viernes, 28 de Noviembre de 2025

Eugenio de Ávila
Miércoles, 17 de Febrero de 2021
REPÚBLICO

España está dejando de existir: el sentido de la Patria no es un mito

[Img #49784]Escribía hace no mucho tiempo de que uno de los graves problemas de la democracia española hallábase en la derecha, que se avergonzaba de poseer una ideología, en esencia, basada en la propiedad privada, economía de mercado, libertad de prensa, elecciones libres, libertad de educación, pública, concertada o privada;  sanidad pública, pero sin prohibir la privada, menos intervención del Estado en la economía y considerar a España como nación indivisible y libertad personal. Y, además, hallarse enfrentada entre una derecha de siempre, envalentonada y tradicional, y otra, la del PP, que se busca y no se encuentra, que no sabe si es derecha o centro y que no ofrece nada, salvo estar, que no es ser. El PP de Casado no es un partido copulativo.

 

Pero, si el problema de la derecha resulta de gran importancia para el sistema democrático, agravado por la división conservadora  en tres formaciones, como son Vox, PP y Ciudadanos, y las derechas secesionistas en el País Vasco y Cataluña, más ultras, en lo ideológico que las españolas; en la izquierda actual, la sanchista del PSOE, más la que representa en comunismo anacrónico de Unidas Podemos; más Bildu, la ETA política, más los BNG y grupos marxistas catalanes, hallamos otras de las claves para explicarnos la España que ha entrado ya en el borrascoso mar de la tercera década del siglo XXI: una nación en quiebra política. Hubo una izquierda, la que lideraron gente memorable y honrada, consecuente y honorable como Gerardo Iglesias y Julio Anguita que fue española. Ahora, Garzón, su secretario general, tampoco lo es. Se vendió por un plato de lentejas en el Congreso de los Diputados y un Ministerio que no sirve para nada, a Podemos.

 

La izquierda que representa el PSOE y Unidas Podemos no es nacional. España no les importa como nación. Iglesias ha hablado incluso de confederación para conformar a los nacionalismos racistas, secesionistas y comunistoides. Sabe cualquier politólogo que una confederación consiste en la unión de estados que conservan su soberanía y se vinculan por una serie de leyes comunes. Observe el lector que, a priori, esos estados que se unen en confederación son soberanos, hechos que no acontece en España, donde solo existe un Estado, el español. Ni el País Vasco ni Cataluña, por poner los dos ejemplos de autonomías más deseosas de constituirse como estados, son soberanos. Por lo tanto, el Gobierno de la nación, en este caso el social-comunista, debería conceder la independencia a las autonomías que así lo solicitasen para después constituirse en confederación. Traduzco: fin de España como nación.

 

Por otra parte, el partido más fuerte de la izquierda, el que cuenta con más votantes y militantes, el PSOE,  carece de una visión nacional y serias discrepancias ideológicas en autonomías como la catalana respecto al socialismo. El PSC va por libre. Incluso pacta con los secesionistas de aquella región del nordeste español. Veremos cuál es su táctica después de su éxito, porque las ganó la abstención, en las paupérrimas elecciones catalanas. Y resulta ideológicamente una formación de paradojas: no es comprensible que pacte antes con las derechas más conservadoras  y racistas de Europa, como son PNV y el pujolismo,  madre de todas las corrupciones, los del 3%, como mínimo, que con las formaciones nacionales.

 

 

Con una derecha, vergonzante, que no lo es, ni lo sabe ser, y con una siniestra vengativa, que aplicará la censura, como Franco, a la prensa y a la historia, para evitar toda crítica al Gobierno y sus partidos, qué es verdad y qué es mentira,  España se nos muere entre esta pandemia vírica, la económica que llama a nuestras puertas, y la de la mediocridad, encarnada en los cerebros  de la peor clase política que conoció nuestra historia. España necesita ya una izquierda española.  España, en breve, dejará de existir.

 

 Y recuerdo, por enésima vez, para ir concluyendo,  a Manuel Azaña. “Os permito, tolero, admito, que no os importe la República, pero no que no os importe España. El sentido de la Patria no es un mito.

Eugenio-Jesús de Ávila

 

 

 

 

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