CON LOS CINCO SENTIDOS
Por sus hechos los conoceréis
Nelida del Estal Sastre
Vivimos días convulsos, como no recordaba desde hace décadas, fuera de las manifestaciones “gruesas” del uno de octubre de 2017, con motivo del referéndum por la independencia de Cataluña. Referéndum ilegal, de eso no hay vuelta de hoja, mientras nuestra Carta Magna no cambie en su articulado. Entonces, aquellos movimientos reaccionarios ya parecían lesivos para la democracia. Si algo no está bien, sea por interés general o por intereses espurios, nos manifestamos de manera cívica y pedimos a los políticos que hagan su trabajo. Que no pasa nada porque se cambie algún artículo antediluviano de nuestra inmaculada Constitución. No pasa nada, el mundo cambia y las leyes han de adaptarse a los tiempos.
Lo que está ocurriendo con los grupos que defienden al rapero Hasél y claman por su excarcelación, deberían pasarse primero por los domicilios de los políticos que legislaron que decir esas estupideces era delito. Puede ser delito para mis oídos, incluso para mi defensa de la libertad de expresión. Sí, porque todos tienen derecho a opinar, pero no todas las opiniones son respetables. No estoy animando a realizar “escraches” ante la casa de nadie, no estoy haciendo apología del vandalismo. Cuando quieres que algo cambie, tienes mil maneras de hacerlo posible y que tenga la entidad suficiente para salir en los medios, sin que cause daños colaterales. Somos inteligentes, no animales salvajes.
Daré ejemplos: Redactar peticiones para una Proposición no de Ley, recoger firmas de manera masiva, hacen sentadas pacíficas delante del Congreso. Sin que medie la violencia de la que todos sacarán partido para despedazarse como hienas. Por favor. No dejemos que el interés de otros que no pisan las calles, prevalezcan ante el interés general.
Vivimos días convulsos, como no recordaba desde hace décadas, fuera de las manifestaciones “gruesas” del uno de octubre de 2017, con motivo del referéndum por la independencia de Cataluña. Referéndum ilegal, de eso no hay vuelta de hoja, mientras nuestra Carta Magna no cambie en su articulado. Entonces, aquellos movimientos reaccionarios ya parecían lesivos para la democracia. Si algo no está bien, sea por interés general o por intereses espurios, nos manifestamos de manera cívica y pedimos a los políticos que hagan su trabajo. Que no pasa nada porque se cambie algún artículo antediluviano de nuestra inmaculada Constitución. No pasa nada, el mundo cambia y las leyes han de adaptarse a los tiempos.
Lo que está ocurriendo con los grupos que defienden al rapero Hasél y claman por su excarcelación, deberían pasarse primero por los domicilios de los políticos que legislaron que decir esas estupideces era delito. Puede ser delito para mis oídos, incluso para mi defensa de la libertad de expresión. Sí, porque todos tienen derecho a opinar, pero no todas las opiniones son respetables. No estoy animando a realizar “escraches” ante la casa de nadie, no estoy haciendo apología del vandalismo. Cuando quieres que algo cambie, tienes mil maneras de hacerlo posible y que tenga la entidad suficiente para salir en los medios, sin que cause daños colaterales. Somos inteligentes, no animales salvajes.
Daré ejemplos: Redactar peticiones para una Proposición no de Ley, recoger firmas de manera masiva, hacen sentadas pacíficas delante del Congreso. Sin que medie la violencia de la que todos sacarán partido para despedazarse como hienas. Por favor. No dejemos que el interés de otros que no pisan las calles, prevalezcan ante el interés general.


























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