INDUSTRIALIZACIÓN
Biorrefinería: tiempo pretérito, presente y futuro
![[Img #50162]](https://eldiadezamora.es/upload/images/02_2021/4484_8759_bar.jpg)
Nadie, dice el refrán, es profeta en su tierra. A un servidor no le gusta profetizar. Pero estoy convencido de que la biorrefinería multifuncional de Vicente Merino se convertirá en realidad en 2023. Los últimos intentos de los enemigos del progreso de nuestra provincia, aquellos, políticos y empresarios, que desean para nuestra tierra le penuria, el atraso, la despoblación y el ahorro de la miseria, han fracasado. La paciencia de Job del ingeniero zamorano-leonés, Vicente Merino Febrero, más el papel político supremo de Francisco J. Requejo como presidente de la Diputación, claves de que esta provincia reciba la mayor inversión económica de toda su historia.
Estamos, pues, ante un punto de inflexión en la vida de Zamora. Agenda 2030 Que el proyecto de Vicente Merino va más allá de las fronteras provinciales lo prueba que la Dirección General de Políticas Palanca para el Cumplimiento de la Agenda 2030, creada en enero de 2020, con el objetivo de apoyar el cumplimiento de sus funciones, en relación con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, se haya interesado ya por la biorrefinería de Barcial. Traduzco: el Gobierno de Pedro Sánchez quiere saber más sobre la idea industrial y empresarial del ingeniero zamorano. Gabriel Castañares, director general de Políticas Palanca, perteneciente al Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, dirigido por el vicepresidente 2º, Pablo Iglesias, ha dejado en su Twiter este aserto: “El proyecto de baiorrefinería de Barcial del Barco es un ejemplo de desarrollo sostenible #ODS Concilia una iniciativa local basada en la I+D+i, la creación de empleo en el mundo rural, las energías alternativas y la lucha contra el calentamiento global”.
Escribí, con reiteración, que el futuro de nuestra provincia, además del papel que pudiera representar el turismo cultural y medio ambiental, pasaba por la transformación de nuestras magníficas materias primas que ofrece nuestra tierra. Hasta la fecha, salvo maravillosas y excepcionales empresas, Zamora exportaba, en bruto, todo lo que producía. Sucedió con la energía, con Iberduero ha tiempo. De tal manera, las plusvalías, las riquezas se iban lejos de nuestro lar. Nuestra gente se empobrecía, mientras crecían otras ciudades y regiones Plusvalías El sudor y el trabajo de nuestros sabios agricultores y ganaderos han enriquecido otras provincias y otras regiones. Ahora, la biorrefinería de Barcial, en un par de años, transformará remolacha y maíz zamorano y del sur leonés, nuestra provincia hermana, en energía verde, que se exportará por doquier. Entonces, el sector primario recibirá el justo pago a su esfuerzo secular. Ya no percibirá cuatro perras por el descomunal y el generoso esfuerzo de cultivar remolacha, porque una empresa zamorana abonará un precio más justo por el trabajo de los remolacheros zamoranos y leoneses. Un dato: en el año 1980, se cultivaban en la provincia de León 20.000 ha de remolacha; hoy, poco más de 4.000. El 80 % de los agricultores de la remolacha abandonaron el cultivo de la raíz. El sector, en gravísima crisis.
Nunca deberemos olvidar, los zamoranos, que este proyecto pudo haber sido realidad hace más de 14 años, pero los enemigos del progreso de esta tierra, una entente político-empresarial, lo impidió. Y todavía el mal, que nunca descansa, sigue trabajando para impedir que esta empresa transforme la vida económica de nuestra provincia. No obstante, como escribí en el primer párrafo de este artículo, ya no hay marcha atrás, porque el camino hacia el futuro ya ha sido trazado.
Y los hijos de esta tierra, los que permanecen asentados en Zamora, donde se ahorra miseria, y los que se fueron, han de recordar siempre que los medios de comunicación locales, con alguna excepción extraordinaria, se mofaron de Vicente Merino, intentaron humillarlo, se rieron, casi en su propia cara, con artículos de opinión propios de descerebrados, vagos y envidiosos; siempre al servicio de los caciques empresariales zamoranos y políticos de aquí y de allá, Valladolid, Junta de Castilla y León. Ni olvido ni perdón, ni una buena palabra, ni conciliación posible. Los que han hecho tanto mal no merecen condescendencia, comprensión y amnistía. Par mí ni habrá paz, ni piedad, ni perdón. No soy Manuel Azaña. Porque hace 14 años este proyecto podría haber cambiado la vida económica de parte de esta provincia. Quizá ahora ya sea demasiado tarde. Miles de jóvenes zamoranos tomaron el camino de la emigración para poder trabajar. Aquí, los caciques prefieren que todo siga igual. Lampedusa los retrato: "Que todo cambie, para que todo siga igual".
Eugenio-Jesús de Ávila
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Nadie, dice el refrán, es profeta en su tierra. A un servidor no le gusta profetizar. Pero estoy convencido de que la biorrefinería multifuncional de Vicente Merino se convertirá en realidad en 2023. Los últimos intentos de los enemigos del progreso de nuestra provincia, aquellos, políticos y empresarios, que desean para nuestra tierra le penuria, el atraso, la despoblación y el ahorro de la miseria, han fracasado. La paciencia de Job del ingeniero zamorano-leonés, Vicente Merino Febrero, más el papel político supremo de Francisco J. Requejo como presidente de la Diputación, claves de que esta provincia reciba la mayor inversión económica de toda su historia.
Estamos, pues, ante un punto de inflexión en la vida de Zamora. Agenda 2030 Que el proyecto de Vicente Merino va más allá de las fronteras provinciales lo prueba que la Dirección General de Políticas Palanca para el Cumplimiento de la Agenda 2030, creada en enero de 2020, con el objetivo de apoyar el cumplimiento de sus funciones, en relación con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, se haya interesado ya por la biorrefinería de Barcial. Traduzco: el Gobierno de Pedro Sánchez quiere saber más sobre la idea industrial y empresarial del ingeniero zamorano. Gabriel Castañares, director general de Políticas Palanca, perteneciente al Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, dirigido por el vicepresidente 2º, Pablo Iglesias, ha dejado en su Twiter este aserto: “El proyecto de baiorrefinería de Barcial del Barco es un ejemplo de desarrollo sostenible #ODS Concilia una iniciativa local basada en la I+D+i, la creación de empleo en el mundo rural, las energías alternativas y la lucha contra el calentamiento global”.
Escribí, con reiteración, que el futuro de nuestra provincia, además del papel que pudiera representar el turismo cultural y medio ambiental, pasaba por la transformación de nuestras magníficas materias primas que ofrece nuestra tierra. Hasta la fecha, salvo maravillosas y excepcionales empresas, Zamora exportaba, en bruto, todo lo que producía. Sucedió con la energía, con Iberduero ha tiempo. De tal manera, las plusvalías, las riquezas se iban lejos de nuestro lar. Nuestra gente se empobrecía, mientras crecían otras ciudades y regiones Plusvalías El sudor y el trabajo de nuestros sabios agricultores y ganaderos han enriquecido otras provincias y otras regiones. Ahora, la biorrefinería de Barcial, en un par de años, transformará remolacha y maíz zamorano y del sur leonés, nuestra provincia hermana, en energía verde, que se exportará por doquier. Entonces, el sector primario recibirá el justo pago a su esfuerzo secular. Ya no percibirá cuatro perras por el descomunal y el generoso esfuerzo de cultivar remolacha, porque una empresa zamorana abonará un precio más justo por el trabajo de los remolacheros zamoranos y leoneses. Un dato: en el año 1980, se cultivaban en la provincia de León 20.000 ha de remolacha; hoy, poco más de 4.000. El 80 % de los agricultores de la remolacha abandonaron el cultivo de la raíz. El sector, en gravísima crisis.
Nunca deberemos olvidar, los zamoranos, que este proyecto pudo haber sido realidad hace más de 14 años, pero los enemigos del progreso de esta tierra, una entente político-empresarial, lo impidió. Y todavía el mal, que nunca descansa, sigue trabajando para impedir que esta empresa transforme la vida económica de nuestra provincia. No obstante, como escribí en el primer párrafo de este artículo, ya no hay marcha atrás, porque el camino hacia el futuro ya ha sido trazado.
Y los hijos de esta tierra, los que permanecen asentados en Zamora, donde se ahorra miseria, y los que se fueron, han de recordar siempre que los medios de comunicación locales, con alguna excepción extraordinaria, se mofaron de Vicente Merino, intentaron humillarlo, se rieron, casi en su propia cara, con artículos de opinión propios de descerebrados, vagos y envidiosos; siempre al servicio de los caciques empresariales zamoranos y políticos de aquí y de allá, Valladolid, Junta de Castilla y León. Ni olvido ni perdón, ni una buena palabra, ni conciliación posible. Los que han hecho tanto mal no merecen condescendencia, comprensión y amnistía. Par mí ni habrá paz, ni piedad, ni perdón. No soy Manuel Azaña. Porque hace 14 años este proyecto podría haber cambiado la vida económica de parte de esta provincia. Quizá ahora ya sea demasiado tarde. Miles de jóvenes zamoranos tomaron el camino de la emigración para poder trabajar. Aquí, los caciques prefieren que todo siga igual. Lampedusa los retrato: "Que todo cambie, para que todo siga igual".
Eugenio-Jesús de Ávila




















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