NOCTURNOS
La sencilla relación erótica entre hombres y mujeres
Si tú no me amas, yo no te amo; si tú me quieres, yo también te quiero ¡Qué sencillo resulta una relación erótica entre hombre y mujer, verdad, con tales premisas! Sabemos que la realidad casi siempre se aparta del deseo. El amor nunca se acaba al unísono.
Hay alguien que sufre más que su pareja, porque aún amaba. Te atraerá muchísimo aquella mujer, incluso te enamorarás y derramarás sobre su ser las palabras más hermosas; te esforzarás en convertir su vida en un paseo entre la ternura y el cariño, el placer y la gloria.
Ahora bien, aunque tú la desees, la colmes de obsequios, escribas sonetos perfectos, como los de Quevedo, si no le extraes el néctar de esa violeta que despierta la pasión, jardín ignoto del alma femenina, despreciará regalos y poemas, tu carne y tu deseo. Duro. La vida es así. Alguien, en sus rezos, habla de un valle de lágrimas. No. También hay gente que sonríe, que es la risa de los intelectuales. Pudiera ser que amen y ames. Un mundo perfecto. ¡Qué felices somos! Tú eres un cielo, un bellezón, amor, y yo soy un intelectual y, además, mi cuerpo aún conserva unos glúteos duros y un abdomen musculado.
Gozamos en el lecho, plataforma dónde penetramos en el nirvana y regresamos al alba. Pero un día el destino (el fátum de los latinos) juega con tantísimo amor y lo derrota. Ella se enamora de otro. O tú te vuelves loco por otra dama. Y entonces, antes de ceder a las fuerzas de la melancolía, la de Freud, te conviertes en filósofo y conoces la teoría de la causalidad: toda acción conlleva una reacción, nada existe por azar y nada se crea de la nada.
No te valen teorías, ni lecturas, ni experiencias para suturar la herida del amor, el único sentimiento que te ayuda a olvidarte de que eres un ser efímero, mortal; tan extraño de encontrar a lo largo de tu vida, como conocerte a ti mismo.
Eugenio-Jesús de Ávila
Si tú no me amas, yo no te amo; si tú me quieres, yo también te quiero ¡Qué sencillo resulta una relación erótica entre hombre y mujer, verdad, con tales premisas! Sabemos que la realidad casi siempre se aparta del deseo. El amor nunca se acaba al unísono.
Hay alguien que sufre más que su pareja, porque aún amaba. Te atraerá muchísimo aquella mujer, incluso te enamorarás y derramarás sobre su ser las palabras más hermosas; te esforzarás en convertir su vida en un paseo entre la ternura y el cariño, el placer y la gloria.
Ahora bien, aunque tú la desees, la colmes de obsequios, escribas sonetos perfectos, como los de Quevedo, si no le extraes el néctar de esa violeta que despierta la pasión, jardín ignoto del alma femenina, despreciará regalos y poemas, tu carne y tu deseo. Duro. La vida es así. Alguien, en sus rezos, habla de un valle de lágrimas. No. También hay gente que sonríe, que es la risa de los intelectuales. Pudiera ser que amen y ames. Un mundo perfecto. ¡Qué felices somos! Tú eres un cielo, un bellezón, amor, y yo soy un intelectual y, además, mi cuerpo aún conserva unos glúteos duros y un abdomen musculado.
Gozamos en el lecho, plataforma dónde penetramos en el nirvana y regresamos al alba. Pero un día el destino (el fátum de los latinos) juega con tantísimo amor y lo derrota. Ella se enamora de otro. O tú te vuelves loco por otra dama. Y entonces, antes de ceder a las fuerzas de la melancolía, la de Freud, te conviertes en filósofo y conoces la teoría de la causalidad: toda acción conlleva una reacción, nada existe por azar y nada se crea de la nada.
No te valen teorías, ni lecturas, ni experiencias para suturar la herida del amor, el único sentimiento que te ayuda a olvidarte de que eres un ser efímero, mortal; tan extraño de encontrar a lo largo de tu vida, como conocerte a ti mismo.
Eugenio-Jesús de Ávila


















Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.122